“Este tipo la seguía cielo y tierra. Estamos poniendo panfleto, me quedé callada y me siento desesperada, si ella tomó la decisión de irse, el tipo la llevó a eso, por eso me asusta”, contó angustiada Edith Pintos, la mejor amiga de Karina Chazarreta, la mujer que se encuentra desaparecida desde el miércoles.

En diálogo exclusivo con Catamarca/12, Edith contó el infierno que vivía Karina en un contexto familiar marcada por la violencia de su expareja y de sus propios hijos, quienes la maltrataban cada vez que ella lo denunciaba.

Edith además de ser amiga desde la adolescencia y de haber compartido la primera vivienda, es la actual jefa de de personal donde Karina trabaja, por eso fue la última persona a quien Karina contactó el miércoles 11 de enero alrededor de las 6.34 de la mañana, hora en la que una cámara de un negocio cerca de su barrio registró su última imagen.

“Ayudé para que ella trabaje en la Municipalidad, en el Vivero Municipal. El miércoles me llama y me manda un mensaje de Whatsapp y me dijo ‘Ma, me dormí’, y me dijo que no iba ir que no se sentía bien”.

A pesar de que Karina tenía una moto, la última vez que se la vio, caminaba por la Avenida San Juan Bautista con una mochila. Edith aclaró por qué la mujer que lleva 72 horas desaparecida iba caminando: “Ella tenía su moto, pero no salió en la moto, porque el tipo, del que ya estaba separada más de 8 meses, tenía aparentemente un GPS, que estaba en la moto o en el teléfono. La sofocaba y perseguía por más de 20 años", aseguró.

Se trata de Cristian del Valle Ortega (46), a quien el fiscal que sigue el caso, Jonathan Felsztyna, dio la orden de liberarlo ayer, tras haber allanado las casas de ambos sin resultados.

Para Edith la expareja es responsable de cualquier decisión que haya tomado su amiga. “Ella estaba afligida, no razonaba. Quiero creer que sí decidió irse, no es de pensar eso, es más ella pensaba en matarse, que ya estaba harta de vivir, sí, quizás hubiera pensado en suicidarse”.

En este sentido Edith contó que el lunes 7, dos días antes de la desaparición de su amiga, Ortega había protagonizado un episodio de violencia en el trabajo de Karina.

“El lunes se presentó en el trabajo y la empezó a gritar: ‘vení Karina’, las compañeras empezaron a rodearlas para protegerla y el tipo la llamó a una de las compañeras: ‘Decile a Karina que salga porque se va a poner peor’, le dijo. Entonces entonces ella sale del predio y se acerca al remis (es remisero) ella le dice que se vaya, él estaba enloquecido y salió a todo lo que daba en el remis”.

Edith agregó que ese mismo lunes a la salida del trabajo el hombre la persiguió. “Cuando ella se va mi otra compañera los ve que el tipo la había hecho bajar de la moto y la tironeaba del brazo, que la estaba zamarreando. La seguía y la esperaba horas y horas”.

La amiga decidió acudir a los medios porque le parece “curioso” que no haya rastros y que el mayor sindicado haya sido puesto en libertad. Edith contó que en su declaración ella puso a disposición de la Justicia su celular y un pendrive donde guarda desde 2017 los mensajes de amenazas que la expareja le enviaba a Karina.

“Ya lo dije, puse a disposición mi teléfono para que ellos vean, porque él la obligó a borrar el teléfono y yo tengo un pendrive con todos los maltratos desde el 2017, y él la volvía a envolver. La amenazaba, la acosaba. Y ella me mandaba mensajes: ‘estoy cansada, ya no doy más, me obliga a hacer cosas, me obliga a todo, no sé qué hacer, estoy muerta en vida, me doy cuenta que es un psicópata es capaz de hacer cualquier cosa’. Yo ya declaré esto pero aparentemente para ellos quedó inválido”.

Edith contó que la denuncia que Karina hizo en diciembre no es la primera, antes de la pandemia la mujer levantó otra que ya estaba lista para sentencia. Sin embargo el entorno familiar y la presión de la expareja hicieron que Karina no encontrara una salida a la situación de violencia.

“Los hijos aportaban a la violencia del padre”, denunció Edith, “sos una pelotuda ahora el viejo va a quedar sin trabajo, qué me vas a dar de comer, ahora el viejo se va a llevar el auto”, contó que le decían a Karina. “Uno le mintió y le dijo que lo habían corrido del trabajo por culpa de ustedes porque viven en quilombo y me quedé dormido. No era que lo habían corrido, lo habían suspendido, pero él le puso la carga a su madre”.

La mujer agregó que a raíz de su declaración fue amenazada por uno de los hijos que es policía. “Me amenazó que si él hallaba a la madre viva o muerta y sola, me iba a hacer una contradenuncia”.

Una nueva trama

Por la denuncia que Karina formalizó en diciembre la Justicia le impuso una orden de restricción a la expareja. Sin embargo Edith señaló que ellos vivían en el mismo terreno. Cuando se separaron él se quedó en la casa y ella en un departamento atrás con el hijo más chico.

“El tipo tenía una perimetral, pero como uno de los hijos es oficial de la policía, cuando lo iban a sacar él dijo ‘no sean así, ya mañana lo voy a sacar a mi viejo, y el hijo le permitió que se quede porque estaba tomando, ella estaba refugiada conmigo ese fin de semana. El fin de semana siguiente se armó una peor. El hijo llega y el tipo la había maltratado, entonces lo echa. El hombre borracho empezó a gritarle a su hijo que era un bastardo, que le iba a quitar el apellido. En ese momento el hijo se viene a enterar después de 26 años que no era hijo de él. Pero él cuando la conoció estaba embarazada y lo aceptó”.

Edith señaló que este episodio la afectó más a Karina. “Ella estaba afligida, no razonaba. Ahí el hijo le prohíbe que entre, pero el tipo entraba mientras el hijo trabajaba. Ella estaba perdida, andaba como un zombi, una le preguntaba y te hacía una mueca”, afirmó la mujer.

“Ella vendía barbijos, bingo, era una mujer luchadora. El que la vio que por favor diga, hable, ella está asustada y con miedo de volver. Hay muchísimas gente que son testigos. Si ella aparece que se cumpla justicia, que lo alejen a ese tipo, que lo hagan pagar por el daño que hizo por tanto tiempo”, concluyó la amiga en tono desesperado.