A los 80 años, tras complicaciones derivadas de la Covid, murió un artista que ocupó prácticamente todos los roles de la escena. Luis Agustoni, actor, director y dramaturgo, fue responsable de éxitos dentro del circuito teatral manejado por empresarios -por ejemplo Los lobos, de su autoría, y Brujas-, aspecto que lo hizo popular. Otro de sus rasgos destacados fue su trayectoria como docente en su propio teatro, El Ojo, taller que fundó en 1988. Comenzó muy joven y desarrolló una carrera de 50 años, ganando un lugar importante tanto en el circuito independiente como comercial.
El fallecimiento lo informó este jueves Multiteatro a través de una publicación en Twitter. "Enorme dolor: murió Luis Agustoni. Desde esta Casa Teatral despedimos al talentoso amigo y le enviamos nuestro abrazo apretado a su esposa Andrea, sus hijas y familiares", dice el texto. Hacía tiempo que estaba enfermo y llevaba varios meses internado por complicaciones por la Covid. La muerte ocurrió el miércoles por la noche. Estuvo al frente de Brujas hasta último momento, según contó el empresario Carlos Rottemberg, quien lo definió como una "gran persona, además de amigo, talentoso" y "gran artífice" del suceso teatral, obra del español Santiago Moncada de la cual el director realizó una versión que fue modificando en distintas temporadas.
Sus comienzos se ubican en los '60, cuando en paralelo a sus estudios de Abogacía en la Universidad de Buenos Aires se incorporó a un grupo teatral que experimentaba dentro del ámbito académico. Sus maestros fueron Francisco Javier y Agustín Alezzo. Su nombre está ligado también a Carlos Gandolfo, Augusto Fernandes y Juan Carlos Gené.
Comenzó haciendo versiones de piezas españolas. Exploró diversos géneros tanto en el circuito comercial como en el independiente. Su trayectoria incluye títulos propios como Los lobos y El protagonista ante el espejo, como así también adaptaciones a famosas obras -Hamlet, de William Shakespeare; Don Juan, de Molière; Antígona, de Sófocles; La gaviota, de Antón Chéjov- hasta comedias contemporáneas como El último de los amantes ardientes, de Neil Simon, o La cena de los tontos, de Francis Veber. En muchos casos también participó como actor, del mismo modo en que lo hizo para algunos ciclos televisivos, como Hombres en pugna, Los notables y Colorín Colorado. En cine actuó en Los chicos de la guerra y Casanegra.
“Concibo al teatro como un espejo inteligente de la realidad que además de suministrar placer tiene como objetivo comprender la vida humana", definió en una nota con Página/12. "Es casi imposible, o por lo menos raro, que una historia de ficción sea absolutamente original y salga de la mente del autor. Siempre las ideas son disparadas por algo que uno ha vivido o que ha vivido gente que uno conoce", explicaba en 2013, en un momento en que estaban en cartelera dos obras suyas -Claveles rojos y Tiempo de partir, ambas basadas en hechos reales y con puestas hiperrealistas-. En otra entrevista dio su visión sobre la enseñanza, al considerar que iba más allá de la transmisión de información. Fundó El Ojo como espacio para clases, ensayos y funciones y para dedicarse a la investigación. La apertura fue con Hamlet, en la que actuó y dirigió.
En total sumó un centenar de obras, de las cuales destaca Brujas con su vigencia a lo largo de 32 años, espectáculo que lo hizo acreedor de muchos premios. Sólo en una oportunidad dirigió en el ámbito oficial. Fue con La gripe, de Eugenio Griffero, en el San Martín, en 1980, un año antes de sumarse al grupo de directores de Teatro Abierto. En ese marco ofreció Papá querido, de Aída Bortnik.
Sus obras recorrieron distintos países de América latina, como México, Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Colombia y Venezuela, donde se hicieron versiones locales. En su última etapa se había volcado a la actuación. Combinaba los montajes en su escuela con participaciones en obras como Heisenberg, el principio de la incertidumbre, del dramaturgo inglés Simon Stephens. Protagonizó el espectáculo junto a Catherine Fulop en el teatro Regina y además se ocupó de la dirección.
En las redes lo despidieron referentes del teatro y entidades como la Asociación Argentina de Actores, según la cual Agustoni deja "una importante huella en las artes escénicas" del país.