La emergencia hídrica que afecta a los bonaerenses apunta directamente al consumo de los ciudadanos, pero por sobre todas las cosas, lastima a los productores agropecuarios. La Bolsa de Cereales habla una pérdida de casi dos puntos del Producto Bruto Interno a nivel nacional, mientras que las instituciones meteorológicas no ven cercana la regularidad de las precipitaciones hasta dentro de, mínimo, tres meses.
En el territorio bonaerense, hay dos actividades productivas agropecuarias que se desarrollan en escala extensiva en grandes superficies: la ganadería y la agricultura. En ambas, la falta de precipitaciones tiene un amplio impacto económico y productivo. En agricultura, esta sequía afectó la cosecha fina, trigo y cebada, la cual se siembra en invierno y se cosechan a fin de año. En cuanto a la siembra gruesa de soja, maíz y girasol, se habla de una pérdida del 50% de la producción, variando de acuerdo a la zona. La Mesa Nacional del Monitoreo de Sequías ya habla de 161 millones de hectáreas afectadas en todo el país. “Va a quedar en la historia” aseguraron desde la entidad, en donde comparan a la faltante de precipitaciones con la del año 2009.
Con el correr del 2022, desde el gobierno provincial visibilizaron la falta de precipitaciones y no tardaron en llegar las alertas. El gobernador bonaerense Axel Kicillof, declaró el estado de emergencia y desastre agropecuario para 33 municipios durante el mes de diciembre. Algo similar había hecho durante noviembre, cuando instruyó medidas al respecto para con los sectores afectados. El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca Javier Rodríguez, el mes pasado le afirmó a BuenosAires/12 que ya habían avanzado con la Ley de Emergencia debido a la faltante de agua.
“La Ley de Emergencia es antigua y establece que ante condiciones de emergencia agropecuaria se dan beneficios impositivos. Dentro de esa ley vamos tomando medidas adicionales teniendo en cuenta cuál es la afectación mayor, sobre todo en cultivos de invierno como el trigo o en el ganado. Las medidas adicionales fueron la prórroga de los impuestos cuando hay una afectación de más del 50% de la superficie y la extensión impositiva cuando hay afectado más del 80%. Sumado a eso, hubo líneas específicas de financiamiento. Lo importante es generar una asistencia sobre todo a los medianos y pequeños productores para que puedan seguir trabajando” subrayó el ministro Rodríguez.
Este presente comienza a explicarse en el año 2020. Allí se registró la llegada de “La niña”, un fenómeno meteorológico cuya característica principal es modificar el océano, haciendo que la atmósfera se acople a sus variaciones. Esto trajo corrientes de agua más fría, lo que generó vientos y cambios en la presión debido al enfriamiento. Los estudios realizados en el país hace algunos meses, arrojaron una alta probabilidad de contar con lluvias deficitarias durante los meses cálidos. Según la Organización Meteorológica Mundial, se está atravesando el fenómeno más largo en mucho tiempo, ya que es la primera vez en el siglo que se da tres veces de manera consecutiva en la temporada primavera/verano dentro del hemisferio sur.
Pese a la alerta y el accionar del gobierno, las respuestas parecen no satisfacer a los productores provinciales. Es el caso del ingeniero agrónomo y presidente de la Confederación Intercoorporativa Agropecuaria Limitada e integrante de la Mesa de Enlace Nacional, Elbio Laucirica, que asegura que “lo que prevé la Ley de Emergencia no alcanza y lo que puede aportar el gobierno es insuficiente”.
Al ser consultado por este diario, Laucirica resaltó: “Pedimos líneas crediticias que nos permitan financiar los compromisos que muchos productores han asumido para sembrar y que al no tener cosecha no pueden afrontar y, además, líneas para afrontar la siembra 2023/24”.
Según el productor oriundo de Rauch, las soluciones propuestas se basan en tratar de aliviar la falta de ingresos y de producción que tendrán en los meses entrantes. “Pedimos, también, temas fiscales que la ley prevé, los cuales estarían vinculados a la suspensión o prórroga según el daño por emergencia climática, para brindar un alivio desde el punto de vista de la carga fiscal” resaltó el titular de CONINAGRO. “Hoy por hoy pagamos por derecho de exportación por una producción que se achicó en un 50%. Estamos pagando anticipos de impuesto a las ganancias, por una ganancia que no vamos a tener al no haber cosechas”, se quejó Laucirica. A su vez, otro punto planteado por el ingeniero es que, si bien se podría trabajar en derechos de exportación, pedirán que el gobierno suspenda la retención del IVA, lo que permitiría una disponibilidad financiera inmediata. Por otro lado, le sumarían una suspensión de IVA en productos importados, los cuales tienen un tratamiento diferente dentro de la escala comercial.
Al ser consultado sobre la falta de divisas que generará esta sequía en niveles macroeconómicos, Elbio Laucirica tomó distancia y fijó posición: “En estos días vemos muchas preocupaciones por el ingreso de divisas al país. Eso es cierto, hay preocupación y necesidad por parte del gobierno de que entren los dólares, ya que necesitan importar productos esenciales, pero también se generará una falta muy grande en los comercios y en los servicios. Lo que venimos advirtiendo desde el mes pasado y que más nos preocupa es que esta merma en la producción afectará no solo al sector productivo, sino a los pueblos del interior donde las economías locales son muy dependientes de los ingresos del campo, lo que se va a ver reflejado en menor trabajo en los talleres, menos comercialización, menos transportes”.
Sobre el final, Laucirica fue contundente: “Ya tenemos datos concretos de las pérdidas en el trigo, donde se ha podido recolectar el 50% de la producción esperada. En cuanto al resto de las producciones, estamos avizorando daños muy importantes y hasta irreversibles". "El productor ya viene haciendo ajustes y la sociedad en su conjunto también, porque con la inflación se licúan los ingresos. Lo que yo me pregunto es cuándo la política va a hacer un ajuste dada la situación que estamos viviendo”, señaló.
En las últimas jornadas cayeron entre 15 y 20 milímetros de agua, pero son valores que no modifican el daño. Los dos puntos del PBI de los cuales habla la Bolsa de Cereales, significan un total que arranca en los siete mil millones de dólares. El ingeniero agrónomo Luciano Lamarche, destacó los pormenores del mal momento que atraviesan los productores. “En la provincia, los productores perderán en su mayoría, mientras que un grupo reducido empatará o superará por muy poco el nivel de inversión realizado. Si mejora la lluvia, habrá pérdidas menores, pero si esto sigue así, irá definitivamente mal”.
En cuanto a la ganadería, Lamarche resaltó: “los bovinos se alimentan de pasto natural o de siembras de mejor calidad, donde las pasturas y verdeos tienen un costo alto de implantación y una durabilidad aproximada de entre 3 y 5 años. Debido a la sequía, muchas pasturas se van a perder, lo que incrementa los costos”. A su vez, el ingeniero destaca que al no haber agua y carecer de pasto, ocurren dos cosas: el productor debe decidir si procede a comprar el alimento, lo que implica un alto costo, o si vende por adelantado la hacienda, lo que genera una baja rotunda en su valor.