Primero, quiero llevar tranquilité a nuestres lectoros y lectóribus: no estoy siendo víctima de ninguna conspiración paranoica ni mucho menos formando parte de ella. Se trata de una pregunta, por lo tanto una duda, que intentaré resolver, seguramente sin éxito, a lo largo de la columna. Segundo, Francia.
El párrafo anterior pretende ser también un pequeño homenaje. Hace ya unas cuantas décadas, Orson Welles no tuvo mejor idea que relatar por radio una eventual invasión marciana basada en la novela de su casi tocayo de apellido, H.G. Wells, La guerra de los mundos. La gente se la creyó, cundió el pánico, y no le hicieron caso al sabio consejo de “practicar el sexo salvaje, que chocan los planetas”, sino que, muy por el contrario, decidieron terminar con sus propias vidas, ahorrándoles el trabajo a los extraterrestres: “Dejá. No hace falta que me mates vos, me mato yo solo”. Qué triste, y qué neoliberal el concepto. Aclaro que no es que yo crea que de verdad los marcianos nos hayan atacado, sino que "pasan cosas", algunas demasiado parecidas.
Por otra parte, la ciencia ficción nos ha brindado numerosos textos, historias, películas y novelas sobre la invasión marciana (encima, Marte es “el planeta rojo”, así que funcionaba bien haciendo de comunista). “Marte invadiendo la Tierra” es un clásico. Es el equivalente, en ciencia ficción, a “Argentina-Inglaterra” en fútbol... y en historia, donde los ingleses nos invadieron tantas veces –unas, directamente; otras, usando a sus excolonos norteamericanos, sus piratas, sus multinacionales, o sus quien sea–. Pero, en ciencia ficción, los buenos escritores supieron encontrar un Diego Maradona, que, ya sea con la mano de Dios, ya sea con el barrilete cósmico (gracias, Víctor Hugo), los dejase afuera, los mandase guardar, les dijera: “Qué invadís, bobo, anda payá” o similar.
A fines de la década del '50 en USA, a mediados de los '60 en la Argentina, circularon unas legendarias figuritas sin álbum. Eran 53 cartones. En cada paquete venía un cartón, y un chicle. Allá se llamaban “Mars Attacks”; acá, “Marte Ataca”. Más de une lectore, obviamente premilenial, las recordará. Tan legendarias fueron que en 1996 llegó la película, de la mano del genial Tim Burton, y con Jack Nicholson, Glenn Close, y muchas, pero muchas, grandes estrellas más. ¡No, si los invasores, cuando quieren invadir, no se fijan en gastos! Total, el presupuesto lo terminan pagando los invadidos, ¡por las buenas, por las malas o por las deudas!
En esa gran peli, Jack Nicholson hace de presidente de los Estados Unidos. En determinado momento, los marcianos, en un simpático gesto de buena voluntad, lanzan un rayo incendiando y exterminando el Capitolio (o sea, el Congreso), con mucho más éxito que los trumpistas del 2020 o los bolsonaristas del 2023, pero quizás “haciendo escuela”. Tras los hechos, el presidente debe, es necesario, hablarle a la población. Entonces, con ese tono irónico que solo Jack Nicholson (o quizás también Vittorio Gassman) puede tener, ante millones de conciudadanos dice: "My fellow americans, tengo una gran noticia que comunicarles: ¡dos de los tres poderes siguen funcionando!".
Aquí hago una pequeña pausa para recordarles que el último párrafo pertenece a una peli de 1996, no a la realidad argentina de 2023. Gracias.
¿Por qué esa aclaración? Primero, porque es necesaria; segundo, Francia. ¿Por qué es necesaria? Porque “una invasión marciana” sería una explicación un poco menos absurda que las múltiples que nos dan (o que pensamos) a lo que nos está pasando. Imagínense que les mismes que denuncian un complot “iranívenezolanomapuchekirchnerista” fueran, en realidad, marcianes. O, para darle un tono más verosímil, “mauricianos”. Bueno, ¿cómo sonaría esta noticia que ningún medio va a dar?: "Los mauricianos invadieron la Argentina, provocan terror en la población, que no se atreve a salir ni al chino por temor a los precios gigantescos; ya han exterminado la Justicia y bloqueado el Congreso. Se espera que de un momento a otro aparezca el señor presidente (que no es Jack Nicholson) y diga: 'argentinos, tengo una gran noticia que darles: uno de los tres poderes es como que funciona'".
Para que los conozcan un poco mejor –si hiciera falta–, seleccionamos videos de RS+ (Rudy-Sanz) donde se presenta, de a uno, a tres mauricianos que están dispuestos a terminar con el poder que “es como que funciona”:
1) Vals para Horacio
https://www.youtube.com/watch?v=yC_Y9s95MDQ
2) Rap: Papapatricia
https://www.youtube.com/watch?v=bf2VuQyvQYQ
3) Adivina adivinador