“Nosotros pensamos que el movimiento cooperativo de la provincia es un factor central de su desarrollo productivo. Es una forma de gestión de las empresas y emprendimientos que permiten llegar donde el sector privado y el Estado no llegan”, señaló ayer el gobernador Axel Kicillof en Pinamar, durante la presentación de la nueva edición de Proyecto de Integración Cooperativa con el que se financiaron veinte proyectos con aportes no reembolsables en setenta cooperativas de doce municipios, por más de 150 millones de pesos. 

En esta segunda convocatoria, se beneficiarán las cooperativas de energía, conectividad, internet, teléfono, agua y hasta cuestiones básicas como los servicios funerarios. Sumando ambas etapas, el monto total de la línea de financiamiento es de 400 millones. José Luis Mangini preside la Cooperativa Eléctrica de Zárate, una de las más grandes de ese universo, junto con las de Pergamino y Tandil, que brinda servicios en ciudades de más de 100 mil habitantes. En conversación con Buenos Aires/12, da cuenta de las ventajas de ese modelo y de su capacidad de resolver distintos problemas, como la conexión eléctrica de los barrios populares.

--¿En qué consiste el acuerdo con el Renabap y qué alcance tiene?

--El convenio lo firmamos con Desarrollo Social de la Nación, a través del denominado Fondo de Integración Socio Urbana (FISU), que es un fideicomiso para financiar distintos proyectos enmarcados en la tipología de “obra temprana”. En Zárate, tenemos 120 mil habitantes y alrededor de 40 barrios populares. Recordemos que el Renabap considera barrios populares a aquellos de ocho familias o más sin títulos de propiedad o con dificultades para acceder a ellos y, en consecuencia, con dificultades para acceder a servicios básicos esenciales. En este momento nuestra cooperativa trabaja simultáneamente en 18 obras de inclusión eléctrica. Esto es, barrios que tenían conexiones precarias, peligrosas, ilegales, se reemplazan por líneas de media tensión, líneas de media tensión, bajadas, cajas térmicas, medidores con tarifa social. Abarcamos Los Pinos, 9 de julio, La Ponderosa, La Esperanza, Villa Negri, La Ilusión, Los Rosales, cada una de ellas con distintos grados de avance. Más de 3000 personas que estaban enganchadas hoy tiene conexiones regulares. Además, a través de esa conexión, acceden a la cooperativa y a todos los servicios que brinda. Hay varias cooperativas haciendo esto a nivel provincial. A nosotros nos enorgullece formar parte del lote inicial, ser pioneros.

--Es habitual que una cooperativa brinde el servicio eléctrico en un pueblo chico, pero no en una ciudad de 100 mil habitantes. ¿Cuál es el mayor desafío a nivel gestión?

--Efectivamente, el cooperativismo es la estrategia habitual a la que se recurre para resolver una necesidad insatisfecha. La mayor parte de las cooperativas como la nuestra están radicadas en localidades menores a 10 mil habitantes en las provincias de Córdoba y Santa Fe.Pero Zárate no es un caso único, creo que somos siete las localidades mayores a 100 mil habitantes con servicio eléctrico cooperativo en toda la provincia de Buenos Aires. El desafío es enorme, porque hay que brindar servicio a los usuarios domiciliarios pero también al parque industrial, que es uno de los más grandes de la provincia y trabaja 24 por 7 los 365 días del año. Nosotros logramos abastecer al parque con calidad y sin interrupciones. Eso demuestra que las industrias confíaron en nosotros y no se equivocaron

--¿En qué percibe la diferencia el usuario cuando el servicio lo presta una empresa o una cooperativa?

--La primera diferencia es que en esta cooperativa, los directivos, los ingenieros, empleados, obreros, todos sin excepción, vivimos en la ciudad de Zárate. Yo vivo en el mismo lugar hace 40 años. Entonces el primer beneficio es que nos ven la cara cada día, estamos obligados a rendir cuentas. Esta cercanía también genera respuesta inmediata. La atención es personalizada. Todos atendemos al socio y damos explicaciones. Todos, de uno y otro lado del mostrador, somos socios cooperativistas.. La gente nos reclama o nos felicita cara a cara, cuando llevas a los pibes a la escuela o cuando haces un asado en el club.

--¿Cómo creen que están representadas políticamente las cooperativas?

--Primero, para poner en contexto, el cooperativismo eléctrico en particular, en nuestro país, está conformado por 600 cooperativas, repartidas en 14 provincias. De manera que tenemos representaciones distritales muy importantes y en algunos casos provinciales. A su vez, ninguna de estas cooperativas brinda solamente servicio eléctrico. La mayoría brinda telefonía, sepelios, gas. Vamos detectando carencias o necesidades y construyendo la respuesta. Como consecuencia de esto, tenemos gran representación a nivel municipal porque el nivel que nos otorga las concesiones es el municipal, el concejo deliberante de cada ciudad y el señor intendente. A nivel provincial, que es donde funcionan los organismos de control y se fijan tarifas, tenemos representación pero aún no es la que buscamos. Y, efectivamente, a nivel nacional estamos todavía lejos. A veces accedemos a organismos de segundo orden como secretarías o direcciones, pero muy por debajo de lo que nos correspondería por peso específico.

--¿Tienen una mirada estratégica del país, además de necesidades y planteos sectoriales?

--En cierto que tenemos necesidades puntuales, pero no por eso perdemos de vista la estrategia nacional del movimiento cooperativo en su conjunto. Las 600 cooperativas eléctricas cuentan con cuadros técnicos propios, que a su vez piensan estrategias de desarrollo para cada sector. El cooperativismo es una gran solución y tenemos la capacidad de llevarlo adelante. Nosotros no tenemos que generar ganancias para repartir dividendos entre accionistas, sino que reinvertimos todo, tenemos inversión continua y al estar afincados en las localidades tenemos costos menores y somos más competitivos. Tenemos una mirada estratégica de la economía social y aspiramos a ser escuchados.