La primera misión para poner en órbita un cohete lanzado desde Reino Unido fracasó. La empresa Virgin Orbit, propiedad del multimillonario Richard Branson, tenía a cargo la tarea de llevar el satélite británico al espacio, pero una anomalía al momento de encender el segundo cohete frustró la operación.

El Reino Unido intentaba con esto dar un paso más para competir en la carrera espacial, pero luego dos horas, los encargados del proyecto revelaron que el lanzamiento fue un fracaso. “El histórico primer intento de lanzar satélites desde suelo británico llegó al espacio a última hora de la noche, pero finalmente no alcanzó su órbita objetivo", señaló Virgin Orbit a través de un comunicado.

“Aunque la misión no alcanzó su órbita final, al llegar al espacio y lograr numerosos logros significativos por primera vez, representa un importante paso adelante”, expuso la empresa contratada para este proyecto a la vez que adelantó que trabajarán "incansablemente para comprender la naturaleza de la falla, realizar acciones correctivas y volver a la órbita tan pronto como hayamos completado una investigación completa y un proceso de garantía de la misión”.

El fallido camino del cohete

El Boeing 747 modificado de Virgin Orbit que cargaba con el cohete de 21 metros despegó el lunes por la noche de Cornualles, en el suroeste de Inglaterra.

El cohete se desacopló de la aeronave y su motor se encendió como estaba previsto a una altura a unos 10.700 metros sobre el océano Atlántico al sur de Irlanda, dos horas después del despegue. Pero cuando el cohete estaba a punto de entrar en órbita y descargar sus nueve satélites, Virgin Orbit indicó que habían detectado "una anomalía".

La aeronave regresó como estaba programado a las instalaciones de Spaceport Cornwall, un consorcio que incluye a Virgin Orbit y la agencia espacial británica.

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