Centenares de activistas ambientales le están haciendo frente al desalojo del pueblo alemán donde se quiere ampliar una mina de carbón. Este sábado se sumó a la protesta la ecologista sueca, Greta Thunberg y adelantó que "no piensan desistir".
Policías y grupos de manifestantes se enfrentaron durante una concentración contra la expansión de una mina de carbón a cielo abierto en Lützerath, en el oeste de Alemania. El momento de tensión se dio cuando cientos de militantes anticarbón trataron de penetrar en terrenos de la mina de carbón, algo que había sido expresamente prohibido.
"Se rompieron las barreras policiales. A las personas delante de Lützerath: '¡Salgan de esta zona inmediatamente!", tuiteó la policía. Anteriormente, se habían producido ya enfrentamientos entre grupos de manifestantes y las fuerzas del orden, contra las que se lanzaron artefactos pirotécnicos y piedras.
Las fuerzas de seguridad protegían también el acceso a municipio de Lützerath, cerrado con rejas y ocupado por varias decenas de activistas que estaban siendo evacuados por las fuerzas del orden desde hacía varios días. La marcha se organizó en apoyo a los activistas que ocupan la pequeña localidad abandonada, y estuvo simbólicamente encabezada por la activista sueca Greta Thunberg.
Reclamo al gobierno alemán
"La ciencia lo dice claramente: el carbón debe permanecer bajo tierra, debemos parar la destrucción de nuestro planeta", dijo la activista.
"El carbón sigue en el suelo, seguimos aquí, Lützerath todavía existe, y mientras el carbón siga bajo tierra, esta lucha no habrá terminado. No pensamos desistir", afirmó.
"Es una vergüenza que el gobierno alemán llegue a acuerdos y compromisos con empresas como RWE", declaró Thunberg.
En un discurso ante miles de activistas, cuyo desalojo definitivo comenzó el miércoles pasado con el fin de dar paso al incremento de la extracción de carbón de la mina Garzweiler II, Thunberg criticó que se sacrifiquen vidas humanas "por el beneficio de unas pocas personas increíblemente ricas" y se preguntó cómo puede ser que en 2023 se siga por "un camino que conduce a la nada".
"Que estén aquí es una señal de esperanza", afirmó al dirigirse a los activistas, a los que dijo que hoy están demostrando que los cambios no vienen de gobierno, consorcios y dirigentes, sino de las personas que protestan en la calle y en casas de madera en los árboles (en referencia a los activistas atrincherados en Lützerath).
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