Los cuadros escoceses tomarán por asalto el museo V&A Dundee, en Escocia, el próximo abril cuando inaugure Tartán: gran muestra que, como su nombre indica, abordará la rica y compleja historia de este tejido de rayas entrelazadas, generalmente de lana, que prácticamente ninguna maison se ha privado de usar, presente en colecciones de Saint Laurent, Moschino, Louis Vuitton, Stella McCartney, etcétera. Hoy clásico universal de la moda, durante siglos estuvo asociado al ejército escocés, luego a la realeza inglesa, hasta que -por las paradójicas vueltas del punk, los Pistols, la modista Vivienne Westwood- se convirtió en símbolo contracultural… Apenas algunos capítulos que contará esta exposición, que promete ir más allá de las tradiciones textiles para explorar cómo el tejido ha servido de inspiración a la arquitectura, el cine, la pintura, entre otras manifestaciones artísticas.
Por cierto: si bien pueden rastrearse ejemplos pretéritos (acorde al rotativo The Guardian, se encontraron calzas de tartán en una momia de 3000 años de antigüedad en los desiertos de Xinjiang en China), es precisamente en Escocia donde este patrón echó raíces y se volvió parte del acervo cultural del país, íntimamente ligado a la confección del kilt, es decir, la falda escocesa, prenda tradicional masculina asociada al coraje guerrero, al orgullo patrio. De hecho, conforme apunta la revista Vogue, los orígenes del tartán como lo conocemos hoy en día se remontarían “al siglo XVI en este país de Reino Unido, cuando básicamente era una larga tira de tela con la que los hombres revestían su cuerpo y escogían el color dependiendo del clan al que perteneciesen”. Con el tiempo, dicho está, “fue consolidándose como un símbolo aristócrata británico hasta que en 1970 el movimiento juvenil punk lo adoptó como acto reivindicativo antisistema”. Y el resto es historia, de la moda primeramente, y del diseño, en general.