Los daños por el ataque al edificio del Congreso protagonizado por seguidores del expresidente Jair Bolsonaro ascienden a más de medio millón de dólares. El domingo pasado, una semana después de la toma de posesión del mandatario Lula Da Silva, militantes y seguidores de Bolsonaro tomaron por asalto la sede del poder Legislativo, el Palacio de Planalto y el Supremo Tribunal Federal (STF) en Brasilia.
Las autoridades aún desconocen el alcance de los daños la sede del gobierno y en la sede del poder Judicial. El gobierno brasileño denunció que se trató de un intento de golpe de Estado.
Los daños al Congreso brasileño
Además, desde la sede del Legislativo informaron que deberán reemplazar computadoras, vidrios, muebles comunes y vehículos. Unas 400 computadoras fueron destruidas, dos automóviles de la Policía Legislativa fueron dañados.
Muchas piezas que eran exhibidas en el Salón Verde del Congreso fueron dañadas y según las autoridades el precio es incalculable. Los seguidores del expresidente Bolsonaro destrozaron un mural del artista Athos Bulcão y entre los regalos que saqueados estaba una pelota de fútbol autografiada por el futbolista brasileño Neymar y una perla procedente de Qatar.
El asalto de las sedes de los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) fue denunciado por el gobierno brasileño como un intento de golpe de Estado. Los líderes de la región manifestaron su repudio y calificaron las acciones de los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro como un ataque a la democracia.
Desde el gobierno de Lula ya están tomando medidas para encontrar a los responsables de movilizar a los seguidores del expresidente a las sedes de gobierno.
El juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, ordenó congelar las cuentas de Bolsonaro. También emitió una orden de prisión contra Anderson Torres, extitular de la Secretaría de Seguridad Pública de Brasilia.