La VII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac, que se reunirá la semana próxima en Argentina --y de la que participarán 33 países de la región, incluido el regreso de Brasil al foro regional con la presencia de Luis Inacio “Lula” da Silva--, desencajó a la oposición. El objetivo de la cumbre es que la Celac –-cuya presidencia Pro Témpore está en manos del presidente Alberto Fernández— consolide “la unidad en la diversidad” entre los países miembro y confirme a la región como “una zona de paz” en el planeta. Aunque desde la alianza macrista de Juntos por el Cambio prefirieron desprestigiar el encuentro y con referentes opositores vernáculos y de la oposición venezolana presentaron una denuncia ante el Poder Judicial contra los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro; de Cuba, Miguel Díaz Canel; y de Nicaragua, Daniel Ortega (a los que calificaron de “dictadores”) por las denuncias internacionales sobre violaciones a los derechos humanos en sus respectivos países.
Los alineamientos internacionales son parte de la puja electoral y política en la Argentina. Desde la principal alianza opositora enarbolan como bandera de crítica el supuesto “aislamiento internacional” del país cada vez que el peronismo estuvo al frente de la Casa Rosada, al tiempo que devalúan al Mercosur y celebraron el derrumbe de la Unasur y forjaron foros regionales neoliberales cuando fueron Gobierno. La novedad, esta vez, fue judicializar las relaciones internacionales con denuncias contra jefes de otros Estados en el marco de un foro regional.
Desde Cancillería sostienen que la denuncia no tiene ningún sustento jurídico, ni podrían prosperar pedidos para impedir el ingreso de los Presidentes o retenerlos en el país. "Los vuelos oficiales suelen servir como embajadas en el aire en términos de inmunidad", explican. Aún así y en medio del escenario de pugna con el Poder Judicial, nadie parece tranquilo: "Todas las oficinas del Estado están siguiendo el tema de cerca --explicaron--, el ministerio de Justicia, Defensa, Relaciones Exteriores y la Procuración".
Sr. Juez
La denuncia de alto impacto fue presentada por el llamado Foro Argentino por la Democracia en la Región (FADER) que expuso en el escrito "las violaciones del derecho internacional" en las que habrían incurrido Maduro, Díaz Canel y Ortega. Aunque los denunciantes no dieron a conocer los objetivos que se propone la presentación ni los fundamentos jurídicos que (difícilmente) podrían impedir la llegada de los tres mandatarios a la Argentina.
"Fader quiere expresar su profunda preocupación por la invitación que el presidente Alberto Fernández hiciera a estos 3 dictadores, afirmando que es una provocación para toda la sociedad argentina que respeta, valora y desea vivir en democracia", sostiene uno de sus párrafos con más tono político que jurídico.
Los miembros de Fader que firman el escrito dan muestra de su alineamiento político. Waldo Wolff, Paula Bertol, la historiadora negacionista Sabrina Ajmechet y el excanciller Jorge Faurie, todos funcionarios y diputados PRO que estamparon su firma. También los rubricaron los radicales Karina Banfi, Alfredo Cornejo y Álvaro De Lamadrid; los diputados de JxC Ricardo López Murphy y Maximiliano Ferraro (CC). Además del escritor Marcelo Birmajer y los periodistas opositores Alfredo Leudo y Eduardo Feinmann; Graciela Fernández Meijide, los abogados Daniel Sabsay y Brian Schapira, y el politólogo de la Universidad de Georgetown, Héctor Schamis, entre otros.
Los diputados nacionales de la UCR también hicieron lo propio pero en el plano político, donde a través de un comunicado “rechazan” la presencia de Maduro, Díaz Canel y Ortega en la cumbre de la Celac. Aunque el texto lleva el mismo tono que la denuncia:
“Su presencia es una provocación a nuestro país, a las democracias de Latinoamérica, y sobre todo a los ciudadanos venezolanos, nicaragüenses y cubanos que, huyendo de la represión y el hambre, buscaron comenzar una vida diferente en la Argentina”. Y siguen: “Este año, Argentina cumple 40 años de democracia ininterrumpida. En este sentido, la presencia de Maduro, Ortega y Díaz Canel en nuestro país es un franco retroceso que nos obliga a mantenernos en alerta en defensa de la democracia, los derechos humanos y la Constitución Nacional”, afirman los mismos diputados radicales que se negaron a reconocer el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales y mucho menos a pronunciarse sobre el contrabando de armas del Gobierno macrista para respaldar la sublevación.
Doble vara
La mayoría de los firmantes de la denuncia, alineados con la alianza macrista, también omiten otros momentos históricos y políticos que contradice sus propios postulados para esta ocasión.
La Celac es un foro que integran 33 países de la región sin Estados Unidos ni Canadá, que promueve un diálogo regional entre los Estados sin directivas ni estatuto que obligue a los mismos a seguir determinados lineamientos. Creada en 2011 durante la tercera cumbre de América Latina y el Caribe, celebrada en Caracas (Venezuela), se pensó como un "mecanismo representativo de concertación política, cooperación e integración de los Estados latinoamericanos y caribeños y como un espacio común que garantice la unidad e integración de nuestra región".
En 2013, su presidente Pro Témpore era el mandatario liberal chileno Sebastián Piñera, quien traspasó su mandato al cubano Raúl Castro. Una muestra de las características que distingue a la Celac como un encuentro de diálogo entre los países de la región independiente del color político de sus gobiernos.Y una foto que el macrismo y sus satélites se niega recordar.
El foro regional incluso tuvo participación del gobierno de Cambiemos que evitó, al menos, darle la espalda. En 2016, el expresidente Mauricio Macri envió a su vice, Gabriela Michetti, como representante del Estado argentino a la cumbre de la Celac celebrada en Ecuador, cuando su presidente era... Rafael Correa. Allí, Michetti también estuvo en la foto “de familia” del encuentro en la que estuvieron los ahora denostados Maduro, Ortega y los representantes cubanos.
Una muestra de que la disputa que propone la oposición pasa por otros objetivos.