El músico Fernando Barrientos va mutando y moviéndose, como las canciones. Nació de casualidad allá por 1963 en Guayaquil, Ecuador, en medio de una gira de su padre y su madre, que también eran músicos. Luego su familia se trasladó a Valentina Alsina y tres años después se instaló en Mendoza, donde pasó su infancia y adolescencia. Fue en el pueblo mendocino de Bermejo, ubicado en Guaymallén, en donde aprendió el oficio de compositor de canciones, en plena dictadura militar. “Empecé a escribir canciones en 1977 o 1978 en el medio de ese clima tan horrible. Con mi familia vivíamos en un barrio de milicos y eso se potenció en dictadura. La población civil era muy poca, la mayoría eran milicos. En esos tiempos tan oscuros no era el mejor lugar para vivir. Por eso digo que las canciones me salvaron la vida”, resalta el cantante, guitarrista y compositor, que regresó a Mendoza en 2021 después de vivir casi treinta años en Buenos Aires.

Desde allí, desde sus pagos por elección y destino, Barrientos lanzó su segundo disco solista, Bermejo From Hell (2022), una obra que reúne canciones inéditas de todos sus años de compositor. Hay algunas que datan de fines de la década del noventa, de la época de su anterior grupo Caín Caín, pero otras son más recientes, como "Todo pasa otra vez", "Cómo sangra el cielo" y "El último tren a casa". "La salida de un disco siempre tiene una carga de ansiedad y motivación. Y la verdad es que como yo venía laburando hace mucho tiempo en estas canciones la idea era ponerlas en un lugar y empezar a transitarlas de una forma más orgánica”, dice Barrientos sobre el disco que contó con la producción de Lisandro Aristimuño y fue editado por Viento Azul Discos.

La curiosidad del disco es que estuvo guardado en un cajón durante tres años. Ya estaba grabado y listo, pero tuvo que esperar para ver la luz. “Hace mucho tiempo que viene macerándose este disco”, resalta. Uno de los motivos de su demora fue el lanzamiento de Regreso (2021), el disco de Orozco-Barrientos, su principal proyecto musical. La idea era que ambos lanzamientos no se superpusieran y el dúo tenía prioridad. “Porque habíamos dispuesto con Tilin la salida de Regreso. Hace ocho años que no editábamos un disco, entonces ya teníamos prácticamente la preproducción hecha. Se dieron las condiciones para empezar a grabar, lo editamos y salimos con ese disco. En principio eso habíamos acordado también con Lisandro, que tuvo una paciencia enorme”, revela el cantautor. “Y la pandemia también fue muy influyente en la demora. Porque a Bermejo… terminamos de grabarlo en julio-agosto de 2019 y lo editamos recién a fines del año pasado”, precisa.

-Y escuchándolo con la perspectiva del tiempo, ¿estas canciones señalan otras cosas hoy?

-Sí, muchas veces se reafirmó alguna idea. Otras veces cambiaron. También está la idea de que esos universos, que son en definitiva las canciones, van cambiando como uno. Entonces, la forma de interpretarlas, de cantarlas, de cambiar alguna frase, de ajustar algo que redondee un concepto va mutando. Era necesario el registro porque sentíamos también cuando empezamos a hacer la preproducción con Lisandro que era el material que estábamos buscando y teníamos claro el concepto del disco. Entonces, entendimos que estas canciones eran las más representativas.

El concepto del disco, en líneas generales, tiene que ver con el despojo y la austeridad de la instrumentación. Las canciones fueron grabadas en pocas tomas y ponen el acento en la canción. La guitarra y la voz de Barrientos están al frente, en clave cantautor. “Este disco para mí es un humilde homenaje a ese universo maravilloso, misterioso e indescifrable que son las canciones”, sostiene. “En mi caso, me han salvado la vida. Desde ese concepto buscamos que se exponga lo más austero, que suene lo más parecido a cómo nace una canción, que en mi caso es así, con una guitarra o guitarrón y la voz. Entonces, intentamos llevarlo adelante de esa forma. Me representaba más esa manera. Y esa austeridad, esa puesta en escena, obedece a ese concepto”.

-En el disco predominan la canción y el folk-rock, pero no está tan presente el folklore, ¿La búsqueda fue correrte de tu faceta folklórica vinculada con Orozco-Barrientos?

-Tiene que ver con la esquizofrenia que me acompaña desde hace muchísimo tiempo, porque tengo muchísimas canciones ligadas al folk-rock, pero también mi herencia vinculada con el rock me ha llevado a tener influencias muy fuertes en ese sentido para componer. Entonces, sí, tiene una línea más folk-rock que folklórica. Pero en cuanto al folklore hay un aire de cueca, "Desvaneciendo", y también un aire de tonada, "El umbral del alba". Pero lo demás es un material que tiene otra sonoridad.

-¿Cómo fue el trabajo de producción de Lisandro Aristimuño? ¿Cuál fue su aporte al disco?

-Básicamente, Lisandro es el gran responsable de este disco porque él conocía un par de canciones mías, como "Luz quemada", y me apuró para hacer un disco. Nos pusimos de acuerdo al toque. Yo ya más o menos tenía el concepto, por venir tocándolas mucho, por sentir que estaba más cercano a la sonoridad que teníamos y desde ese aspecto conceptual Lisandro fue fundamental. También aportó en el hecho de hacer mucho hincapié en los tempos, en el desarrollo de las canciones y además fue el técnico de grabación. Lisandro también hizo la música de la canción "From Hell" e incluso intervino en la primera guitarra en la grabación. Fueron sesiones muy emotivas. Siempre estuvo al lado mío haciendo prevalecer ese concepto: la canción es lo que va en primer plano. Y el sonido que tiene el disco es increíble dentro de ese marco de austeridad.

-Pasaron veinte años de tu primer disco solista, La joven maza del tenderito herido (2001). ¿Seguís tocando esas canciones?

-Tremendo. Borges decía "a la realidad le gustan las simetrías". Hablando de simetrías, ese disco lo produjo Tilín Orozco y de alguna manera es el germen de Orozco-Barrientos. Dos o tres años después se termina conformando el dúo. El fascinante mundo de las canciones nos lleva por muchísimos lugares…

-¿Y por qué Bermejo From Hell?

-Bermejo es mi pueblo. Ahí fue mi infancia y adolescencia, toda mi juventud. En cuanto al título, por un lado está Bermejo, y por otro lado From Hell, la historieta del guionista Alan Moore y el dibujante Eddie Campbell, que a mí me flasheó. Al asociar ambas ideas se terminó de redondear el concepto, porque estas canciones empezaron allá lejos, en los años 1977 y 1978. En esos años empecé a escribir mis canciones y era una etapa muy dura, muy jodida, en plena dictadura. Yo tenía 14 o 15 años cuando empecé a escribir mis primeras canciones. Con mi familia vivíamos en un barrio de milicos y eso se potenció en dictadura. La población civil era muy poca. Y en esos tiempos tan oscuros no era el mejor lugar para vivir. Entonces, la idea fue contar Bermejo desde el infierno y entender que las canciones me salvaron la vida. Las canciones me rescataron de un lugar infernal. Si hubiera tenido algunos años más en ésa época no estaría contando el cuento.