A través de la firma de una serie de acuerdos comerciales y financieros, Argentina y Brasil se aprestan a potenciar el comercio bilateral habilitando mecanismos de pago que no involucren al dólar estadounidense. Algunos de estos canales ya se encuentran vigentes, como el caso del Sistema de Pagos en Monedas Locales (SML) que se vería reactivado y, más aun, podría avanzarse en el uso de una moneda común para posteriormente compensar los saldos netos o implementar un swap de divisas. Las conversaciones seguirán su curso en los primeros días de febrero con la visita de Sergio Massa al país vecino.
El SML entró en vigencia en 2008 y habilita una serie de procedimientos entre los bancos centrales de Argentina y Brasil para cursar operaciones de comercio exterior en moneda local, así un importador argentino no debe hacerse de dólares norteamericanos para comprar, por ejemplo, autopartes provenientes de Brasil. Al final de cada día, los bancos centrales le giran a su contraparte los dólares netos por esas operaciones. De acuerdo a Marcelo Bruchansky, economista y especialista en temas de integración comercial, “los pagos actualmente canalizados a través del SML son prácticamente nulos en comparación al total y su diseño es muy básico, enfocado a facilitar el cobro para las PyMEs del Mercosur”. En ese sentido se abre una oportunidad.
Además, en un contexto de falta de divisas como habitualmente enfrenta Argentina, estos sistemas de pagos en moneda local sirven para afianzar los vínculos comerciales: por ejemplo, buena parte de las importaciones desde Brasil no necesitarían tramitarse a través del SIRA que, con demoras, habilita el acceso a los dólares necesarios para importar.
Otra novedad importante en el marco de los acuerdos firmados el lunes es que el Banco de Brasil habilitará líneas de financiamiento a sus exportadores para que los importadores argentinos puedan pagarles al cabo de un año. Esos créditos serán garantizados por los gobiernos de ambos países, con plazos, monto y contragarantías acordados caso a caso. Se esperan novedades cuando Massa viaje a Brasil en febrero.
Según Anahí Rampanini, economista y especialista en comercio internacional, estas facilidades en el financiamiento favorecería el intercambio del comercio existente debido a que Argentina podrá disponer de los dólares antes utilizados para el pago de importaciones de Brasil por el plazo de un año y un día, pero “difícilmente sirvan para des-sustituir importaciones provenientes de China en ambos países, las cuales han ido avanzando progresivamente en los últimos años”.
En ese sentido, los sectores que se verían más favorecidos son el sector automotor y también la producción de químicos y plásticos, que Argentina exporta a Brasil, así como las importaciones de productos metálicos y maquinaria de uso general y agrícola. La potenciación del SML es una carta dentro del abanico de medidas comerciales, como la modificación de aranceleres, que podrían favorecer al intercambio bilateral.
En el marco de estas iniciativas también se abordó la idea de generar un swap entre pesos y reales para compensar los déficit comerciales de la balanza bilateral, lo cual implicaría para el gobierno argentino la posibilidad de ahorrar esos dólares en reservas para el Banco Central. Actualmente las compensaciones vía SML son pocas y diarias pero un perfeccionamiento de ese acuerdo “posibilitaría que los saldos no deban ser pagados automáticamente sino a 1 mes, 4 meses –como rige en otros acuerdos de pagos regionales- o cuanto más, mejor” señala Bruchansky.
Al igual que el swap con china, son acuerdos crediticios que se activarían al ser usados por la contraparte deficitaria, en este caso Argentina. La administración de futuras corridas cambiarias también podrían incorporarse al menú de uso.
“La obligatoriedad del curso de operaciones en moneda local, que podría incluir por ejemplo al turismo, también serviría para potenciar estos acuerdos”, sostiene Bruchansky. En ese sentido, el uso de una moneda común como unidad de cuenta para netear los saldos bilaterales aparece puesto como un horizonte más de largo plazo y que sin dudas tendrá un gran peso simbólico.
La moneda que desean llamar “Sur” no funcionaría como medio de pago ni como reserva de valor, sólo sería la unidad de cuenta para asentar los créditos y débitos con un nuevo denominador.
Moneda común, mayores plazos (vía swaps) para el neteo, obligatoriedad o ampliación en el uso (sobre lo que no hay confirmaciones) y facilidades de financiamiento se abren paso entre las alternativas para potenciar el comercio regional con Brasil. Son cambios estructurales que suelen mostrar marchas y contramarchas.
A comienzos del año pasado, el gobierno de Alberto Fernández había iniciado negociaciones con Rusia para avanzar en un sistema de pagos en moneda local para el comercio bilateral ante los embargos por la invasión a Ucrania, que no prosperó. En el caso de los acuerdos con Brasil, juega a favor una relación comercial más afianzada y el beneficio para la nación vecina será justamente la posibilidad de aumentar sus exportaciones.