“Soy parte de la comunidad Lafken Winkul Mapu. Fui una de las siete presas políticas mapuche. A mí y a otra lamngen nos dieron la libertad el 25 de octubre, y luego seguimos acompañando en la ruka mapuche, este centro comunitario que está en la ciudad de Bariloche, donde nuestra Machi y las tres lamngen junto a sus hijos e hijas, están haciendo su prisión domiciliaria”.
Quien habla es Débora Vera. Ella explica el significado de la exigencia del retorno de la Machi Betiana Colhuan Nahuel –una de las presas mapuche- al Rewe. Éste fue el primer tema planteado en las dos reuniones que la delegación de representantes de comunidades mapuche y mapuche tehuelche tuvieron el 15 de diciembre con el presidente Alberto Fernández, y el 12 de enero con una comitiva del gobierno nacional integrada por el Secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla Corti, la secretaria de Articulación Federal de la Seguridad, Silvia Ruffa, el presidente del INAI Alejandro Marmoni, la vicepresidenta de Parques Nacionales Natalia Jauri, junto a más funcionarios/as del Estado.
“Para la comunidad, la consigna del “retorno de la Machi al Rewe” es importante, porque la Machi“es” con su Rewe. El Rewe es un espacio ceremonial que se encuentra en la comunidad, en ese territorio, y la Machi está conectada con ese lugar. Al estar alejada por la prisión, el Rewe se debilita, y ella va desmejorando su salud, incluso se afecta la salud de las niñeces, que son más sensibles. La Machi “es” con su comunidad en el territorio. Por eso es importante ese retorno, que implica también la desmilitarización de la comunidad, y la libertad de las lamngen.
Nosotros lo que hacemos es preservar la tierra, el agua, los lagos, las vertientes, el cerro. No tenemos intereses económicos en el territorio. Como mapuches “somos” con el territorio. Una Machi, y un Rewe para el pueblo mapuche es muy importante”.
Espacio ceremonial único
Soraya Maicoño, una de las voceras de la delegación reafirma: “Para nosotros como pueblo mapuche, es imperativo que la lamngen Machi Betiana Colhuan Nahuel pueda retornar a su Rewe de Machi, a su espacio ceremonial, porque allí puede atender la salud de mucha gente mapuche de todo el Puelmapu, y de gente no mapuche también. Este espacio ceremonial es el único con el que contamos. Es un lugar en donde antiguamente ya hubo una machi, hubo un Rewe. No es un tótem antropomórfico, como lo suelen nombrar desde otros espacios sociales. Es algo que en algún punto cobra vida, tiene una vida espiritual, que colabora en fortalecer nuestros espíritus, en limpiar nuestro pensamiento, y sobre todo da fuerza a nuestra lamngen Machi. Por lo mismo, cada vez que hemos ido a instancias de diálogo en Buenos Aires, como autoridades ancestrales mapuche y mapuche tehuelche, hemos ido en representación de diferentes territorios, porque éste no es un problema exclusivo del lof Lafken Winkul Mapu. Es un conflicto que atañe a todo el pueblo mapuche y que nos quita fuerza como pueblo, no nos permite avanzar en acompañar otros procesos espirituales que se están levantando en nuestro pueblo. Personas, jóvenes, niños, niñas, adultos, adultas, que están despertando su fuerza antigua, y que necesitan su acompañamiento, necesitan el lawen, el remedio específico. A partir de la prisión de la Machi todos esos procesos están interrumpidos, y eso afecta a nuestra salud física, emocional, genera un montón de desequilibrios en los territorios. Esperamos que la próxima mesa de diálogo que será entre el 31 de enero y primeros días de febrero, haya voluntad política de Parques Nacionales y del Poder Ejecutivo para llegar a una conciliación, dejando sin efecto el juicio por usurpación, y que las lamngen puedan retornar al territorio”.
Desde el Colegio de Graduados en Antropología de la República Argentina, y el Colegio de Antropólogos de Chile, con la firma de reconocidos investigadores especializados en los procesos socioculturales del Pueblo Mapuche, se ha realizado un pronunciamiento en el que se explica: “Como cientistas sociales comprometidos con las políticas interculturales, entendemos que no puede haber explicaciones más legítimas que las que sobre pu rewe expresan las personas del Pueblo Mapuche, sus autoridades ancestrales y quienes están ligados a éste. Ya nos han advertido claramente lo que está en juego, por lo que declaramos que es imperioso que la machi Betiana y su gente regresen al rewe de Lafken Winkul Mapu. Ninguna autoridad estatal puede legítimamente resguardar de los mismos mapuche un rewe que les pertenece”.
Reproducen en este texto algunas de las explicaciones que han realizado la Machi Betiana y las presas mapuche: "Pu rewe son espacios propios del Pueblo Mapuche. Algunos se levantan para cada kamarikun o rogativa colectiva. Pero el rewe de machi es distinto, porque siempre está ahí. No es un altar que se visite cada tanto. Es un pvllv, un newen, una fuerza que está ligada a la machi que allí desarrolla su trabajo de mapu lawen. A ese rewe también quedan ligadas las personas que están en tratamiento con la machi y las comunidades que llegaron al lugar para ligarse a ese rewe.
Todo rewe es un ser con vida que debe ser cuidado, acompañado y alimentado. Es lo mismo que cuidar y mantener una persona o che humana. Al chemamvll que indica el lugar, no se lo puede dejar solo, y la machi debe vivir ahí para poder sostenerlo, hablarle y resguardarlo. En el verano, pu rewe se renuevan y renuevan sus pu lawen. La machi debe estar ahí para que se renueve su energía y la de las personas ligadas a ese rewe".
El despojo enferma
Toda la cosmovisión del pueblo mapuche se nutre de la memoria larga, de la espiritualidad, y de los aprendizajes de la resistencia. Continúa la explicación:
"En el territorio del lof Lafken Winkul Mapu, antiguamente, antes de la 'conquista del desierto', vivía gente, porque ese lugar daba condiciones de vida. Allí mismo existía un rewe de machi. Pero vino el despojo del Estado y de la Iglesia. Ese espacio quedó en la mira para ser cristianizado y atropellado para sacar beneficio económico. Ese espacio sigue hoy en la mira porque entorpece los propósitos del turismo.
Con el despojo, ese rewe quedó enfermo, como persona sin cuidado, como árbol al que le cortan la parte de arriba. Pero su raíz no pudo ser sacada de ahí. Aún quedó con fuerza, quedó vivo, pero quedó en situación de enfermedad.
Cuando la machi del lof Lafken Winkul Mapu volvió a levantar ese rewe, la preocupación más grande fue restaurarlo del manoseo y la transgresión que había sufrido históricamente porque aún seguía vivo, aún tenía su fuerza. Ese rewe volvió a crecer desde su raíz.
Ese rewe nunca podrá ser sacado de ahí, porque si lo sacás, lo matás. Quienes conformamos el lof de la machi somos los encargados de resguardarlo porque con ese compromiso nacimos como mapuche. Allí están además enterradas las placentas de nuestros pichikeche (niños/as)que nacieron en el lof; ese es el tuwvn que los vincula de por vida a ese territorio y al rewe que lo ordena. De esos compromisos vinculantes surge nuestra lucha".
Pero ahora el espacio del rewe quedó muy contaminado. Entró mucha cosa ahí del odio y del pensamiento genocida, a través de los gases lacrimógenos y de los tiros. Ahora hay que volver a limpiarlo de todo eso. Si no, sería un retroceso para todos los que lograron recuperar la salud en ese rewe y pudieron equilibrarse y levantarse allí con fuerza. Sería un retroceso para las personas pero también para las comunidades que se volvieron a vincular con ese rewe. Por eso hay que hacerle lawen al rewe. Como es un espacio vivo, necesita cuidado y que se le haga remedio.
Se preocupan porque somos mujeres y estamos presas con nuestros pichikeche, y se preocupan por nuestra salud. Nosotras decimos que la salud que está primero en peligro es la del rewe, la mapu y los kujfikecheyem. Por eso también estamos todos en peligro".
Memoria antigua y reciente
El 25 de noviembre de 2017, cuando se estaba realizando el velatorio de Santiago Maldonado, cuyo cuerpo fue “encontrado” sin vida en el río Chubut -78 días después de haber sido desaparecido en un operativo represivo de Gendarmería contra el lof en Resistencia Cushamen-, se supo del crimen de Rafael Nahuel, un joven de 22 años que estaba acompañando a la comunidad Lafken Winkul Mapu, que había recuperado un territorio para que pudiera levantarse la Machi Betiana. Rafa Nahuel, primo de la Machi, fue muerto de un disparo por la espalda, realizado por un integrante del grupo Albatros de la Prefectura Naval, Javier Pintos. En ese hecho fueron heridos también los jóvenes Joana Colhuan y Gonzalo Coña.
Lautaro González Curruhuinca fue uno de los jóvenes mapuche que se encontraban junto a Rafa Nahuel cuando lo asesinaron, y bajaron su cuerpo esperando que lo pudieran llegar a salvar, o al menos que no lo desaparecieran como a Santiago Maldonado. Pero Rafita llegó sin vida y Lautaro fue preso. Al quedar en libertad provisional pasó a la clandestinidad, descreyendo de esa justicia, que a poco de detener a Javier Pintos, el albatro criminal, lo dejó en libertad.
Cuatro años después, el 21 de noviembre de 2021, fue asesinado Elías Garay Cañicol, de 29 años, cuando participaba de otra recuperación territorial en Cuesta del Ternero.
La lista de mapuche criminalizados/as, es interminable. Cuando hacen el relato de sus historias personales, resuena la historia de un genocidio que nunca ha terminado.
Ni olvido ni perdón
María Nahuel, integrante de la delegación, es mamá de la Machi Betiana, y tía de Rafita. Su dolor la llena de fuerza. En una de las paredes del Archivo de la Memoria en la Ex ESMA, donde se reunión la Mesa de Negociación, una imagen gigante de una movilización contra la impunidad, muestra la bandera que dice: “No olvidaremos. No perdonaremos”. María la mira y dice: “Yo tampoco olvido. Yo tampoco perdono el genocidio de nuestro pueblo”. Luego nos dice: “Nuestro pueblo nación Mapuche ha sufrido siempre. Siempre nosotros ponemos los muertos, los secuestrados, los asesinados. Los niños, las mujeres, nuestros ancianos que han sufrido todo ese despojo, con mucha honra cada uno de ellos, nuestros lonkos, antiguamente nuestras machis, nuestros weichafes, nuestros konas. Rafita Nahuel no es el primer muerto por el estado. Elías Garay tampoco. Son unos de tantos que el estado ha asesinado, que se han llevado sin preguntas, sin respuestas, y sin justicia. Eso es lo que yo no olvido ni perdono. El dolor de nuestras mujeres, de nuestras lamuenes, de nuestros niños, de nuestros mayores. He sentido siempre el dolor de ellos, la tristeza. También siento el despojo de nuestro territorio, Winkul Lafken Mapu, de nuestra Machi, de nuestra autoridad ancestral mapuche. El destrozo que hicieron con nuestras rukas (viviendas). Han destrozado todas las casas. ”.
Así lo entiende Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, es una de las integrantes de la Comisión de Resguardo y Seguimiento del compromiso gubernamental de constituir una Mesa de Diálogo en relación al conflicto territorial que atraviesa la Lof Lafken Winkul Mapu con la Administración de Parques Nacionales. La misma fue creada a instancias de la Delegación mapuche, y sus integrantes participaron como veedoras/es de la reunión con los funcionarios y funcionarias del Gobierno.
Norita se levanta de su asiento y parece volverse gigante en su cuerpo pequeño, cuando reclama a las autoridades presentes la libertad de las presas mapuche, el retorno de la Machi al Rewe, la desmilitarización del territorio, la disolución del Comando Unificado, trayendo al espacio donde se constituye el diálogo la memoria de los 30.000 detenidos desaparecidos. Norita, asegura que la lucha sigue hasta la Victoria siempre.
Madres de ayer y madres de hoy. Luchas que se van tejiendo. Aprendizajes de la historia. María Nahuel también crece, y continúa: “Son responsables la justicia, la gobernadora Arabela Carreras, la jueza Domínguez, los grandes terratenientes, como Lewis, como Frutos, y todos los que los siguen, que llegan a comprar nuestro territorio. Pero nosotros vamos a seguir luchando por nuestra tierra. Se van a seguir levantando nuestras autoridades. Van a seguir naciendo nuestros niños. Ojalá que les toque un mundo más tranquilo, con menos guerra, menos maltrato. Ojalá algún día nuestros niños tengan las mismas oportunidades que los hijos de esos matones, de esos asesinos. Así son ellos: asesinos. El Estado es asesino. Prefectura mató por la espalda a Rafita Nahuel. Ya son cinco años y no tenemos justicia. Hoy seguimos sufriendo ese atropello de este estado que dice llamarse argentino. Antes que este estado argentino conquiste nuestra mapu, nosotros estábamos primero. Yo, María Nahuel, siempre voy a seguir luchando, no le tengo miedo a nada, siempre voy a estar firme, hasta que nuestros newenes, nuestra fuerza nos lo ordene. Ojalá que el Estado nos devuelva nuestra tierra. Parque Nacional no es dueño de la tierra. Ellos vinieron a conquistar nuestra tierra, a despojarnos. A ellos ¿quién les hace juicio?”.
Los laberintos de la injusticia
Eduardo “el Negro” Soares, de la Gremial de Abogadas y Abogados, es uno de los defensores de las presas políticas mapuche. Él explica en palabras sencillas el tremendo enredo judicial creado desde el poder para criminalizar al pueblo mapuche, y en particular a sus mujeres:
“La situación de las presas mapuche es la siguiente. Hay dos causas. Una que lleva 5 años, que la Gremial de Abogados llama la “causa madre”, originada con la recuperación del territorio Mapuche. Los ejércitos de Roca a las machis directamente las asesinaron. Algunas fueron asesinadas en la zona del lago Mascardi, justamente donde se alza la nueva machi, después de 140 años. Eso guía a la comunidad Lafken Winkul Mapu a incorporarse a esa zona, en las laderas del lago Mascardi, y alzar ahí el Rewe a partir del demarcamiento de la zona que hacen otras Machis provenientes de Chile. Eso fue durante el gobierno de Macri, con Patricia Bullrich como Ministra de Seguridad. Las fuerzas federales, comandadas por la Fiscal Federal Sylvia Little, produjeron un desastre. Entraron al viejo estilo. Golpearon, garrotearon a las mujeres –algunas de ellas son las que están presas ahora-. Sus niños tenían 4 años, 5, hoy tienen 8, 10, 12. El juicio se va a llevar adelante el día 12 de febrero de este año. El delito del que las acusan es usurpación.
En esa causa el gobierno nacional tiene dos querellas. Por un lado, el gobierno encabezado por el Presidente ha formado una comisión de negociación y está hablando con los mapuche, pero por otro lado está codo a codo con la fiscal como querella en el juicio donde están imputados alrededor de 10 lamngen, y se está llevando adelante un proceso de criminalización. ¿Por qué decimos el gobierno? Porque están como querellantes Parques Nacionales, que depende del Ministerio de Medio Ambiente, y el Ministerio de Justicia. Es un problema del gobierno, por un lado habla y se sienta a una mesa de negociación, pero por otro lado gente del mismo gobierno nacional lleva adelante una actitud punitiva. La otra causa lleva tres meses. Es una causa fabricada, por la justicia federal de Bariloche, por la Fiscal subrogante, Cándida Echepare y la fiscal federal Silvia Domínguez. Ellas armaron la causa para poder tener presas a las lamngen, y quitarles la posibilidad de ganar el otro juicio. Lo que buscan es marcar una actitud ejemplificadora para todas las comunidades. Entraron al mismo estilo que hace 5 años Patricia Bullrich y Macri, lanzando gases, escopetazos, separando a las mujeres de los niños. Arman esa causa con el objeto de ganar el otro juicio, que tenían perdido, y meterlas presas”.
Laura Taffetani, también integrante de la Gremial de Abogados y Abogadas, otra defensora de las presas, subraya que la resolución del conflicto territorial es profundamente política: “Toda la normativa internacional que hemos incorporado a nuestra normativa interna en la Constitución Nacional, establece que los conflictos con los pueblos originarios deben ser tratados a través de Mesas de Diálogos y no por el Código Penal, no desde la punición. Al haberse sancionado un nuevo Código Federal, en el que se establece específicamente la posibilidad de que se pueda llegar a salidas alternativas a los conflictos, estamos pidiendo que en base a eso se canalice el conflicto por donde debe ser, que es el conflicto territorial de un pueblo originario. Llevar adelante el juicio como si fueran cuatro facinerosos que toman un predio para fines individuales es un despropósito, que además no resuelve el conflicto de fondo. Es hora de dar un paso afrontando este conflicto para poder justamente lograr la paz tan deseada por la ciudad de Bariloche”.
Es tiempo de reconocimiento
En las dos jornadas del diálogo con el Gobierno, funcionó afuera del recinto una Radio Abierta, donde distintas comunidades y movimientos fueron a acuerpar a las comunidades mapuche, para que sepan y sientan que no están solas. En la jornada realizada en la ex ESMA, fueron a provocar un grupo de fachos ligados a Juan José Gómez Centurión y a los “vecinos” terratenientes, que en Bariloche hostigan a las comunidades desde sus lógicas racistas. Al terminar cada encuentro, se realizó ahí mismo una Conferencia de Prensa. En la última informó Mauro Millán, otro vocero de las comunidades:
“Nunca vamos a renunciar al territorio. Lo que les planteamos, es que queremos retornar a través del diálogo. Ojalá que el retorno sea a través de estos espacios de discusión. Para nuestra gente la diplomacia jamás fue sinónimo de debilidad. Jamás. Todo lo contrario. Nuestros antepasados, en plena guerra contra el Estado, cuando invadían nuestro territorio, hacían un parate para discutir. Hoy estamos tomando ese ejemplo que nos dejaron Calfucura, Namuncura, nuestros abuelos. Es importante que sepan la complejidad que tiene la Argentina para reconocer su propia diversidad, tenemos que ponerla en relieve todos los que habitamos este territorio, y que no representamos a ese sector que llamamos winka. ¿Quién es el winka? El winka es Benetton, el winka es Lewis, el winka son estos fachos que vinieron hoy a provocar, el winka es el aparato judicial. Tenemos que desarrollar la capacidad de saber identificar quién es el winka. Y es una tarea no solo del pueblo mapuche. Es una tarea de todos nosotros”.
Débora Vera subraya: “Nosotros presentamos exigencias el 12 de enero, que ellos ya sabían. Ellos sabían que a Parques Nacionales, la jueza Domínguez le había otorgado el lote donde está el Rewe, y que ese lugar es donde la Machi y la comunidad tienen que estar. Ellos tenían que dar respuestas. Ahora se pasó al 31 de enero, y lo que esperamos es que haya soluciones. La solución tiene que ser política. Judicialmente esto está trabado, aunque las causas son excarcelables. Ellos no tienen argumentos. Nosotros tenemos cientos de argumentos, porque esto ya habla desde que empezaron a avasallar a nuestro pueblo, con la mal llamada Campaña del Desierto. Y con lo que pasó en los últimos meses, como nos trataron, los traslados compulsivos, el traslado a Buenos Aires, separar a las mamás de los chicos, las torturas que hemos vivido, cuatro de nosotras estuvimos prácticamente en calidad de desaparecidas dos días, sin ningún motivo, porque hasta el momento no sabíamos siquiera de que se nos acusaba, y después la causa era usurpación, algo por lo que te pueden detener un día, pero dos de nosotras estuvimos detenidas 21 días, y las lamngen ya van más de tres meses. Se cumplieron 100 días que siguen detenidas. Para nosotros no es usurpación, porque es un territorio mapuche, y no desde 2017, sino desde antes, cuando Pascasio Perito Moreno invade ese territorio, asesina a las comunidades que vivían allí, las despojan, desde siempre fue territorio mapuche. Una por territorio mapuche camina libre. Usurpador es el Estado. Son los funcionarios que invadieron esos territorios, que se los apropiaron, como hizo el Perito Moreno, dándoselos al Estado argentino para que sean Parques nacionales. Incluso lo que no se explicó, es por qué nunca se abrieron los archivos desde el Ministerio de Ambiente, por qué el estado entrega territorios como ellos dicen fiscales, a privados. Esta fue otra de las demandas que presentamos. Ellos lo ven como usurpación, pero nosotros lo vemos como territorio mapuche. Y vamos a volver”.
La posibilidad de resolver el conflicto con el pueblo Mapuche está ahora en manos del Gobierno Nacional. Las mujeres mapuche, las niñas, niños, los bebés, las comunidades están exigiendo que cese la muerte en la Patagonia y se cree un precedente de reconocimiento a los derechos de los pueblos en todo el territorio.