Integrantes de las comunidades Misión Salim y Padre Lozano, ubicadas a unos 27 kilómetros de Embarcación, municipio del departamento San Martín, decidieron cerca de la medianoche de ayer detener la fumigacion en una finca cercana.
"Anoche (...) de repente sentimos un olor raro y fuerte como ser un químico que desconocíamos", contó a Salta/12 Rodolfo Argamaza, referente de la Comunidad Misión Salim Wichí Lewetes. Relató que decidieron averiguar de qué se trataba y detectaron que a unos 100 metros de la comunidad, cruzando la ruta 53, una máquina fumigaba una zona desmontada en 2001 aproximadamente.
Según contó el referente los primeros pobladores que sintieron el olor fueron hasta el destacamento policial de la localidad de Padre Lozano, pero como les dijeron que ningún policía podía ir en ese momento hasta el lugar donde se fumigaba, la comunidad decidió ingresar a la finca y obligar a que se detenga la máquina fumigadora.
El nuevo conflicto se suma al existente en Misión Chaqueña y Carboncito (ubicadas a unos 8 kilómetros de Salim y Padre Lozano), donde referentes de las comunidades aún persisten en un acampe sobre tierras en disputa con un particular que detenta la titularidad registral de lss tierras.
Cama afuera
En la zona la temperatura supera los 40 grados, motivo por el cual las familias suelen dormir a la intemperie. Es por ello que el fuerte y desconocido olor se percibió rápidamente, llevadas por las ráfagas de viento norte que llegaban a la zona.
Cerca de la medianoche, ante la falta de alguna de autoridad que interviniera de inmediato, los habitantes originarios ingresaron a la finca y pararon los trabajos. "Lo hicimos de forma pacífica y les dijimos (a los trabajadores maquinistas) que así no se puede".
Según lo establecido por la normativa que rige para la aplicación de agroquímicos, las fumigaciones deberían realizarse a 500 metros de poblaciones como mínimo.
Los originarios exigieron el nombre del responsable de la finca pero los trabajadores "se negaron a darnos alguna información". La determinación de parar la máquina, implicó que integrantes de la comunidad se quedasen en el campo hasta casi las 5 de la mañana de este miércoles, con el fin de evitar que se reinicie la fumigacion.
"Quisiéramos una inspección ambiental dentro de la comunidad", solicitó Argamaza al indicar que aún no habían podido hacer la denuncia de los hechos. Mientras, dijo que teme que la fumigación genere alguna reacción en la salud de las personas que estuvieron expuestos a los agrotóxicos.
Fuentes policiales indicaron que la única comunicación que recibieron es de un presunto acuerdo entre los encargados del trabajo y las comunidades para esperar el cambio de dirección del viento y seguir fumigando. Ante la consulta de Salta/12, la Secretaría de Ambiente de la provincia informó que hoy se enviará a alguien a la zona.
"Muy crítico"
"Donde estamos viven alrededor de 110 familias", dijo Argamaza al describir la realidad de las comunidades que viven en la zona. La situación económica es "muy crítica" a raíz del desempleo. Añadió que "no hay viviendas dignas. Son todas precarias (...) si te muestro mi casa es una tristeza", manifestó.
Como en todo el norte provincial también es crítico el acceso al agua. En la comunidad cuentan con un pozo somero (o sea, de poca profundidad), cuyo líquido no es potable. Pero últimamente "sale como arena o barro", y cada vez es más restrictivo el uso del agua, contó Argamaza.