El récord de exportaciones de bienes en 2022 da cuenta no sólo de la coyuntura favorable de los precios de los commodities agrícolas sino también de un horizonte positivo que atraviesan los principales complejos exportadores del país de cara a un mundo que puso en el centro de la escena a los alimentos, la energía y los minerales. 

En diálogo con Página/12Cecilia Todesca, Secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, consideró que uno de los grandes objetivos de la política económica es ampliar los encadenamientos locales en los sectores exportadores para maximizar el impacto en el empleo nacional y además lograr que las empresas proveedoras locales se inserten otras cadenas de producción global.

"A pesar del impacto en las importaciones de la suba de los combustibles, energía y fertilizantes, se logró otro año con superávit comercial. Esto fue posible por el gran desempeño de las exportaciones de bienes, en donde por un lado hubo un efecto precio, por el alza a nivel internacional de los commodities. Pero también se destacó el incremento en las cantidades exportadas entre las manufacturas de origen industrial, como el complejo automotor, químico o material eléctrico. Con todo, los datos de exportaciones en 2022 van a cerrar por arriba de los 100 mil millones de dólares si se suman las ventas al exterior de bienes y servicios", explica Todesca.

De acuerdo a lo informado por el Indec este jueves, el intercambio comercial del año pasado registró un superávit de 6923 millones de dólares, lo que implica una caída frente a los 14.751 millones de dólares. A grandes rasgos, este resultado se explica porque la mayor presión importadora proveniente de la recuperación económica y de la suba de los precios de la energía por la guerra en Ucrania se logró compensar en parte por las exportaciones récord, que sumaron 88.446 millones de dólares.

"El país tuvo que enfrentar importaciones de combustibles y lubricantes que aumentaron un 120 por ciento en el año, lo cual se sumó al efecto positivo sobre las importaciones que ejerce el crecimiento de la economía, que se espera haya cerrado el año por arriba del 5 por ciento. Esto no sólo se logró por el desempeño del sector exportador tradicional sino también por las manufacturas industriales, cuyas exportaciones alcanzaron el máximo desde 2013. Dicho resultado se relaciona con el gran ritmo de la inversión privada", considera Todesca.

Panorama 2023

En 2022, el comienzo de la guerra y la disparada de los precios de la energía sembraron interrogantes sobre la capacidad de la economía argentina para generar las divisas necesarias para pagar las importaciones. Este año, la situación luce nuevamente muy desafiante a causa de la sequía que sufre el sector agropecuario, que redujo fuertemente las perspectivas de producción y de exportaciones.

"Todavía es un poco temprano para sacar conclusiones acerca del efecto anual que va a tener la sequía, pero está claro que va a haber impacto, no sólo por la menor perspectiva de producción de granos sino también por su correlato en la ganadería. Hay que ver si finalmente esto se compensa un poco con un efecto precio positivo", indica Todesca.

La funcionaria también menciona que "hay un camino de sustitución de importaciones en el sector energético, que va a permitir reducir las compras en ese sector, que se ubicaron en casi 13 mil millones de dólares en 2022. Además, este año tampoco tenemos el efecto precio en contra de los energéticos. Por otro lado, esperamos que otros sectores, como la minería, nos puedan dar noticias positivas".

Servicios

"De acuerdo a los datos que hasta ahora se conocen, las exportaciones de servicios acumulan al tercer trimestre del 2022 un total de 10.340 millones de dólares, de los cuales los servicios basados en el conocimiento explican 6041 millones. Se trata de un rubro muy importante de la economía argentina, porque demuestra que en el país se puede agregar valor, incorporando ciencia y tecnología. Definitivamente no es cierto que lo único que exportamos son commodities", indica Todesca.

Sin embargo, a diferencia de los otros grandes complejos exportadores, la venta de servicios es mucha más esquiva para concretar la liquidación de divisas, en el actual contexto de brecha cambiaria. "La brecha tiene impacto, pero el país debe convivir con ella porque no cuenta con los dólares suficientes. El marco regulatorio para la compra de divisas no es en contra de nadie, sino que apunta a garantizar a la producción nacional los dólares para poder seguir para adelante y crecer".