Piedras debajo de los puentes, alfeizares con objetos puntiagudos y otros elementos de la arquitectura hostil fueron prohibidos por el presidente de Brasil Lula Da Silva. Esta semana el mandatario sancionó la ley que prohíbe este tipo de objetos arquitectónicos en el gigante sudamericano.
La nueva ley, que fue publicada esta semana en el Diario Oficial, prohíbe el uso de materiales, estructuras y técnicas de construcción hostiles que tengan como objetivo alejamiento de las personas en situación de calle, ancianos, jóvenes y cualquier persona que utilice el espacio público.
La ley no especifica si sólo será aplicada a las nuevas construcciones o si también obliga a retirar elementos de arquitectura hostil del espacio público.
Contra la arquitectura hostil
Esta semana entró en vigencia la Ley Padre Julio Lancelotti que prohíbe la instalación de arquitectura hostil en Brasil. El proyecto de ley había sido aprobado el mes pasado por la Cámara de Diputados a pesar del veto del entonces mandatario Jair Bolsonaro. En ese momento, Lula criticó la decisión de Bolsonaro.
"Están poniendo piedras debajo de los puentes, porque no quieren que los más pobres tengan ni siquiera el derecho a dormir debajo de un puente", denunció el líder del Partido de los Trabajadores.
El mandatario también apuntó contra la insensibilidad de los responsables de instalar elementos de arquitectura hostil en los espacios públicos de las ciudades brasileñas.
Este tipo de construcciones incrementó en los últimos años.En paralelo, la crisis que desencadenó la pandemia en Brasil aumentó las tasas de pobreza: 300 mil personas en situación de calle, de las cuales 40 mil son de San Pablo, la ciudad más rica del país.
Denunciar la aporofobia
La ley lleva el nombre del padre Julio Lancelotti, como homenaje al sacerdote brasileño que desde sus redes sociales se dio a la tarea de denunciar elementos de arquitectura hostil en San Pablo, la ciudad más poblada de Brasil.
Lancelotti es reconocido por su militancia por las personas en situación de calle. El año pasados fue grabado mientras rompía con un mazo varios adoquines y piedras afiladas que habían sido instalados debajo de los viaductos de la ciudad.
En 2021, tras las denuncias de Lancelotti, la alcaldía de San Pablo se vio obligada a retirar las piedras que había instalado abajo del viaducto Luciano Mendes de Almeida.
Lancelotti denuncia este tipo de arquitectura como parte de la aporofobia que se vive en Brasil. Para la ONU, la aporofobia es un conjunto de actitudes y comportamientos negativos haciia personas que viven en situacion de pobreza.
Espacios públicos para todos
El autor de la ley es el senador Fabiano Contarato del Partido de los Trabajadores (PT). Tras la aprobación de la ley Contarato también pidió a la población que se sume a denunciar la arquitectura hostil en todo el país.
“Los espacios públicos pertenecen a la colectividad y no serán plataforma para una arquitectura hostil que castigue y agreda a la población sin hogar. La Ley Padre Julio Lancellotti, de mi autoría, ¡es realidad! ¡Sé consciente en tu ciudad y denuncia las irregularidades!”, escribió en su cuenta de Twitter.
Durante el debate en el congreso, el diputado federal Joseildo Ramos del PT dijo que “la adopción de técnicas, estructuras y materiales hostiles en las ciudades atenta contra el principio de la dignidad humana”.
El congresista votó a favor de la ley y argumentó que la arquitectura
hostil es contraria al objetivo establecido en la Constitución brasileña sobre
la política urbanística: “ordenar el desarrollo pleno de las funciones sociales
de la ciudad y garantizar el bienestar de sus habitantes, entre los que se
encuentran las personas sin hogar”, aseguró en su momento citado por el diario
brasileño O Globo.