La policía alemana detuvo este martes a la activista sueca Greta Thunberg y a otros manifestantes durante una protesta contra el desalojo y la demolición del pueblo de Lützerath, ubicado al oeste de Alemania, para expandir una mina de carbón a cielo abierto. Los movimientos ecologistas denunciaron que los efectivos "reprimieron duramente" a quienes participaron del reclamo.
Cientos de activistas medioambientales --entre ellos Thunberg-- realizaban este martes una sentada en las inmediaciones de la mina de lignito Garzweiler 2, cuando fueron detenidos y trasladados a unos 50 metros del lugar. Allí permanecieron varias horas hasta que lograron "identificar a todos".
Alrededor de 15 mil personas participaron de la protesta, que se inició el viernes pasado, para exigir que se frene el desalojo de Lützerath con el objetivo de extraer lignito, promovido por la empresa alemana RWE. La marcha comenzó en el pueblo vecino de Keyenberg y continuó hasta la mina de Garzweiler 2.
"Es una vergüenza que el gobierno alemán llegue a acuerdos y compromisos con empresas como RWE", declaró Thunberg en su discurso.
La joven activista había recalcado en sus redes sociales que los habitantes de Lützerath "han estado resistiendo durante años la expansión de la mina". Además, recordó que esta lucha representa también la lucha contra el cambio climático en todo el mundo.
"Vamos a usar la fuerza para llevarlos al control de identidad, así que cooperen", dijo un policía a las personas que estaban sentadas al borde de la mina de carbón, entre ellas Thunberg. "El grupo está detenido" porque "permanecer en el lugar era peligroso", fundamentó un vocero, aunque no especificó bajo qué cargos.
Luego del desalojo de las casas y granjas de Lützerath, los efectivos acordonaron el pueblo. Al respecto, los movimientos ecologistas aseguraron que la policía actuó de manera "desproporcionada", lanzando agua y gas pimienta, e incluso "propinando golpes en la cabeza contra los activistas.
Según el gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz, quien en octubre pasado había autorizado a RWE a demoler el pueblo, la protesta "no fue pacífica" y "obstaculizó la labor de los equipos sanitarios".
Si bien el Gobierno alemán expresó que busca abandonar la extracción el carbón en Renania del Norte-Westfalia para 2030, según el acuerdo firmado con la empresa, a corto plazo está previsto incrementar esta actividad ante la "crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania".