A poco más de cien kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, se emplaza un pueblo característico de la llanura pampeana bonaerense. Cuna de Ricardo Güiraldes, “en San Antonio de Areco no te van a decir que son bonaerenses, te van a decir que son arequeros”, afirma Francisco ‘Paco’ Durañona, quien estuvo al frente del municipio entre 2011 y 2019 y actualmente representa a la segunda sección en el Senado provincial.
“Buenos Aires no es una provincia tradicional, es una confederación de municipios”, señala el hombre al frente de Movimiento Arraigo que tiene en el planteo una gran PASO que aglutine la diversidad del oficialismo como premisa central.
—¿Cómo sería una gran PASO?
—Hay dos cosas para plantear. Una, ver quienes están en condiciones y tienen ganas de participar en esta disputa electoral y, la otra, qué temas como Frente de Todos le vamos a proponer a la sociedad, que permitirá que el candidato elegido se fortalezca. Y esto hay que dirimirlo sin dudas en una primaria. Esta elección, para mí, se define ahí.
—¿No cree en las encuestas?
—No creo en las posturas de que tal o cual reúne más votos y nada más. Seguramente que hoy las encuestas dirán que el gobernador es quien aúna más votos, pero a la discusión hay que incorporarle otros temas. Además de que el candidato o la candidata tenga la capacidad electoral, hay que sumarle la capacidad de construir política.
—Pero usted habló de una PASO nacional entre Axel Kicillof y Sergio Massa.
—Dije y sostengo que son dos figuras centrales para una primaria competitiva, que genere una tensión importante y nos lleve a unas PASO interesante a nivel nacional. Axel es el que genera mayor fidelización del voto kirchnerista, ahí habría que incorporar dirigentes del interior. Pero también hay que tratar de invitar dirigentes que se fueron como Juan Manuel Urtubey, Florencio Randazzo y hasta Miguel Ángel Pichetto. Tenemos que armar una gran coalición para verdaderamente empezar un ciclo político profundo después de esta elección.
—Entonces, ¿Cuántos candidatos tiene que haber?
—Hay que invitar a todos, incluso los que se fueron, y generar algo ordenado, obvio que no puede haber doscientos candidatos. Con dos o tres fórmulas que representen a nivel nacional y provincial, y que estén dispuestas a incorporar los debates profundos que necesitamos, está perfecto.
—¿Y a quienes ve cómo candidatos para la provincia?
—Y para la provincia hay nombres como ‘Wado’ De Pedro, Gabriel Katopodis, Fernanda Raverta, Malena Galmarini, Victoria Tolosa Paz, o Martin Insaurralde. Hay una enormidad de cuadros que pueden generar el debate.
—¿Las candidaturas en los municipios deberían seguir el mismo camino?
—Como regla, para mí, tiene que haber PASO en todas las categorías. Obviamente que los municipios que logren la unidad a través de un liderazgo me parece excelente. Pero no forzadamente, dejando afuera compañeros que quieren participar.
—¿Cómo evalúa el rol de los gobiernos locales en la provincia de Buenos Aires?
—Los municipios de la provincia tienen un alto nivel de fortaleza de su identidad. Por eso fortalecer lo local es algo muy importante. Y esa discusión no está. Hoy se sigue creyendo que el gobernador de la provincia de Buenos Aires tiene que ser una mezcla de Juan Manuel de Rosas y Eduardo Duhalde.
—¿Cómo se trabaja sobre ese fortalecimiento?
—Si no estamos dispuestos a distribuir el poder como corresponde en un país federal del siglo XXI, no vamos a salir de la problemática actual de la Argentina. No podemos pensar que entre tres dirigentes que se pasean por el conurbano va a aparecer el salvador de la Patria. Hay llevarle al ciudadano de a pie una agenda que tenga que ver con lo que le pasa todos los días. Lo que reclama la ciudadanía es cercanía, y esto es el problema que tiene la política. El peronismo no lo ha resuelto.
—¿Va a competir por la intendencia de San Antonio de Areco?
—No. Mi rol como intendente esta cumplido. Fueron ocho años y creo en el mandato de dos periodos. Obviamente sigo trabajando, y vivo en Areco con familia. Pero yo creo que puedo aportar más en una estrategia de desarrollo nacional y provincial. En el municipio hay muchas compañeras y compañeros que garantizan la renovación.
—¿Cómo ve la gestión de Juntos por el Cambio en Areco?
—En los pueblos del interior, particularmente del norte de la provincia, en lugares como San Antonio de Areco, hay una cultura terrateniente de muchas generaciones. Ha sido una gestión pobre de Juntos por el Cambio, pero mantienen la fuerza histórica cultural de ser la representación de ese espacio terrateniente conservador, que es grande y pesa. Nosotros también le hemos generado mucho financiamiento al municipio, como los destinados para obras de saneamiento y para el parque industrial.
—¿Cómo fue el comportamiento de la provincia para con el municipio?
—De la provincia no hubo ningún tipo de discriminación, todo lo contrario. Es impresionante el despliegue de recursos y de programas para que los municipios puedan hacer obras, pero esto no fue aprovechado por la gestión local de Juntos por el Cambio. No hubo políticas de viviendas, no se generó un lote con servicios, no se hizo un metro más de cloaca, no se conectó una sola casa a la red de agua, y se frenaron obras de infraestructura eléctrica para el desarrollo de Areco.
—¿Hay ahí una diferencia respecto a la relación del municipio y la gestión Vidal?
—Claro, porque ahpi hubo una discriminación muy fuerte. A nosotros nos dieron de baja obras que estaban adjudicadas. Un hospital para Areco, doscientas viviendas, suna planta de tratamiento de agua que después de tres años logramos reactivar. Se frenaron todas obras del rio para evitar las inundaciones que se reactivaron ahora. También la autopista que conecta San Andrés de Giles con Areco.
—¿Cómo funciona un Senado compuesto de dos bloques de 23 legisladores?
—Es una situación que obliga a construir consensos y acuerdos. Pero el problema que noto es en dónde se construyen esos acuerdos y consensos para avanzar en las iniciativitas legislativas. Me preocupa que eso se realiza por fuera del ámbito legislativo y con poca participación de los legisladores. Entonces nuestros roles se reducen. Existe una gran frialdad entre el Ejecutivo provincial y el Legislativo, al menos lo que ha sido mi experiencia en estos tres años. Como consecuencia, se pierde fuerza a la hora de trabajar los acuerdos necesarios para tratar las cuestiones de coyuntura, y eso pasa porque no se les da un rol protagónico a los legisladores.
—¿Que acuerdos no se pudieron lograr por esto?
—Y, desde Movimiento Arraigo, hemos presentado desde Ley de Promoción de la Agroecología, porque la provincia es un actor central en la discusión del cambio climático a partir de su rol en la producción de alimentos, y no he tenido respaldo. También presentamos el proyecto para crear una Agencia de Vías Navegables respecto al Canal Magdalena, que tampoco avanzó. Otro proyecto como ‘Buenos Aires conectada’, porque somos de las pocas provincias del país que no tiene una agencia de despliegue de fibra óptica. Presentamos ‘Procrear rural’, para que la tierra fiscal bonaerense se vuelque a que medianos productores acceden con financiamiento del banco provincia, y tampoco se trató.
—¿Cómo se podría zanjar esta situación?
—Hoy no aparecen respuestas contundentes y estructurales, y eso surge de amplias mesas de trabajo que planteen como profundizar políticas púbicas. Los temas que debemos discutir en la provincia y quienes trabajaran cada tema.
El fallo por la coparticipación
—A fin de año publicó una lectura alrededor del fallo de la Corte Suprema sobre los fondos coparticipables de la Ciudad. ¿Cree correcta la estrategia del juicio político?
—Si. Aunque, en realidad, estamos como empezando de atrás. Esto que se está haciendo ahora habría que haberlo hecho el 10 de diciembre de 2019, el día que asumió Alberto Fernández. Principalmente porque había dos jueces de la Corte Suprema que habían intentado ingresar a ella de forma irregular, que después se purgó, pero que solo el intento nos daba los argumentos suficientes para poner en agenda, aunque sea la ampliación de los miembros de la Corte.
—¿Estaban dadas las condiciones para llevarlo a cabo?
—Es algo que hicieron todos los gobiernos democráticos desde 1983. No hubo un solo gobierno que no incorporara miembros a la Corte. El primero fue Raúl Alfonsín, el último fue Macri, nombrando a Rosenkrantz y a Rosatti. El ex presidente metió el 50 por ciento de los miembros del Máximo Tribunal actual, ¿Cómo nosotros no vamos a tener la posibilidad de ampliar la Corte sabiendo que si no hay un equilibrio de fuerzas en el ámbito máximo del Poder Judicial no se puede avanzar en ningún tema? Porque todo te lo va a frenar la Justicia.
—¿Está de acuerdo con el proyecto de ampliar la Corte Suprema?
—Nosotros propusimos un relato solido de como ampliar la Corte, que sea más federal. No es posible que haya una Corte de cuatro miembros y un Consejo de la Magistratura de veinte, cuyas atribuciones son muchos más acotadas que las del Máximo Tribunal. Ahí las provincias tienen que tener un rol central en la conformación del órgano central de la Justicia. El Poder Judicial es parte del gobierno, no es otro estamento. No es el árbitro del gobierno y no es independiente del gobierno. Entonces la discusión del Poder Judicial es netamente política. Por eso me parece correcta y apoyo la iniciativa del juicio político, pero creo que llega tarde, que no convence, que la ciudadanía no está vinculada con esta cuestión. No tuvimos la claridad para explicarlo.
—¿Por qué?
—Volvemos a lo mismo que hablábamos antes. La discusión no puede ser: salgan a caminar los que están mejor posicionados y en tres meses hacemos una encuesta y vemos quien mide más. Es poco serio. Porque después se genera una distancia representativa. Si vos le llevas a un ciudadano de Areco o de Mar del Plata ‘Rosatti mafia’, no le interesa, no lo comprende, y cree que le querés sacar ventaja. No hay relato desde la cotidiana. Y esto surge de que esta utrametropolitanizada la política argentina.
—Y respecto a la justicia provincial, ¿está bien su composición?
—Por nuestra parte recentamos proyectos de paridad de género en el poder judicial, la ampliación de la corte provincial, garantizar una cámara de apelaciones en todos los Departamentos Judiciales. Esto último no está garantizado. El 95% de los municipios del interior no tienen acceso a la Justicia, no tiene tribunales. Presentamos proyectos para modernizar a través de audiencias virtuales para que un ciudadano de la provincia no tenga que hacer 140 kilómetros para asistir a una audiencia.