Desde Madrid
Si bien una trayectoria artística no puede medirse solamente por los premios, a veces estos trazan un panorama desde dónde ha partido y hasta dónde ha llegado un actor en el mundo: dos Globo de Oro, un Emmy y un Oscar tiene en su vitrina el gran actor Edward James Olmos, nacido en Los Angeles (Estados Unidos), en 1947, pero de ascendencia mexicana. Y si se continúa con la estadística también ha brindado su rostro en más de cien películas muchas de ellas memorables por sus personajes: desde el Teniente Castillo, en la serie de televisión estadounidense Miami Vice; pasando por Selena, donde compuso a Abraham Quintanilla, padre de la fallecida cantante mexicano-estadounidense; y sin dudas tampoco puede dejar de mencionarse al personaje Gaff en Blade Runner, de Ridley Scott, estrenada en 1982 y que este año tendrá una nueva versión titulada Blade Runner 2049, la esperada continuación de ese film de culto, en la cual vuelve a participar.
Ayer, en la conferencia de prensa que brindó Edward James Olmos en un hotel céntrico de la calurosa y superpoblada Madrid, también fue homenajeado: se anunció formalmente que esta noche recibirá el Premio Platino de Honor en la gala de la cuarta edición de estos galardones que entregan la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (Egeda) y la Federación Iberoamericana de Productores Cinematográficos y Audiovisuales (Fipca), entidades organizadoras de los Platino. El de Honor ya lo han recibido la actriz brasileña Sonia Braga, el español Antonio Banderas y el argentino Ricardo Darín en las ediciones anteriores.
Antes que James Olmos pronunciara sus primeras palabras, habló el presidente de Fipca, Adrián Solar: “No me voy a referir a él como actor, es algo conocido por ustedes, pero sí a una faceta que siempre me ha impresionado mucho y que es su extraordinario y productivo apoyo hacia el cine latino”, subrayó Solar. Y recordó un nacimiento importante: “Esto se expresa concretamente en 1997 cuando Edward, junto a otros colaboradores, fundaron el Festival Internacional de Cine Latino de Los Angeles. Este festival se transformó en una importantísima ventana para nuestro cine hacia la audiencia norteamericana. En cada edición se daban alrededor de cien películas”, recordó el presidente de Fipca. También habló antes del actor de setenta años y de imborrable acento mexicano, el presidente de Egeda, Enrique Cerezo. “Que Eddie haya aceptado este premio es una alegría y un honor para todos nosotros. Pero quiero agradecerle su compromiso con los Platino desde el inicio y la extraordinaria labor que ha hecho en los Estados Unidos a favor de la comunidad latina utilizando la televisión y el cine como herramienta para la integración y por supuesto también quiero destacar la magnífica carrera profesional que ha realizado”, expresó Cerezo, también presidente del Atlético de Madrid.
James Olmos se mostró de muy buen humor y antes de adentrarse en sus reflexiones confesó públicamente que no duerme mucho en los aviones y que por eso estaba un tanto cansado. Reconoció que se sintió sorprendido por la distinción, pero que lo vive como algo “muy importante para todos nosotros” (en relación a la comunidad latina). “Se necesita el reconocimiento del arte del cine de Iberoamérica”, completó. Recordó que hace décadas viene peleando en los Estados Unidos por el reconocimiento del cine iberoamericano. Y avisó: “Somos muchos en los Estados Unidos y vamos a ser muchos más, pero nos tienen miedo”.
Una consulta que le realizaron a James Olmos giró en torno a qué se necesita cambiar del cine iberoamericano para que tenga más éxito, más allá de sus fronteras. “Paciencia”, sostuvo el actor. “Para mí el arte del cine, especialmente viniendo de Iberoamérica, está igual que en todo el mundo, como los rusos, japoneses, chinos. Los norteamericanos gastan mucho dinero haciendo mucho y lo ponen en todo el mundo, pero ellos quieren dominar totalmente el arte. Quieren cerrar totalmente el uso del arte del cine en el mundo. Y lo han dicho muchas veces. Eso nunca va a pasar porque el cine es el arte más fuerte que hemos tenido en toda la historia humana”, subrayó James Olmos. “Lo que necesitamos en Iberoamérica es seguir haciendo nuestras historias. Nuestras historias inciden de manera diferente. Y también cada director y cada cultura. Necesitamos atraer la atención”, agregó James Olmos. Por eso, mencionó una vez más la importancia de los premios Platino y los comparó con el nacimiento de los Oscar: cuando surgieron los premios de la Academia de Hollywood, recordó Olmos, había unas treinta y cinco personas en un restaurante cuando otorgaron el primero. En cambio, destacó que en la primera edición de los Platino, en Panamá hace cuatro años, “éramos miles los que estábamos ahí”.
Después habló de la situación de los latinos en Estados Unidos. “El latino sufre un prejuicio y una discriminación increíble”. Y recalcó: “Pero vamos a ser muchos más y vamos a dominar totalmente el arte porque lo hicimos en los 30 y en los 40 cuando estábamos en la época de oro”.
Un periodista recordó que en el Panorama Audiovisual Iberoamericano que dieron a conocer las entidades organizadoras en estos días figura que el mercado iberoamericano representa sólo el 11 por ciento del mundial, con una predominancia del 87 por ciento de la producción estadounidense. En ese sentido, le pidió clarificar qué pasos deberían darse, más allá de las declaraciones de buenas intenciones y del entusiasmo que hay en la comunidad cinematográfica latina, para que el cine iberoamericano crezca. Olmos explicó que dentro de la propia Iberoamérica se debe apoyar el arte de cada país. “El asunto comienza en casa. Cada país debe apoyar su propia producción. La gente va a ver las películas americanas, pero es muy difícil abrir la puerta en Norteamérica. En 1940 teníamos más de 750 pantallas que enseñaban nuestras películas en español en los Estados Unidos. Hoy en día son menos de 25 pantallas en todo el país. Me dicen que cuando `hay algo bueno, por ejemplo una película de Pedro Almodóvar´ lo ponen en 400 pantallas, pero eso pasa cada dieciocho meses. Lo que teníamos se nos ha quitado. Por eso, para mí todo comienza en la casa. Y luego tenemos que abrir la puerta en los Estados Unidos”, señaló James Olmos, con números que hablan por sí mismos.
Cuando se le preguntó si el hecho de que actualmente Donald Trump esté al frente del gobierno de Estados Unidos es una gran oportunidad para demostrar qué grandes son los latinos “a pesar de los muros”, James Olmos reconoció que “está difícil” y que “lo que está pasando en el mundo es muy peligroso”. Luego, profundizó: “Ustedes lo saben. El va tener tiempo. Pero no está preparado porque nunca ha estado al frente en su vida de esta manera. Siempre ha hecho las cosas que quería hacer y lo está haciendo hoy, pero con él siendo presidente de los Estados Unidos todo está pasando y todo lo van a investigar. Lo que me da esperanza es que todo cambia. El presidente de los Estados Unidos nos ha puesto en un lugar muy distinto: quiere poner una pared, quiere poner cosas que nos dividan, y nos ha dividido mucho en el país. Pero tengan esperanza porque todo va a cambiar”, se esperanzó James Olmos.
A pesar del difícil momento que vive la comunidad latina en Estados Unidos, el actor explicó cómo debe responder el cine en Estados Unidos. “Está difícil. Somos más del 20 por ciento de toda la población del país, mucho más. Dicen que somos como 58 millones de personas, pero somos casi 70 millones. Y representamos menos del 4 por ciento de todas las imágenes que se ven en el cine y en la televisión. Eso dice todo. El afroamericano es el 12 por ciento de la población y representa el 17 por ciento de las imágenes”, explicó James Olmos para graficar cómo puede crecer la imagen latinoamericana en el mundo audiovisual. Luego, no dio precisiones sobre Blade Runner 2049 porque no lo tiene permitido aun por razones de contrato.