El consumo masivo en un año de inflación récord mostró una mejora de 1,9 por ciento, aún ante la caída de ventas de 1,1 por ciento en diciembre. Por impacto de precios, además, se vio un viraje muy fuerte de los consumidores al preferir los hipermercados y evitar la compra en el barrio, donde hay valores mucho más caros porque no hay acuerdos de precios ni controles del Gobierno. 

Los datos, que surgen del último informe de la consultora Scentia (mide todos los canales en todo el país), tiene lecturas laterales y curiosas. La primera y más fuerte es que en dos de los tres años de Alberto Fernández en el gobierno, el consumo creció (1,9 en 2022 y 3,2 en 2021) y casi quedó empatado el año de la pandemia (baja de 0,1 en 2020). Esa situación contrasta con los cuatro años previos: durante el Gobierno de Mauricio Macri, el consumo cayó 4,5 en 2016, 4,1 en 2017, 1,1 en 2018 y 7,3 por ciento en 2019. 

La comparación hunde a Macri

La comparación es particular porque si bien son dos períodos de altísima inflación, donde ambos gobiernos duplicaron el alza de precios de su antecesor, el dinamismo del PBI en la gestión Fernández forzó niveles de mayor consumo en los bolsillos pudientes y los más asediados por la inflación. En el Gobierno actual habrá crecimiento del PBI al menos en 3 de los cuatro años de gestión, un dato no menor en el análisis. También, la perdida de poder adquisitivo del salario fue fuerte, sobre todo en los no registrados, pero muy inferior a los 20 puntos que los sueldos perdieron en la era Macri

Yendo a las cifras del 2022, sólo en tres de los 12 meses hubo baja mensual en el consumo (0,8 en septiembre, 4,5 en octubre y 1,1 en diciembre), y es notable ver en números cómo los acuerdos de precios que rigen en grandes supermercados elevaron a niveles récord las ventas de las grandes cadenas y derrumbaron las de almacenes y locales barriales. Aquí un problema central para el Gobierno, dado que el 80 por ciento de los argentinos compran en locales de cercanía, ergo, padecen a diario precios que son hasta un 50 por ciento más caros. En cifras: en diciembre, en las grandes cadenas de supermercados las ventas crecieron 3,2 por ciento, mientras que hubo un derrumbe de 4,7 por ciento en las ventas en comercios barriales y de cercanía. 

El otro fenómeno visible es que a pesar de que la inflación y la dispersión de precios pega más en el AMBA, el consumo fue más dinámico en Capital y el GBA que en las provincias del interior. Se vio más en comercios de cercanía, donde las ventas en el AMBA crecieron 2,4 por ciento y cayeron 8,3 por ciento en el interior. 

Diciembre, aún con el dinamismo que suele tener el mes de las fiestas, fue bastante magro en ventas generales. Sólo dos rubros tuvieron más ventas que en igual período del 2021. La referencia es para Perecederos y Bebidas Sin Alcohol, que crecieron 1,5 y 8,2 por ciento, respectivamente. Ahora bien, si se mira el año en su conjunto, la ecuación es inversa, porque hay sólo dos rubros que terminaron en terreno negativo en los 12 meses: la referencia es para Limpieza de ropa e Higiene y Cosmética, que cayeron 1,8 y 0,8 por ciento, respectivamente. 

Una vez más, el fenómeno del consumo tiene como curiosidad que el rubro que mayores ventas cosechó en el año fue el de "Impulsivos", los caramelos, pilas, bebidas y dulces que se venden en las góndolas que se ubican al lado de las cajas de pago. En todo el 2022, las ventas de ese segmento crecieron 12,3 por ciento, casi 11 veces más que Alimentos, y más del doble de las ventas de rubros como Bebidas con y sin Alcohol.