Centenares de activistas ambientales le están haciendo frente al desalojo del pueblo alemán donde se quiere ampliar una mina de carbón. La Policía inició este miércoles el operativo para expulsar a los militantes que impiden el paso, pero se encontró con una fuerte resistencia. Las fuerzas de seguridad aseguraron que los agentes sufrieron ataques con piedras, pirotecnia y cócteles molotov por lo que instaron a los activistas a "comportarse de forma pacífica y a seguir las instrucciones para evitar desmanes".
"El desalojo de Lützerath ha comenzado. La zona está siendo vallada. Las personas que se encuentran en la zona acordonada tienen actualmente la posibilidad de abandonar el lugar sin más medidas policiales", indicó la Policía del estado federado de Renania del Norte-Wesftalia, que cuenta con al menos 1500 agentes en el lugar.
En declaraciones a la cadena NTV, un portavoz de la policía de Renania dijo que la situación es "muy dinámica" y que por el momento no hay heridos.
Por su parte, los manifestantes, entre ellos la conocida activista Luisa Neubauer, acusaron a los agentes de emplear una violencia desproporcionada al tratar de desarmar cadenas humanas formadas por personas que resistían de forma pacífica.
Greenpeace, una de las organizaciones que apoyan la movilización, informó en un comunicado que activistas de toda Europa participan de la manifestación en Lützerath para resistir contra la ampliación de la mina. "El lignito es la fuente de energía más perjudicial para el clima y la mina de carbón de Garzweiler es la mayor bomba de carbono de Europa", indicaron los activistas.
El gobierno alemán pide que se cumpla la ley
"La protesta debe ser pacífica y situarse en el marco de la ley", señaló el portavoz de la cancillería, Steffen Hebestreit, en una rueda de prensa en Berlín al ser preguntado por los incidentes entre los activistas medioambientales y la policía.
"El Gobierno espera que se cumpla la legalidad vigente", indicó, tras recordar que la demolición de Lützerath forma parte de un acuerdo alcanzado el año pasado entre las autoridades de la región de Renania del Norte-Westfalia y el proveedor energético RWE, operador de la mina.
Aunque el plan del Gobierno alemán es que el abandono del carbón en Renania del Norte-Westfalia se produzca ya en 2030, según el acuerdo suscrito el año pasado con la energética RWE, operadora de la mina de Garzweiler, a corto plazo está previsto incrementar la extracción de carbón ante la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania.