El Reloj del Juicio Final, una herramienta simbólica diseñada por científicos para visualizar la probabilidad de que la humanidad desaparezca, se encuentra este año a 90 segundos de la medianoche, un registro que lo ubica más cerca que nunca de marcar su hora final.
La decisión, anunciada este martes por el Boletín de los Científicos Atómicos -la organización que se encarga de gestionar el Reloj desde su creación en 1947-, estuvo motivada por "los peligros crecientes de la guerra en Ucrania", según explicó la presidenta del grupo, Rachel Bronson, en un evento en Washington, Estados Unidos.
En ese sentido, es la primera vez en tres años que se opta por modificar la hora del reloj, después de colocarlo a 100 segundos de la medianoche en 2020, donde había permanecido hasta ahora. En esa ocasión, se cambió el horario de dos minutos a 100 segundos ante hechos como la amenaza del expresidente de Estados Unidos Donald Trump de no renovar el acuerdo de desarme nuclear New Start con Rusia, la retirada de Washington del acuerdo nuclear con Irán y del Acuerdo de París contra el cambio climático.
"Las cosas no están mejorando"
El físico Daniel Holz, copresidente de la junta que cada año decide la posición de las agujas, admitió que "nos gustaría muchísimo retrasar el reloj, pero tenemos que responder a lo que está sucediendo en el mundo".
"Si te fijas en lo que está sucediendo en Ucrania, los desastres climáticos... es muy difícil decir que las cosas están mejorando", agregó el experto.
El anuncio de este martes se centró en la invasión rusa de Ucrania y en la amenaza nuclear tras las declaraciones del presidente ruso, Vladímir Putin, por la cual insinuó en varias oportunidades que estaría dispuesto a utilizar armas atómicas.
También influyeron en la decisión "las continuas amenazas planteadas por la crisis climática y el colapso de las normas e instituciones globales necesarias para mitigar los riesgos asociados con el avance de las tecnologías y las amenazas biológicas como el covid-19".
La situación actual es peor que la de 1953, cuando el reloj marcó dos segundos para la medianoche durante una de las etapas más tensas de la Guerra Fría, cuando tanto los soviéticos como los estadounidenses realizaron sus primeras pruebas con armas termonucleares.
El Reloj del fin del mundo
El Boletín de los Científicos Atómicos fue fundado en 1945 por Albert Einstein, Robert Oppenheimer y otros científicos que trabajaron en el Proyecto Manhattan que produjo las primeras armas nucleares.
En toda su historia, la hora del Reloj del Apocalipsis - también conocido como Reloj del Juicio Final o Reloj del fin del mundo- se acercó a la medianoche con la creación de la bomba de hidrógeno, la guerra de Vietnam, el surgimiento de India como país con arsenal nuclear, el anuncio de Ronald Reagan sobre la construcción de un sistema defensivo con armas espaciales, los atentados a las Torres Gemelas y la llegada de Trump a la Casa Blanca, entre otros hechos.
También hubo ocasiones en que se determinó que el fin del mundo estaba más lejos gracias a acontecimientos como la firma en 1963 del Tratado de prohibición parcial de ensayos nucleares, la caída del Muro de Berlín, el fin de la Unión Soviética o el Acuerdo de Copenhague sobre cambio climático, alcanzado en 2009, que quedó en la nada y cuyos compromisos fueron retomados con mayor fuerza con el Acuerdo de París de 2015.
La decisión sobre el horario del reloj, que existe físicamente en la Universidad de Chicago, la toma un comité compuesto por científicos que se asesoran con Gobiernos, agencias internacionales, colegas de distintas disciplinas y premios Nobel.