María Eugenia Vidal orbita en la constelación PRO sin girar en torno a ninguno de los planetas. No es ni la aliada de Horacio Rodríguez Larreta que supo ser en otras épocas, ni tampoco está pegada a los halcones de Mauricio Macri (aunque coincidió con ellos en más de una cuestión). Mientras continúa su precampaña y se prepara para definir si competirá o no por la presidencia, Vidal tuvo un gesto hacia Macri: sumó a sus equipos de campaña al exsecretario privado del expresidente, Dario Nieto. Actualmente legislador, Nieto estuvo involucrado en una de las causas de espionaje del gobierno de Cambiemos. La diputada también mandó a instalar la idea de que si el exmandatario se presenta, será muy difícil que alguien del PRO pueda justificar por qué lo enfrenta en unas PASO. Dos favores en una semana.
Vidal juega a ocupar un punto medio -casi como la idea de lo neutro de Roland Barthes-, un lugar zen entre la rosca negociadora de Larreta y la ultraderechización de Bullrich. Al juego de Vidal suma que ambos se ataquen cada vez más o que sigan surgiendo escándalos en una y otras filas, como los de Gerardo Milman o Marcelo D'Alessandro. Así la exgobernadora podrá proponerse, cuando hayan caído todos los golpes, como la candidata del consenso. Por eso, mientras recorre y recorre las provincias, no se muestra demasiado alineada con nadie. Lo suyo parece ser estudiar la oportunidad y el momento mientras los otros ocupan el centro del ring.
Nieto
La estrategia de Vidal no significa que no juegue cartas o haga gestos a uno u otro sector. El último fue hacia Macri. Le ofreció al legislador Darío Nieto unirse a su equipo de campaña. Será parte de quienes coordinan el área de comunicación y fungirá como nexo entre ella y Macri. El gesto implica una señal de la cercanía que está teniendo con el expresidente: Nieto no se sumaría a ningún equipo sin la venia de Macri.
El exsecretario privado del líder del PRO saltó a la fama por la causa que investigaba el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena. Se trata de una causa donde las víctimas de espionaje ilegal eran políticos (entre ellos, Larreta y Cristina Fernández de Kirchner), sindicalistas, periodistas y un largo etcétera. El juez siguió la red de espionaje ilegal hasta la exdirectora de Documentación Presidencial, Susana Martinengo, quien se suponía que recibía los informes. Nieto era su superior. El allanamiento que ordenó el juez es recordado por el hecho de que el exsecretario de Macri se encerró en su auto con su celular, con la evidente intención de borrar su contenido.
No le fue tan mal: Macri negoció con Larreta incluirlo en las lista y hoy es legislador porteño. De la causa de Lomas salió con una falta de mérito, que fue confirmada por los serviciales camaristas Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi. Por orden de los mismos jueces le devolvieron el celular.
Orgullosamente argentina
Otra señal de cercanía con Macri es que Vidal dejó trascender que ella no lo enfrentará en unas PASO, si es que el exmandatario finalmente decide competir este año por un "segundo tiempo". De hecho, en el entorno de Vidal hay quien piensa que se podría repetir la fórmula Macri-Vidal, que ya existió cuando Macri fue por su segundo mandato como jefe de Gobierno porteño.
Plantear que no enfrentará a Macri en una interna la diferencia claramente de Larreta y Bullrich, que dijeron todo lo contrario. Para que quedara completamente claro, el candidato bonaerense de Vidal (y tal vez de Macri y Bullrich) Cristian Ritondo les marcó la cancha a otros candidatos del PRO en caso de que Macri compita: "Macri tiene una jefatura por encima del resto. Es difícil enfrentar a quien yo considero que es el jefe del espacio", dijo Ritondo.
Vidal en 2021 definió que su carrera como dirigente bonaerense había culminado cuando no reeligió como gobernadora y volvió a ser candidata porteña. Allí se sacó de la bio de Twitter el "orgullosamente bonaerense". Eso fue parte de un acuerdo con Larreta, que excluyó a Bullrich como candidata. Pero Larreta imaginaba que podía convencer a Vidal de que en 2023 fuera su sucesora en el Gobierno porteño. Hasta hoy, aparecen versiones periodísticas que intentan ubicarla en ese lugar. Vidal se las atribuye a gente del entorno del jefe de Gobierno y tiene en claro que no competirá por la Jefatura de Gobierno porteña.
Lo dijo más que claro en una entrevista con Infobae: Mi ciclo en la ciudad de Buenos Aires se agotó. Cumplí un ciclo en la Ciudad, cumplí un ciclo en la provincia, y hay nuevos líderes en ambos distritos que han crecido mucho. Hoy puedo darle mucho más al proceso de transformación a nivel nacional. A mí me gustaría ser presidenta", planteó.
No obstante, todavía no definió qué hará. Primero, querrá ver qué decide hacer Macri. Luego, mirará las encuestas. Y finalmente definirá. Según comentan en su entorno, no tiene una fecha pensada para su eventual lanzamiento. Sí tienen en claro que no será un acto tradicional. Vidal parece estar dispuesta este año a jugar el juego de que quien se apura, pierde. Va a esperar el momento correcto para decidir. Y siempre puede esperar al próximo turno electoral.