En la previa de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Buenos Aires, se conoció que Alberto Fernández y Lula Da Silva firmarán un “acuerdo estratégico” para crear una moneda común entre Argentina y Brasil, que se llamaría "Sur". La iniciativa representaría un avance en la integración comercial bilateral y un desafío para la economía argentina en términos de convergencia macroeconómica.
Tras la llegada de Lula al poder y el consecuente giro en la línea económica del país vecino, el flamante mandatario brasileño y Alberto Fernández firmarán un memorándum de entendimiento para comenzar a estudiar el proyecto. ¿Qué se sabe hasta ahora?
Sur: una moneda común, pero no única
Los países tienen distintos mecanismos para la integración económica y productiva, como la compensación de monedas –algo que ya ocurre en buena medida entre pesos y reales– o los swaps. La moneda común es uno de ellos.
A diferencia de lo que sucede con el euro, en la Unión Europea, Sur se piensa en un principio como una herramienta para promover y facilitar el comercio bilateral entre Argentina y Brasil –eventualmente, en el futuro, se extendería a otros países de la región–. Es decir, sería una moneda común, pero no única.
Esto significa que, en el caso de avanzar con la iniciativa, ambos países mantendrían sus respectivas monedas. “La moneda común en su máxima expresión, que podría llegar a ser un mismo billete de los dos lados de la frontera, todavía resulta incipiente”, sostuvo ante Página|12 el economista Hernán Letcher.
Sur serviría, en principio, para el comercio entre ambos países, asociada al valor del Producto Bruto Interno (PBI) y a la situación de los respectivos bancos centrales, pero no para el uso cotidiano o el consumo interno.
El director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) afirmó además que la iniciativa de moneda común es “una discusión que se abre", pero remarcó que "sus plazos de implementación son, al menos, a mediano plazo”.
Qué desafíos implica una moneda común entre Argentina y Brasil
Dadas las diferencias de escala entre ambas economías, las dificultades para alcanzar la moneda común radican en la necesidad de que exista una mayor convergencia macroeconómica entre ambos países.
“La tasa de interés en Brasil en este momento está cerca del 14%, nosotros tenemos una del 75%. La inflación tampoco contribuye. Todas esas cuestiones deberían converger, y en esa convergencia Argentina tendría que seguir a Brasil”, explicó a este medio el analista de Relaciones Económicas Internacionales Gabriel Balbo.
La emisión monetaria y el tipo de cambio son otros factores a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo la iniciativa. “Hoy tenemos un escenario particular porque estamos tratando de cumplir con las metas del Fondo Monetario Internacional y estamos ‘ordenando’ el frente monetario, pero (si avanza esta moneda común), va a haber que discutir con Brasil una única forma de emisión, y lo mismo para el frente cambiario, lo cual implica compartir en buena medida la libertad de tomar decisiones en esos aspectos”, expresó Letcher.
Pero dadas las diferencias entre las dos economías, cabe la duda respecto a si la brasileña, de mayor tamaño, debería depositar los mayores esfuerzos de financiación para lograr que la argentina se ponga al mismo nivel de competividad y estabilidad, como sucedió en el caso europeo.
“A nosotros nos vendría muy bien”, aseguró el titular de CEPA, aunque marcó que en el Viejo Continente hubo un “franco retroceso del proceso de industrialización de los países que tenían una industria menos desarrollada que Alemania o Francia” y que terminaron con un “nivel de dependencia superlativo”.
Además, “Sur” contempla la posibilidad de integrar a otros países de la región en el futuro, “lo cual implica darle aún mayor complejidad, porque se incorporaría la discusión de cuestiones macroeconómicas” de esas naciones también”, según Letcher.
La moneda común potenciaría el comercio bilateral
Al no depender del dólar como divisa de intercambio, el comercio entre Argentina y Brasil podría verse fuertemente beneficiado con el acuerdo. “Es muy favorable a la integración”, aseguró Balbo.
“Brasil, más allá de sus exportaciones de commodities como la soja o el petróleo, necesita fortalecer sus manufacturas industriales, que las coloca principalmente en Latinoamérica, donde su principal socio es Argentina”, explicó el analista.