La noche del último domingo no fue una más en el Club San Martín de Carlos Pellegrini, Santa Fe, muy cerca de Cañada Rosquín. Quedará en la memoria como la noche inolvidable del homenaje a León Gieco. Un homenaje colmado de momentos emotivos que se extendió hasta las 3 de la madrugada.
El relato que Chino Zanello hizo de la fiesta en una nota publicada en Posta Rosquín habla por sí solo de las emociones que se vivieron. “Por dentro confirmamos el sentir de haber estado donde se tenía que estar”, concluye el periodista su artículo ilustrado con fotos de Santiago Druetta y remata: “Sabemos que el troesma cantó, tarareó, tocó y disfrutó con hondura de su merecido reconocimiento.”
El homenaje a Gieco comenzó al caer la tarde de un domingo de mucho calor. Fue en el predio del Club San Martín de Carlos Pellegrini, donde Lichi Urteaga, Marlene Zuriaga y Pablo Restovich arrancaban a esa altura a pintar el Mural homenaje a León. A ellos se sumó Florencia Gómez – militante de San Jorge, víctima de femicidio en octubre de 2020 – y el propio Gieco en una intervención maravillosa.
Los primeros en subir al escenario de la Fiesta Nacional de las Cultura fueron bailarines y bailarinas de la región. El espectáculo de danza incluyó a grupos de San Jorge, Las Rosas, El Trébol, Gálvez y “El Amanecer” de Cañada Rosquín, que realizaron coreografías basadas en canciones del cantautor santafesino.
“Ya con luna llena y el acontecer de parrillas humeando, el clima festivo no tardó en mostrar sus postales. La noche con esa sustancia de los grupos, las parejas, las familias, que instalan el equipo de mate pero salen en la previa a buscar choris y pizzas. Eran los preparativos para cumplir con las ganas del reencuentro. El reencuentro con quien siempre sorprende, León”, retrata otro momento de la noche Chino Zanello.
Luego llegó el turno de referentes regionales que cantaron temas de la extensa trayectoria de León. La Banda Comunal “Gabriel Turletti” de Cañada Rosquín, con la dirección de Raúl Gallo y Marisa Gallo en voz y guitarra, arrancó ese tramo del homenaje con “Caminito de llamas” y “El ángel de la bicicleta”. Bajo la dirección de Alicia Galetti, el Coro Comunal “Incantando” interpretó “Todos los días un poco” y “La navidad de Luis”.
León se sumó desde el vamos en la fusión de su guitarra y ármonica en la mayoría de temas. La banda pellegrinense Malhaya hizo “Bandidos Rurales” y “El ídolo de los quemados”. Los hemanos Marisa y Raúl Gallo se ganaron los aplausos con sus interpretaciones de “Cinco siglos igual” y “Cómo un tren”. Seba Buzán hizo después cautivantes versiones de “La colina de la vida” y “Canción de amor para Francisca”.
Pasada la medianoche subió al escenario Lucía Ramseyer, una artista de 6 años. Antonio Druetta la acompañó en “Viejos amores”, tras lo cual llegó Lalo Pagani con músicos invitados para “Pensar en nada”, “Amor y soledad” y “Hombres de hierro”.
La versión de “Cuándo los ángeles viajan” que hizo el Cucho Frani llegó luego a la entraña bien sensible del público. El mismo público que rato después a retribuyó con un sostenido y extenso aplauso a Joanna Gieco, la interpretación junto a su padre de “Quién ama y sufre” y “Las hojas tienen mudanza”. León y su amigo Diego Smolovich hicieron juntos después “El que pierde la inocencia”.
Vando Giuggia y Juan Marcos Ardunio sumaron en dúo sus versiones “María del campo” y “Cachito campeón de Corrientes”. Y al rato Antonio Druetta interpretó “Semillas del corazón” y “Soy un pobre agujero”.
“El país de la libertad” sonó contundente a través del grupo de San Martín de las Escobas y Cañada, antes del previsto broche final: el retorno al escenario de todos los que participaron del homenaje para abrazar a León y cantar juntos “La cultura es la sonrisa” y “Sólo le pido a Dios”.