Lo que está pasando en Brasil me parece que es un nuevo acercamiento progresivo de las fuerzas de extrema derecha, con este intento golpista y desestabilizador, así como ya lo habían hecho mientras Bolsonaro estaba en el poder y demostraron también recientemente luego del resultado de la segunda vuelta en las elecciones.
Los campamentos de militantes bolsonaristas, tal como dijo el ministro de Justicia, realmente son incubadoras de terroristas, personas que están tratando de ver de qué forma imponer su voluntad por delante de la decisión de las urnas. Allí tratan de ofender a la prensa, a las instituciones y creen en una serie de noticias falsas, informaciones que circulan sólo por sus propios canales de redes sociales, casi como si vivieran una realidad paralela dentro de sus debates.
Todo el tiempo están tratando de planificar acciones, primero lo hicieron para impedir que Lula asumiera el cargo de Presidente por tercera ocasión y ahora para impedir que gobierne. Las evidencias de que hay algún nivel de responsabilidad de las autoridades del Distrito Federal donde está la capital Brasilia y de la Policía Militar, son muchas. El gobernador Ibaneis Rocha, quien ahora está alejado de su cargo por decisión de la Justicia por 90 días, se tomó días libres justo un día antes de la manifestación golpista que ya estaba agendada para el ocho de enero.
Además de eso, dio vacaciones a su secretario de seguridad que, finalmente viajó a los Estados Unidos también justo en esa semana de los disturbios. No parece ser algo muy casual que el ex secretario de Seguridad del Distrito Federal, quien también fue ministro de Justicia de Bolsonaro, se encuentre en Estados Unidos, en el mismo Estado donde está Bolsonaro, justo cuando se lleva a cabo el mayor ataque a la democracia brasileña desde la redemocratización del país.
El gobernador salió a echarle culpa a su secretario de Seguridad, a decir que no tenía todas las informaciones y pidió disculpas por lo que ha sucedido, sin embargo, la Justicia fue muy clara en la respuesta en relación a la postura de ese gobernador.
Hay un paralelo muy evidente que podemos trazar con lo que sucedió en el Capitolio de Estados Unidos. Las acciones de estos grupos terroristas y golpistas son muy similares. Primero tratan de comunicarse en su propia red, en creer en teorías de conspiración y planificar actos terroristas con algún nivel de cooperación de las fuerzas de seguridad. Hay una serie de videos y fotografías que demuestran que hubo policías militares que no presentaron ningún nivel de resistencia a la invasión a la sede de los tres poderes, sino todo lo contrario, hay imágenes que muestran a esos policías tomándose fotos con los golpistas, tal cual pasó en el Capitolio de los Estados Unidos en enero de 2021.
Además de esto, Bolsonaro y otros personajes de la extrema derecha se encuentran en Estados Unidos y sabemos que están articulados en plataformas con sectores de extrema derecha que hoy están dentro del Partido Republicano, pero también que están en otras organizaciones allá. Sabemos que Steve Bannon, por ejemplo, fue asesor de campaña de Bolsonaro en las últimas elecciones y en el 2018 también.
Me parece que es muy evidente que hay una articulación internacional entre sectores de extrema derecha. Los métodos son los mismos, la relación con algunos sectores militares también parece estar muy evidente y ahora se está trabajando para identificar más evidencias sobre la relación de las autoridades y sus responsabilidades con respecto a esos casos golpistas.
El Presidente está tratando de actuar de manera muy enérgica para demostrar que, a pesar de los intentos golpistas, la democracia en Brasil permanece y saldrá fortalecida de este episodio.
*Periodista del portal Brasil de Fato.