M3GAN - 5 PUNTOS
(Estados Unidos/2022)
Dirección: Gerard Johnstone
Guion: Akela Cooper, sobre una historia de Akela Cooper y James Wan
Duración: 102 minutos
Intérpretes: Allison Williams, Violet McGraw, Ronny Chieng, Brian Jordan Alvarez y Jen Van Epps
Estreno en salas
El cine de terror, con sus mil variantes, es uno de los pocos géneros que encuentra un lugar en la cartelera comercial por fuera de la hegemonía súper heroica y animada. El presupuesto relativamente bajo para su realización, la presencia de un público fiel y la capacidad de reinvención de las películas con gritos y sustos son algunas variables que explican un fenómeno del que M3GAN quiere ser parte. La nueva producción de la factoría Blumhouse –que suma al creador de la saga El juego del miedo y El conjuro, James Wan, como uno de sus coproductores y autores de la historia original– tiene con qué convertirse en un éxito, al menos en términos comerciales.
Hace un buen tiempo que Blumhouse comenzó una campaña de difusión centrada en redes sociales, especialmente Tik Tok. De allí, entonces, su alejamiento consciente del cine para adultos eliminando casi todo atisbo de violencia explícita. Consciencia es un término clave en M3gan, en tanto se presenta como una actualización juvenil de la clásica historia de las máquinas rebelándose contra sus creadores.
Actualización significa, en el Hollywood contemporáneo, refritar ideas y, en lugar de ocultarlo, explicitarlo a través de situaciones con “guiños” y referencias a ellas, condimentadas por algunas pizcas humorísticas. Así lo hace M3GAN al entrelazar –y gritar que lo hace– dos tradiciones bien demarcadas a lo largo de su poco más de hora y media de metraje. Como es una película sobre juguetes devenidos en seres autónomos, sedientos de sangre y ávidos de caos, empieza con un aviso publicitario sobre un peluche “inteligente” muy parecido a un gremlin, aunque sin su espíritu anárquico. Uno de esos bichitos lleva Cady (Violet McGraw) cuando el auto donde viaja con sus padres rumbo a unas muy prometidas jornadas de ski se estrella contra una barredora de nieve. Única sobreviviente del accidente, la nena termina a cargo de su tía Gemma (Allison Williams), a quien prácticamente desconoce.
Ella, casualmente, viene desarrollando un proyecto con inteligencia artificial, pero el jefe no quiere saber nada. Quizás reformular un poco esa idea adaptándola a la necesidad de compañía y alegría de la pobre huerfanita pueda servir para que él recapacite. Y así “nace” M3gan, una androide mezcla entre Tiffany, la novia de Chucky en la película homónima, y una suerte de Barbie con dos toneladas de bótox en la cara y músculos de esteroides, que incluye un dispositivo que le permite aumentar su inteligencia a medida que va conociendo a la chica.
Todo marcha bien, hasta que aprende mucho más de lo esperado. La máquina creada por el humano volviéndosele en contra por “tomar conciencia” y ser demasiado inteligente: una tradición que va, si se quiere, desde Frankenstein hasta Blade Runner. Pero aquí no hay disquisiciones filosóficas o reflexiones sobre la condición humana, solo una malvadita de un metro con ganas de matar a todos. El resto es la ruta habitual de una película con ambiciones de franquicia.