Con el inicio del año electoral, las candidaturas empiezan a manifestarse con mayor firmeza, y la capital de la provincia de Buenos Aires no es la excepción. Oriundo de Tolosa, el diputado provincial Daniel Lipovetsky se apunta en la carrera para “cambiar la ciudad de La Plata”, como él afirma. “Uno de los principales problemas que tiene la ciudad es la falta de control y de orden”, asegura el legislador de amplia carrera en el ámbito deliberativo y que busca reemplazar a Julio Garro en el centro del poder bonaerense.
Así, en un escenario de fuerte interna dentro del partido liderado por Mauricio Macri, Lipovetsky dialogó con Buenos Aires/12 y advirtió que a su espacio político “lo peor que le puede pasar es que alguien diga que en algún distrito no haya competencia”. Amparado por Patricia Bullrich, el legislador apuesta a una definición en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, considerando que la interna del PRO tenderá hacia una definició acorde a los dichos del propio Macri. "No hay que tener miedo a competir", repite.
—¿Se pueden saldar las diferencias internas?
—Creo que competir es la clave y es la manera de resolver estas diferencias que podemos tener, como yo las tengo en La Plata, como también las hay entre Horacio Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich. Y también, seguramente, las hay entre los candidatos a gobernador. Lo peor que nos puede pasar como espacio es que alguien diga que en algún distrito no haya competencia. Hay que competir y los votantes deciden quienes son los mejores candidatos. El que gana va a conducir el proceso en octubre y el que pierda acompañará como corresponde porque todos pertenecemos a Juntos por el Cambio.
—¿Qué lo diferencia de Julio Garro?
—Hace tres años que vengo caminando la ciudad de prácticamente a diario. Desde octubre del 2020 no he parado. Hoy la principal preocupación, por lejos, que tienen los platenses es la inseguridad. La gente vive mal y encerrada, con alambre de púa en las casas, evita salir de noche, no guarda los autos en sus cocheras por miedo a las entraderas. Ahí hay una responsabilidad de la Provincia, con un ministro como Berni, que no sirve, y con un gobernador que lo apaña. Más allá de eso, hay cosas que se podrían hacer desde las políticas locales pero que lamentablemente no se hacen y que deberían ser la prioridad de un intendente.
—¿Cuáles son las cosas que no se hacen?
—Hoy estamos mal en términos de control. Estamos infectados de motochorros y no hay un solo control urbano para tratar de desalentar esa situación.
—¿Qué pasa con la legislación en ese sentido?
—Hay un Código de Convivencia que no se cumple porque no hay controles. La Plata es una ciudad de un millón de habitantes, que ha crecido exponencialmente, y ese crecimiento se ha dado primordialmente en la periferia. Actualmente hay más gente fuera que dentro del casco, cosa que nunca ocurrió antes. La clave es ocuparse de esas localidades que tienen muchas necesidades porque están en un estado de abandono total. Uno de los principales que tiene la ciudad es la falta de orden. Hay que ordenarla.
—Distintas agrupaciones de productores agropecuarios se manifestaron por la pérdida de tierras de cultivo en manos de los proyectos inmobiliarios de la gestión local, ¿está al tanto?
—Sí, por supuesto. El cordón frutihorticola platense es de los más importantes de la Argentina. Hay que cuidarlo, fortalecerlo y tener una política productiva. Cualquier tipo de desarrollo urbano de la ciudad tiene que hacerse en el marco de la sustentabilidad, que haya un equilibrio con el necesario crecimiento de la ciudad y el cuidado de los productores. Me parece que ahí hay que dar un debate mucho más profundo cuando se deciden los nuevos desarrollos.
—¿Sobre qué sería ese debate?
—Tiene que ver con que la ciudad crece, pero no se acompaña con los servicios necesarios para ese crecimiento. Hay muchos barrios que han nacido con de loteos habilitados por el gobierno municipal y eso no ha sido acompañado por las inversiones en servicios públicos. Entonces tenés en gran parte de esos desarrollos lo único que tenés es electricidad, pero falta agua, gas, cloacas. Todos los días hay más platenses sin cloacas, porque no hay un plan al respecto. Todos los días nacen más platenses sin cloacas y hoy tenemos casi un tercio de vecinos sin este servicio y hace años que no hay obras al respecto.
—Durante sus primeras campañas Julio Garro hablaba de modificar el Código Urbano, buscando diferenciarse de la gestión de Pablo Bruera, pero eso no pasó. ¿Usted lo haría?
—Yo vengo a cambiar la ciudad, es mi vocación. Vengo para eso. Por supuesto que, si hay que hacer un cambio en la matriz del desarrollo urbano, hay que dar un debate profundo donde participe el Concejo Deliberante y las fuerzas de la ciudad. Hay que pensar en un plan de desarrollo de la ciudad de acá a 20 años y en ese marco discutir hacia donde queremos que la ciudad crezca. Hoy la ciudad tiene lugares con potencial crecimiento urbano y otros no. Ahí hay que elegir y priorizar. No puede ser que el crecimiento no tenga una lógica, porque sino tenemos los desequilibrios que hoy vivimos.
—¿Ese crecimiento es compatible con la labor de los productores agropecuarios?
—Hay que ayudar a los productores, hay que generar valor agregado. Hay que ver la situación del empleo en La Plata. Esta es una ciudad administrativa, es la capital de la provincia, tiene un componente de empleo público muy alto, pero no alcanza. Hay que generar inversión privada. El intendente tiene que ser un promotor de estas inversiones, ir buscarlas, facilitar su arribo, disminuirles impuesto, y esto es algo que no ocurre. Cuando hablo de generar empleo también hay que incluir al sector frutihorticola como valor agregado a lo que tenemos que hacer los patentases para la radicación de industrias o servicios.
Ruidos en la interna e historia legislativa
—¿Lo sorprendieron las expresiones de Bullrich alrededor de la Ley de Alquileres y la necesidad de tratar su modificación?
—No me sorprendió porque lo he conversado con ella y con la mayoría de los dirigentes políticos de nuestro espacio. En definitiva, fue una medida que surgió como un proyecto de nuestro gobierno, no es un tema que traté yo solo. Claramente fui quien presentó el proyecto y trabajé en la mesa que elaboró Mauricio Macri para este tema. Después en el debate parlamentario hubo que hacer modificaciones para buscar el consenso necesario, algo tan difícil en un Congreso dividido. Tardamos tres años para lograr ese consenso, y esa búsqueda hizo que la ley tuviera algunos errores que hay que corregir y que espero lo haga.
—¿No le preocupan que las críticas vengan directamente de Patricia Bullrich?
—Es que Patricia fue muy clara. Pero hoy parece dificial avanzar en las correcciones con un gobierno que quiere habilitar sesiones extraordinarias para tratar el juicio político a la Corte Suprema, cosa que me parece totalmente criticable, porque la Corte esta justamente para ejercer el control de legal y constitucionalidad de los actos de gobierno, entre otras cosas. La convocatoria del presidente a sesiones extraordinarias es para tratar ese proyecto y no va con las principales preocupaciones que tiene la sociedad, como ejemplo la Ley de Alquileres.
—Usted fue legislador en Capital, diputado nacional y hoy diputado provincia. ¿Se pueden comparar los tres poderes legislativos más importantes del país?
—Hay diferencias entre los distintos poderes legislativos. Cada uno tiene sus lógicas de funcionamiento. Te diría que, de los tres, el que mejor trabaja desde el punto de vista de la producción legislativa, sin ir en desmedro de los otros dos, es el Congreso de la Nación. Como sanciona leyes para todo el país, tiende a destacarse por la profunda repercusión que tiene. Creo que igual son cuestiones a imitar, donde cada poder legislativo local tenga el suficiente trabajo legislativo para que las leyes sean los mejores posibles. En la provincia se sanciona leyes para 17 millones de habitantes, no es menor.
—¿Hay diferencias en las formas que se construye consenso?
—El consenso muchas veces tiene que ver con las relaciones de mayorías y minorías, y sobre quien es oficialismo y oposición. Hoy, en la provincia tenemos un oficialismo que lógicamente marca el termómetro legislativo, pero que no se caracteriza por ser un oficialismo que busque trabajar los consensos permanentes. Eso ha hecho que, como no tiene la mayoría en los dos cuerpos legislativos de la provincia, la producción legislativa sea limitada. Eso para mí tiene un sabor agridulce. Pero como oposición hemos sido responsable votando el Presupuesto. Esperemos que el oficialismo haga lo mismo si le toca ser oposición desde diciembre de este año.