Las 23 familias afectadas por el incendio intencional en el que murieron cuatro personas el jueves en un edificio del barrio porteño de La Boca reclaman que les permitan ingresar a sus viviendas tras pasar la noche en carpas en la calle frente al edificio, pero las autoridades de la Ciudad se lo impiden con el argumento de que existe peligro de derrumbe.
“No hay peligro de derrumbe, hay algunas grietas pero vivimos aquí hace 16 años y conocemos el lugar. Desde hace mucho buscan clausurarlo porque quieren hacer unas galerías para extender Puerto Madero”, denunció Agustín Segovia, un joven de 19 años que vive en el conventillo con sus padres, hermanos y primos. Segovia señaló que “el incendio no afectó la parte de material”, por eso dijo estar seguro de que los vecinos podrían regresar. Y contó que son más o menos sesenta las personas, entre adultos y chicos, que pasaron la noche en la puerta del edificio.
“No nos queremos ir porque después no nos van a dejar volver”, agregó el joven, quien señaló que “se acercó gente del Ministerio de Desarrollo Humano (porteño) que quería reubicarnos en hoteles”, lo que rechazaron porque “no aceptan perros ni cabemos toda la familia en una habitación”.
Fuentes del Ministerio de Desarrollo Humano confirmaron que “son 23 las familias afectadas”, en tanto Federico Crespo, de la Dirección de Atención Inmediata de esa cartera, expresó que “no se puede ingresar porque es peligroso” y que se les ofreció a las personas afectadas ir a un refugio y a hogares, pero “no aceptaron”. “Se está buscando una alternativa mientras se pone en condiciones el lugar. Todas las personas fueron contactadas”, aseguró sobre la situación de las familias el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en un acto en el barrio de Saavedra.
Al respecto, los vecinos expresaron que les ofrecieron “un subsidio de 1800 pesos por seis meses. No lo queremos. Sólo queremos volver a casa”. Y contaron además que recibieron ayuda de “los de Barrios de Pie, que nos acercaron mantas y sopa”.
Milena, una vecina que vive en el predio hace 16 años, dijo que “lo único que queremos es entrar a nuestras casas” e insistió: “Nos vamos a quedar acá. Estamos desde las 9 de la mañana esperando al arquitecto. Son las seis de la tarde y todavía no vino. No tiene ningún apuro, se ve. Yo tengo siete chicos a mi cargo, chicos y adolescentes. Y estuvimos toda la noche acá”.
El matrimonio de Perla y Lorenzo hace más de tres años que vive ahí. “Nosotros estamos justo abajo de donde se incendió. Y al lado vive Blanca y del otro lado Walter y su hermano Isidro”, contó Perla. Y Lorenzo amplió: “Nuestra casa se arruinó por el agua que tiraron los bomberos para apagar el colchón. Porque no es que se incendió una pieza, fue sólo un colchón. La gente que se murió fue por el humo, por aspirar monóxido. Ahora en casa hay quince centímetros de agua. Pero el edificio está bien”. Walter intervino: “La estructura es de hierro y hay losas de material. Sólo se quemó el piso de pinotea de la habitación. El resto está bien. Pero quieren sacarnos de aquí para ampliar Puerto Madero. A nosotros los impuestos nos vienen diciendo ‘Puerto Madero’”.
Víctor Raúl Bautista, de 70 años, contó: “Vivo acá hace 30 años, en el primer piso. No nos dejan entrar porque vino una arquitecta que dijo que no es habitable. Pero el piso donde vivo no tiene nada. Anoche dormimos todos en la calle, con este frío. Hay un montón de criaturas. Nadie nos da ninguna solución. Y no me dejan entrar a buscar mis remedios. Yo soy discapacitado y estoy en tratamiento psiquiátrico en el Borda. Me mandaron del Juzgado 82 porque soy esquizofrénico y paranoico. Estoy medicado, pero tengo miedo porque todos mis remedios quedaron ahí adentro”.
Catalina, de 56 años, que vive allí con su hijo, explicó que “hace más de veinte años que estamos acá, y desde hace tiempo que nos quieren desalojar”, y negó que exista peligro de derrumbe porque “sólo se afectó el fondo del sector derecho pero la parte izquierda está habitable”.
Algunos vecinos mostraron una copia de una nota de clausura notificada por la arquitecta Virginia Brizuela, de la Dirección General de Guardia de Auxilio, que especifica que el lugar corre “peligro de derrumbe”, pero aseguraron que los funcionarios “ni siquiera ingresaron”.
Alicia hace seis años que vive en ese edificio. Tiene dos hijos, de 3 y 19 años, que ahora están con una tía. “Hoy (por ayer) vinieron de Defensa Civil y dijeron que está todo bien, pero el arquitecto que tiene que dar la orden no aparece. La arquitecta que vino ayer (el jueves) ni entró. Miró desde la puerta, dijo que no era habitable y se fue”, contó, fastididada.
En consonancia con lo que dicen los vecinos, Eduardo, uno de los bomberos que intervinieron el jueves, contó: “El fuego empezó a las 5.30 de la mañana y nosotros llegamos a las 6.30, apenas nos avisaron. Es cierto que no hay riesgo de derrumbe. Ya a las 8 de la mañana estaba todo apagado. Pero sólo se quemó el piso de pinotea, nada más. Ahora hay que esperar el segundo peritaje, que le dé el OK para volver a sus casas. La arquitecta que vino ayer (el jueves) temió que hubiera riesgo estructural, pero miró desde la puerta. No subió a los otros pisos ni hasta el fondo”.
Angel Torres, de 25 años, que vivía junto con su pareja en una habitación de Pedro de Mendoza 1447, provocó el incendio al prender fuego un colchón tras una discusión con su mujer. El tóxico humo se propagó a las habitaciones vecinas, en una de las cuales murieron tres mujeres y una beba de poco más de un año.
La causa recayó en el Juzgado en lo Criminal y Correccional 4, cuyo titular es Diego Slupski, que le imputa al detenido Torres el delito de averiguación de incendio y homicidio.