Las internas de Juntos por el Cambio van estallando una a una en las provincias. Pese a que fue tema de la reunión de la mesa nacional de esta semana, la situación en Neuquén -donde el PRO se dispone a apoyar a otro candidato y separarse de la UCR y la Coalición Cívica- llevó a que el presidente de la CC, Maximiliano Ferraro, le pidiera públicamente al PRO que se ocupe de ordenar a la tropa. A esta disputa, se suma la de Mendoza, donde el dirigente del PRO Omar De Marchi da todas las señales de que romperá la alianza para ir por afuera. Los problemas siguen en Córdoba, donde hasta ahora los principales candidatos no pudieron ponerse de acuerdo en un método para dirimir las candidaturas pese a las admoniciones de la mesa nacional. También en Tucumán ocurre algo similar.
Si bien la mayor parte de la reunión de la mesa nacional de JxC de esta semana estuvo enfocada en el juicio político a la Corte, las disputas provinciales y los peligros de ruptura afloraron también. La mayoría de los reproches allí fueron para el PRO, por sus estrategias en distintas provincias que tensionan la alianza con la UCR y la CC. Ante esto, Patricia Bullrich, titular del partido, recogió el guante y se comprometió a intentar ordenar las internas. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se mantuvo en silencio. Dejó que la presidenta del PRO cargara con todo el peso de los reproches.
Arde Neuquén
En Neuquén el conflicto estalló porque los dirigentes del PRO ya se muestran decididos a abandonar la alianza con la UCR y la Coalición Cívica para apoyar a un candidato que consideran más competitivo: Rolando Figueroa, que viene del Movimiento Popular Neuquino. Para esto, irían como una lista "colectora" del candidato. En la CC y en la UCR consideran que esto debilita a Juntos por el Cambio y por eso Ferraro salió a poner el grito en el cielo: "Hacemos un llamado para que las autoridades nacionales del PRO y la UCR tomen los recaudos que correspondan y así evitar el debilitamiento de Juntos por el Cambio en Neuquén. Ahora se entiende por qué algunos no querían alianza o reglamento de reglas de juego", advirtió.
Si bien el mensaje estuvo destinado a las autoridades de los dos partidos, era en verdad todo para Bullrich, dado que la UCR tiene otra política en esa provincia. De hecho, el presidente de la UCR nacional, Gerardo Morales, le contestó rápidamente: "Así es Maxi, trabajaremos juntos para fortalecer a JxC en Neuquén y en toda la Argentina".
Lo cierto es que hoy la UCR y la CC siguen respaldando al candidato propio, Pablo Cervi, mientras que el PRO va detrás de Figueroa. La diputada del PRO Leticia Esteves dijo varias veces que la postulación de Figueroa "cambió el escenario y obligó a replantear las estrategias". Habrá que ver cuánto puede modificar la intervención de las figuras nacionales, dado que las provinciales creen que cambiar de candidato es el mejor escenario electoral.
Mendoza en llamas
Mendoza también formó parte de las conversaciones entre los dirigentes nacionales de Juntos por el Cambio esta semana. De hecho, logró el milagro de mostrar unidas a distintas líneas del radicalismo mendocino: tanto el gobernador Rodolfo Suárez como el senador Alfredo Cornejo lanzaron las mismas quejas. A ellos, se sumó también Morales. Todos los reproches fueron para el dirigente larretista Omar de Marchi, quien viene tensando la cuerda en dirección a romper la alianza y presentarse por afuera por la gobernación. Para los radicales, dividir Juntos por el Cambio es sinónimo de entregarle la provincia al peronismo.
De Marchi decidió que su sector no participe del primer encuentro del año, organizado por la UCR, para comenzar a concretar el armado electoral. "Es muy difícil construir un frente cuando no hay confianza”, los cuestionó. De Marchi se quejó de que "no tuvo una sola reunión desde la última elección hasta ahora, ni siquiera para los temas estructurales, como las reformas de la Constitución y de la Corte. Esos temas hubieran merecido una discusión dentro de un ámbito conjunto, pero es tarde”.
Todo indica que De Marchi se aleja progresivamente del gobierno radical y se preparara para enfrentarlos. Cuánto podrán (o querrán) hacer los dirigentes nacionales del PRO para frenarlo, está por verse. Larreta lo sumó a la mesa del armado nacional para su proyecto presidencial y no hará nada para arriesgar esa alianza.
Córdoba y Tucumán
En Córdoba la disputa ya lleva tiempo, pero sigue sin resolverse. Hay dos candidatos postulados, Luis Juez y Rodrigo De Loredo. Cuando la mesa nacional bajó un reglamento que implicaba que debían definir la candidatura o por encuestas o en una interna partidaria, Juez les contestó que no se metieran en los asuntos de los cordobeces y no firmó ningún acuerdo. Incluso, llegó a decir que si no lo dejan competir dentro de Juntos por el Cambio, irá por afuera.
De Loredo, apoyado por Martín Lousteau y con coqueteos con Mauricio Macri, insiste en que el PRO se la juegue y lo presione a Juez para que acepte las reglas del juego. Bullrich y especialmente Larreta mantienen buenas relaciones con Juez y hasta ahora no hicieron caso a los pedidos de que lo presionen.
Así las cosas, avanza el año y no hay acuerdo en torno a cómo se dirimirán las candidaturas, aunque las autoridades nacionales son más optimistas en esta provincia que en otras. Nadie quiere repetir la historia de cuando fueron por separado Mario Negri y Ramón Mestre y le regalaron la elección al peronismo local, que ganó caminando.
Tucumán, en tanto, es otro terreno fértil para la disputa. Hay diferencias entre Germán Alfaro -a quien apoyan las distintas vertientes del PRO, tanto la larretista como la bullrichista- y el radical Roberto Sánchez. Ambos sectores se acusan mutuamente de jugar para Juan Manzur.