Samantha Stephens es una bióloga canadiense que, de un tiempo a la fecha, se ha volcado a la fotografía: las imágenes que toma sirven a la muchacha de herramienta para generar conciencia en torno a la conservación de la vida silvestre, tal el objetivo que persigue su práctica profesional. Fomentar el aprecio por el mundo natural, dice abiertamente, es una de razones que motiva su obra y la lleva a pasar largos ratos en el Parque Provincial Algonquin, en Ontario, documentando especies con su cámara. Precisamente en este espacio verde -que está ubicado entre la bahía Georgian y el río Ottawa y fue declarado sitio histórico en la década del 90-, Stephens tuvo el rápido reflejo de capturar a dos salamandras atrapadas por una planta carnívora, inquietante imagen que la ha hecho merecedora del primer premio de Close-up Photographer of the Year hace unos días.
En su cuarta edición, más de 9 mil fotos de 54 países participaron del certamen, cuya meta es mostrar plantas, hongos, pequeños animales e insectos al detalle, en primer plano, como el nombre de la competición indica. Y aunque hubo distinciones para sapitos en busca de refugio, caballitos del diablo cubiertos de rocío, mariposas en el bosque, pájaros en la ciudad, etcétera, el primer premio se lo llevó Stephens, que así describe de qué trata su pic campeona…
“Las Sarracenia purpurea son plantas carnívoras, lo que les permite sobrevivir en ambientes pantanosos pobres en nutrientes. Aquí no hay un suelo rico, sino más bien una estera flotante de musgo Sphagnum”, ofrece la artista, y prosigue: “Entonces, en lugar de extraer nutrientes a través de sus raíces, esta planta atrapa presas en sus hojas en forma de campana, llamadas jarras. Por lo general, se alimentan de invertebrados, como polillas y moscas, pero recientemente científicos de la Estación de Investigación de Vida Silvestre Algonquin descubrieron un nuevo elemento sorprendente en su menú: salamandras manchadas juveniles, Ambystoma maculatum. Esta población de plantas del Parque es de las primeras que se encuentra consumiendo regularmente una presa vertebrada. Para una planta que está acostumbrada a capturar pequeños invertebrados, ¡una salamandra manchada juvenil es un auténtico festín!”.