Salí de juerga pseudoarqueológica con este spin off en formato serie de la saga de pelis National Treasure, con un disneyísimo elenco deliberadamente diverso y juvenil siguiendo claves ocultas precolombinas. Más cerca de El código Da Vinci que de Indiana Jones, más Search Party que Scooby Doo, este mix de misterio y persecución confirma que la aventura es como la poesía: se disfruta más si estás dispuesto a dejarte engañar.