Un informe de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires asegura que “después de más de dos años de afectar negativamente el funcionamiento del sistema climático, el fenómeno de ‘La Niña’ está dando muestras de haber entrado en su proceso de disipación”. Según los datos publicado en torno a las Perspectivas Agroclimáticas Estacional, al generar que la atmósfera se acople a las variaciones que causa en el océano, “La Niña” trajo consigo corrientes de agua más fría, lo que significó vientos y cambios en la presión debido al enfriamiento, lo que tuvo como resultado una alarmante falta de lluvias dentro de la región durante los meses cálidos.
En su tercer año consecutivo, La Niña causó destrucción en las economías productivas. La provincia de Buenos Aires vivenció la sequía más grande desde que existen los registros y los productores sufrieron pérdidas millonarias, cuyas cifras exactas aún se desconocen. Para la Bolsa de Cereales, la emergencia hídrica significa una pérdida de dos puntos del Producto Bruto Interno a nivel nacional. Para el alivio de todos los sectores, pareciera que el fenómeno climático culpable del desastre está entrando en “proceso de disipación”, según señaló la BCBA.
Según la Organización Meteorológica Mundial, se atraviesa actualmente el fenómeno más largo en muchos años. Es la primera vez en el siglo que ocurrió tres veces de manera consecutiva y se vio reflejado en las problemáticas que generó. Tanto a nivel macro como micro, las economías productivas se vieron fuertemente afectadas. Para su suerte, el trabajo publicado por BCBA sostuvo que “el sistema climático evoluciona positivamente” pero señaló que la transición “será lenta y mostrará perturbaciones hasta mediados del verano”.
“La tendencia favorece un mejor transporte de humedad desde la Amazonía y el Océano Atlántico hacia el interior del Cono Sur, favoreciendo la reactivación de las lluvias y la moderación de las temperaturas” señaló el informe, que a su vez propició la posibilidad de vivenciar “El Niño” a mediados del año corriente, un fenómeno de idéntico proceso pero que se da a la inversa: así como La Niña trae frío y sequía, El Niño trae calor y abundancia de agua. Esto alienta a los productores, que ya sueñan con recuperar en la campaña 2023/24 lo perdido en estos meses.
De esta manera, para la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, resulta indispensable “una planificación prudente, un manejo riguroso y un uso racional de la tecnología disponible”. Según sostuvo la entidad, “las precipitaciones irán tomando continuidad, mejorando las reservas de humedad de los suelos, y moderando la intensidad de las olas de calor”.