Al menos 215 activistas de los derechos humanos y líderes populares fueron asesinados el año pasado en Colombia, la cifra más alta desde que se iniciaron los registros en 2016, reveló este lunes la Defensoría del Pueblo colombiana.
"No solo se trata de cifras, hay que pensar en 215 familias duramente golpeadas y en las comunidades afectadas que se quedan sin las personas que luchan por sus derechos", dijo el jefe de la Defensoría, Carlos Camargo, en un video enviado a la prensa.
Desde que Colombia firmó la paz en 2016 con la entonces guerrilla de las FARC se han registrado un total de 1.113 homicidios de activistas, según la entidad que vela por las garantías fundamentales.
El organismo estatal informó que entre los muertos el año pasado hay 47 representantes indígenas, 18 líderes campesinos y ocho sindicalistas. Los departamentos con mayor número de casos fueron Nariño (35), Cauca (26), Antioquia (22) y Putumayo (22). La permanente masacre no tiene parangón en el continente y no es dimensionada en su gravedad, ni en encuentros políticos internacionales ni por la prensa mundial.