Qué lugar ocupa la literatura para niños en la Argentina y de qué tipo de sociedad habla eso, tratándose de una literatura que por llamarse infantil no deja de ser para adultos, o cómo es ese mercado editorial en un presente de omnipresencia audiovisual son algunas preguntas que abre el documental Infancias y libros, unitario que puede verse en la plataforma Cont.ar, con entrevistas a grandes referentes del género como Adela Basch y Luciano Saracino, producido por la Casa Nacional del Bicentenario (CNB).
¿De qué habla la literatura infantil que consume y produce una sociedad? Es una inquietud que no cierra con respuestas, sino que amplía los 45 minutos del film hecho por la CNB como parte de un proyecto dedicado a las infancias nacido el último invierno, el cual se retroalimenta con iniciativas que atraviesan el universo conceptual de la Casa, como la llamará en adelante su directora, María Fukelman. Un proyecto que ya cuenta con su Espacio para Infancias y con su biblioteca.
Este año en la CNB "hubo varias instancias dedicadas a las infancias, un espacio que inauguramos en vacaciones de invierno en diálogo con la exposición Las olas del deseo. Convergieron las inquietudes del área Audiovisual de la Casa, que tenía ganas de generar contenido propio, y del área Ideas, que nuclea infancias, diversidades, educación y accesibilidad. La posibilidad común fue aprovechar la biblioteca que estábamos desarrollando en el Espacio de Infancias y dar forma a este unitario", dice Fukelman.
"Nuestro interés está en que las actividades se retroalimenten, entonces la escritora Cristina Macjus y el ilustrador Nicolás Lasalle, autores del libro Dos cositos marinos, que presentó el sello Futurock en la Casa, resultaron invitados al unitario, lo mismo que Any González y Ana Medina", narradora una y cofundadora la otra de La Nube, primera librería y biblioteca porteña dedicada a producción cultural para la infancia, creada en 1975. Qué lecturas permite "conocer el lugar que ocupa la LIJ en la sociedad argentina".
"¿De qué está hecha una nación?", repregunta Saracino, autor de October y las estrellas e Historias entre tumbas. "Hay un montón de respuestas. Por supuesto que de hechos, personas o historias que fueron generando presentes, pero también está hecha de libros. Somos nuestros escritores: Borges, Bornemann, María Elena Walsh... Somos los que nos contaron lo que éramos. La literatura argentina a secas nos funda como país. Somos nuestros libros. La Patria se cuenta y hay un montón de modos de contarla".
El unitario invita a "despertar la imaginación, la creatividad y la conexión con el mundo de los libros". Cómo definir ese mundo cuando el mainstream internacional muchas veces reproduce el relato dominante, aunque en la escena nacional proliferan bibliotecas, ferias y librerías, sellos pequeños e independientes crecieron y nacieron incluso en pandemia y los festivales literarios más importantes tienen como interlocutores dilectos a mediadores de lectura.
"A pesar del auge de los celulares o la TV on demand siempre va a ser un plan para una niña o un niño que se le lea un cuento; es algo analógico que se puede transformar cuando se lee desde dispositivos tecnológicos pero que nunca va a desaparecer. Siempre va a ser atractivo hacer las voces de los personajes para los chicos o que ellos lean por sus medios o saber qué sigue, cómo termina", dice Fukelman. En todo caso "cambian las temáticas, algo súper interesante de lo que habla el audiovisual, pero los chicos y los libros siempre van a estar unidos".
"Los libros están y los libros van a estar -refuerza Saracino-, siguen siendo esa fogata donde nos sentamos alrededor para iluminarnos y sentir calor. Leer un libro con un niño es un acto de amor, igual que leerle un libro a un adulto, aquellos a quiénes nos han leído lo sabemos. No tengamos miedo, están buenísimos los videojuegos, las pantallas, no pasa nada mientras haya un libro también para acompañar".
Desde la perspectiva de Basch, autora de Que sea Odisea y Ulises no me pises, el mundo actual de los libros para niños en Argentina "es de mucha riqueza y tiene un gran desarrollo. A primera vista esto no condice con gran parte del escenario social, pero tal vez, justamente por tratarse de literatura, puede sostenerse a pesar de las condiciones contradictorias". Basch señala que "es poco lo que en la escena global de hoy alienta la construcción de significados y contribuye a ir más allá de lo conocido. El surgimiento de pequeñas editoriales y la actividad sobresaliente de los mediadores de lectura es una respuesta a esta situación".
En ese mundo de libros, aporta Lasalle, "hay propuestas mucho más diversas, profundas, experimentales y creativas, y eso guarda relación con la manera en que vemos las infancias hoy, con la trascendencia que tienen las experiencias que atravesamos en la niñez". También tiene que ver, asegura el dibujante, "con tener conciencia de que la creatividad es un músculo que, si se ejercita, se desarrolla, sobre todo en ese momento de la vida totalmente desprejuiciado. Hay que fomentar la idea de que la creatividad no es un don, que tiene que ver más con un ejercicio que todos podemos desarrollar de una manera u otra en cualquier ámbito".
El programa fue producido por la Casa Nacional del Bicentenario. ¿Qué entiende la CNB por literatura infantil y juvenil? "Es un concepto que está puesto en crisis y por eso el título del documental no habla de LIJ", señala Fukelman. "Lo usamos en sentido tradicional, vinculado a cómo se relacionan las niñas, niños y niñes con los libros y, si se considera que se es niño hasta los 18 años, entonces pensamos en los libros que interesan a chicos de entre cero y 18 años".
Si cualquier literatura, mediada por quien corresponda, puede ser considerada de adultos, ¿qué es lo que hace que una literatura sea para infancias? "Lisa y llanamente que a los niños les interese", dice Basch. "Que les resulte placentera y disfrutable; que les despierte la curiosidad y el deseo de seguir leyendo o escuchando; que si se les da la posibilidad de que seleccionen qué leer, la elijan; que no les aburra; que no les diga lo que tienen que hacer o cómo tienen que ser; que no pretenda ser un medio para un fin ajeno a la literatura misma".
La propuesta del documental es indagar sobre literatura e infancias. ¿Cuál es la importancia de la literatura infantil en la conformación de la red social, en la construcción del imaginario y la identidad de una comunidad? Para Fukelman, la LIJ "tiene una importancia central, a partir de sus lecturas las infancias incorporan otras miradas y concepciones del mundo. Uno de los ejemplos que dan en el docu es el de una literatura donde las niñas ya no son las princesas que esperan a que un príncipe las salve, son fuertes y salen a buscar lo que quieren. La LIJ es central para la constitución de los seres humanos. Y te fortalece en gramática: no hay forma de escribir bien si no se lee mucho".
* Agencia Télam.