La tiene clara
El socialismo cree tener en claro el panorama. “Hicimos bien los deberes, conocemos el territorio y tenemos experiencia de sobra en las mediciones”, le dijo a este diario un experimentado dirigente del PS. “Hay cuatro candidatos con dos dígitos y sólo cuatro”. Y sin ponerlos en orden enumeran a Marcelo Lewandowski, Carolina Losada, Maximiliano Pullaro y Clara García. Por alguna razón lo excluyen a Pablo Javkin al que la mayoría también ubicaría, aunque sea por intuición, en este pelotón. Es claro, nunca lo quisieron al intendente que les arrebató el último bastión que hubiesen podido conservar los socialistas antes de perderlo todo. Pero además, entienden que lo que sume el dirigente de Creo les resta a ellos en su alianza con los radicales.
Ya lo dijo la diputada Mónica Fein hace unos días. El socialismo no se siente representado en el gobierno de Javkin y es más, la dirigente a la que venció en la interna de 2019 y con la que Javkin nunca recuperó vínculo, Verónica Irizar, terminó renunciando a la comisión de Planeamiento del Concejo en disidencia con un despacho del Ejecutivo.
El socialismo cree que tiene candidata y electorado. Además de territorio y sólidas herencias con el radicalismo en el Frente Progresista en distintas ciudades y pueblos del vasto interior provincial. Sostienen que para muchos dirigentes locales las cosas no cambiaron tanto y que es más natural volver a desembocar en el viejo Frente Progresista que hacer piruetas explicando el nonato Frente de Frentes en localidades en las que el Pro y Juntos por el Cambio jamás hicieron pie. Después están Rosario y Santa Fe que son dos cuentas aparte y que así serán tratadas. También por las otras fuerzas políticas.
Al congreso partidario de abril quieren llegar con un lema que no se expresa pero late permanentemente en cada acción: si hay que asumir una alianza con el macrismo que el pase resulte lo más caro posible para la centroderecha y lo más redituable que se pueda para la centroizquierda que pasará mucho tiempo explicando cosas. Después de todo, el verdadero material de semejante soldadura está hecho de químicos antiperonistas. O dicho de manera más elegante, la necesidad de la oposición santafesina de construir una alternativa.
Hay candidata (Clara García), hay electorado y territorio, y sobre todo, hay convicción de que ir solos a esta elección sería una catástrofe. A partir de esas premisas las negociaciones se irán poniendo más difíciles a medida que se acerque la fecha de cierre para las alianzas políticas que competirán en las elecciones provinciales.
Como en el peronismo, en esta variopinta coalición también hay miradas diferentes acerca de cómo relacionarse con los debates electorales nacionales. El socialismo gobernó siempre sin referencias en la nación así que conoce las ventajas y desventajas. Pero sostiene que “ni en la época más tensa de la grieta los electores se dejaron arrastrar a la hora de tomar decisiones en la provincia” por lo que aseguran que aquí “las marcas no funcionan”. Con lo cual los entusiastas esfuerzos del exgobernador salteño Juan Manuel Urtubey de convocar a los socialistas a un entente nacional (también intenta sumar al propio Omar Perotti arrimado por Juan Schiaretti a ese confuso proyecto) no son más que movimientos destinados a no terminar en nada. La propia Fein ya había estado reunida con el gobernador cordobés y los comentarios duran el día que dura la publicación de la foto en redes sociales.
Una foto en El Cairo
Hablando de fotos en redes sociales, el retrato político de la semana fue el cafecito en el bar El Cairo entre el diputado nacional Roberto Mirabella y la ministra de Salud de la provincia Sonia Martorano. Enseguida muchos vieron la fórmula en ese encuentro pero eso es algo que aún está a mucha distancia de suceder. Martorano es por lejos la mejor ministra que tiene el gobernador Perotti y no sólo por el manejo de la pandemia sino, y sobre todo, el peronismo de Santa Fe se deslumbra por el trato que le dispensa la prensa rosarina a la ministra. “La tratan bien todo el tiempo, la consultan permanentemente”, se asombran los funcionarios del gobierno que prácticamente desconocen esta ciudad y que, en general, no tienen buenas experiencias de sus esporádicos encuentros con los periodistas de Rosario.
Martorano viene de ser reconocida por la Universidad de Oxford con el primer premio en el Seminario de Líderes Latinoamericanos de Salud, en el Harris Manchester College en Gran Bretaña. La distinción es por su gestión junto a su equipo de salud provincial en el marco de la campaña de vacunación más masiva de la historia de la provincia. “El socialismo con un premio así hubiese hecho una campaña enorme en medios potenciando a su funcionario a más no poder”, dijo encogido de hombros un peronista que sigue reconociendo las dificultades que tiene el gobierno de la provincia para comunicar de manera efectiva las cosas que hace bien.
Martorano había reconocido que si se lo proponía el gobernador Perotti, lo iba a pensar. Pensaría en una candidatura, claro que nadie sabe si sería para completar una fórmula o en otra categoría. Aún falta, pero el gobierno sabe que tiene allí a una mujer reconocida que podría dar una interesante pelea electoral en más de una categoría. Habrá que convencerla porque finalizará en diciembre una gestión extenuante al frente de la cartera de salud.
Martorano, como Mirabella, saben que dependen de Perotti. Es decir, que en la batalla electoral van a representar a la gestión que termina este año. Con lo bueno y con lo malo. También ponen en cuentas aparte a Rosario y Santa Fe porque saben que en el resto de la provincia el gobierno y el gobernador son considerados como los que más han invertido en infraestructura de todo tipo y han caminado como nadie al lado de la producción y los productores.
Serán cuestionados, pero si hay algo que saben en el gobierno provincial es que las peleas nacionales actuales no son para Santa Fe. “Cuando camino la provincia la gente no me pregunta qué pasa con el juicio a la Corte, me preguntan por obras concretas, por los subsidios al transporte, por la necesidad de más recursos”, dice Mirabella en modo candidato a gobernador y asegura que a eso debería convocarlos el presidente Alberto Fernández, “a discutir cómo se reparten los fondos con el interior y no sólo los de Capital Federal”.
El peronismo tiene que saldar todavía el entredicho con el senador Lewandowski que dijo claramente que no se siente representado por este gobierno provincial, que lo tratan mal o lo destratan y que Perotti tiene mejor relación con Javkin que con él. Desde esos dichos ni Perotti ni Mirabella han vuelto a hablar con el senador nacional. En el entorno de Mirabella aún sostienen que con esas declaraciones Lewandowski convenció más al gobernador de que tiene que competir con su hombre de confianza. "Salvo que haya salido a desmarcarse para competir como intendente de Rosario y en ese caso no tener que cargar con el tema de las políticas públicas de Seguridad" que siguen sin grandes resultados, sostienen. Nadie lo sabe con claridad.
También se espera más acción del resto de los precandidatos ya lanzados y que tienen dependencias nacionales más firmes y se guardan para la recta final para las negociaciones, como es el caso de Marcos Cleri (el de mejor relación con el perottismo), Eduardo Toniolli y Leandro Busatto.