Con respecto a la significativa pérdida de puestos de trabajo de los últimos meses, el martes 4 de julio, el Jefe de Gabinete Marcos Peña Braun indicó: “Fueron muchos años de estancamiento y precarización laboral”. Es curioso porque los últimos meses –enmarcados plenamente en la gestión Cambiemos– dan cuenta de fuertes caídas. El 31 de mayo pasado, Peña indicó que la cifra total de empleo era “record”, sin mencionar que el importante aumento de trabajadores monotributistas explicaba la inflación en las estadísticas y no la creación genuina de puestos.
Si se observa la serie de los trabajadores registrados del sector privado (SIPA-AFIP) en su versión desestacionalizada, se puede visualizar que, tomando cifras desde marzo 2014, se ve con claridad el proceso de destrucción de empleo que tuvo lugar desde fines de 2015 y en el primer semestre de 2016, resultando asimismo poco significativa la “recuperación” de julio 2016 a abril 2017.
El Jefe de Gabinete declaró que “ha habido muy poca conflictividad laboral pese a la recesión del año pasado”. Sin embargo, los datos lo contradicen. Según el Observatorio de Conflictividad Socio–Laboral de CEPA, el total de protestas en los primeros cinco meses de 2017 ascendieron a 1784 (680 casos de conflictos sociales y 1104 casos de conflictos laborales). Un relevamiento preliminar de junio arroja cerca de 442 protestas adicionales, lo que significa 2226 conflictos en el primer semestre de 2017.
Lo que es verdaderamente relevante es que, mes a mes, los conflictos laborales y también los sociales mostraron un crecimiento en cantidades absolutas. Marzo fue el de mayor conflictividad atravesado por el inicio de las negociaciones paritarias. Pero abril y mayo mantuvieron niveles significativamente más elevados que el primer bimestre del año. Si se compara el bimestre enero–febrero con respecto al bimestre marzo–abril, en este segundo tramo los conflictos laborales y sociales aumentaron 74,6 por ciento, y la conflictividad laboral lo hizo 89,8 por ciento. Al observar mayo respecto de abril 2017, los conflictos totales se incrementaron 6 por ciento.
Las causas de los conflictos no son ajenas a la política económica vigente. La principal causa de los conflictos laborales en el sector privado tiene que ver con los despidos que han protagonizado mayoritariamente las grandes empresas. Los atrasos en los pagos se ubican en segundo lugar y en tercer aparecen reclamos ante políticas de ajuste.
La conflictividad en la industria ha sido sensiblemente mayor que en el resto de los sectores, y lidera en materia de conflictividad laboral en el sector privado, con un total de 131 conflictos en los primeros cinco meses de este año (28,8 por ciento de los casos, considerando un total de 455). Le sigue el sector servicios (106, con el 23,3 por ciento) y Transporte y Almacenamiento (con 79 conflictos, 17,4 por ciento).
Al revés de los dichos de Peña, en lugar de haberse reducido la conflictividad laboral, lo que existe es un incremento fundamentalmente en el segundo trimestre de 2017. En materia de empleo, el recurso causal al gobierno precedente pareciera no tener asideros luego de 19 meses de nueva gestión, y con una significativa caída en abril de 51 mil trabajadores en el sector privado.
* Centro de Economía Política Argentina (CEPA).