La tucumana se come con limón, la salteña es jugosa y chorrea, la jujeña lleva papa. La empanada costera, en cambio, es una identidad en proceso, todavía en construcción.
Se nutre, o se rellena, en muchos casos, de lo que traen los pescadores en sus lanchas, luego de adentrarse en el mar una marea alta y volver en la siguiente: puede ser corvina, raya, a veces cazón. Se puede fritar en el disco o cocer con paciencia en el horno a leña.
Hay, sin embargo, un consenso casi unánime. La empanada costera se festeja. Esa es la excusa perfecta para reunir a locales y turistas con ganas de celebrar y celebrarse un rato.
Por estos días transcurre la décima edición de la Fiesta Regional de la Empanada Costera, en el paraje de Santa Elena, partido de Mar Chiquita, a apenas 8 kilómetros de Mar del Plata. Organizada por la sociedad de fomento local, con apoyo logístico, financiero y técnico del municipio. Su programa contempla, además de shows en vivo, venta, degustación y concurso de empanadas.
Iniciada hace una década y con creciente cantidad de público año a año, con la obvia excepción de 2021 y 2022 por la pandemia, esta celebración popular ha generado un importante valor identitario y reconocimiento entre los habitantes. Los fondos recaudados se destinan en su totalidad a instituciones de bien público.
La edición 2023 también será recordada por una particularidad. Por estas horas, los marchiquitenses esperaban la presencia del gobernador Axel Kicillof, que durante parte de la jornada acompañó el operativo de documentación que encabezó la ministra de Gobierno Cristina Álvarez Rodríguez, realizado en la localidad vecina Mar de Cobo. Kicillof participó junto al intendente anfitrión Jorge Paredi.
"¿Qué va a ser porteño este?", le porfiaba un criollo de boina y pañuelo al cuello a otro, mientras el gobernador se alejaba hacia el siguiente puesto. "Me preguntó todo. Cómo cortamos la leña, como derretimos la grasa, cómo mantenemos el disco. Que las haga si quiere. No le van a salir como las mías", bromeó uno de los cocineros del lugar, que se llevó un abrazo, a modo de reconocimiento.
Estuvieron también el jefe de Asesores del Gobernador, Carlos Bianco; el ministro de Producción, Augusto Costa, de quien depende el área de Turismo; las subsecretarias de Turismo, Soledad Martínez; y de Industrias, Pymes y Cooperativas, Mariela Bembi y el subsecretario de Desarrollo Comercial y Promoción de Inversiones, Ariel Aguilar.
En la previa, Kicillof anunció que se llevará adelante el llamado a licitación para las obras que convertirán en autovía el tramo de la ruta 11 que une a Villa Gesell con Mar Chiquita. Fue en el Espacio Joven de la ciudad de Coronel Vidal, junto a Paredi y el intendente gesellino Gustavo Barrera.
La obra se llevará adelante a lo largo de 72,4 kilómetros e implica una inversión de aproximadamente 25 mil millones de pesos. “Se trata de una obra muy importante que traerá beneficios para toda la región y la provincia, ya que evitará accidentes de tránsito, promoverá aún más el turismo y mejorará las condiciones de vida de los vecinos y vecinas de la zona”, destacó el gobernador.
Durante el acto, Kicillof también encabezó junto al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, la entrega de 245 escrituras sociales en beneficio de familias del municipio de Mar Chiquita. “Estamos reconociendo la seguridad jurídica de nuestro pueblo, de las y los trabajadores que han esperado durante muchos años los títulos de propiedad de sus casas”, sostuvo Kicillof y agregó: “Con esta documentación, las familias podrán acceder a un crédito bancario para hacer mejoras y dejar el bien en herencia para que las próximas generaciones tengan una vida mejor”.
Las escrituras alcanzan a familias de las localidades de Coronel Vidal, General Pirán, Vivoratá, Santa Clara del Mar, Mar de Cobo, Santa Elena y Balneario Parque Mar Chiquita. Además, el municipio recibió los títulos de propiedad que corresponden a viviendas sociales de diferentes barrios y a instituciones educativas, deportivas y productivas.