Desde Dolores
"No hubo roles: todos hicieron todo", fue una de las frases que más resonó en la pequeña sala de los Tribunales de Dolores. La dijeron los dos fiscales, Juan Manuel Dávila y Gustavo García, quienes pidieron la pena de prisión perpetua a los ocho acusados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, con los agravantes de alevosía y concurso premeditado de dos o más personas. Otra novedad importante es que la Fiscalía pidió que se investigue a Juan Pedro Guarino y Tomás Colazo por falso testimonio.
Las vallas de los Tribunales contienen varios mensajes en la dirección en que fueron los fiscales. "Si no es perpetua no es justicia" es la sentencia que se observa en los carteles pegados en árboles, postes y todo tipo de locales del pequeño centro, y es la idea que predomina en la comunidad de Dolores, que hizo suyo el dolor de los padres de la víctima.
De acuerdo a la reconstrucción que hicieron los fiscales, hubo una pelea en el interior de Le Brique entre Fernando, sus amigos y algunos de los acusados. Fernando intercedió para separar y terminó peleando con Máximo Thomsen, a quien le dio una piña en el estómago. Luego de salir del boliche por distintas puertas, los imputados se encontraban "en la misma vereda, a pocos metros de Fernando". Y en siete minutos acordaron matarlo. "En este hecho hubo una estrategia, una planificación de cómo iniciar el ataque", insistió García. El fiscal, el primero en tomar la palabra, remarcó que esperaron que la Policía, al resolver otra pelea, liberara la zona.
"(La premeditación) es haberse puesto de acuerdo con anterioridad al hecho de matar a una persona. Tiene una consecuencia muy importante: esto de ponerse de acuerdo, cometer el hecho en concurso, no requiere mucha deliberación, hasta puede ser instantáneo", explicó. La alevosía, por otra parte, tiene que ver con la "indefensión" de la víctima.
Los representantes del Ministerio Público hicieron este planteo con un video que sincroniza distintos registros y que fue cuestionado por el abogado defensor, Hugo Tomei, quien entendió que se parecía más a una prueba que a un alegato, pero la presidenta del Tribunal, María Claudia Castro, permitió que los fiscales siguieran adelante.
"No nos quedemos solamente con los videos, nos dan una parte de lo que fue el hecho. Nunca en 36 años y medio en el poder judicial, vi un hecho en el que han habido 23 testigos presenciales", destacó García. La exposición de D'Avila estuvo centrada en detallar los roles de cada acusado.
Los acusados llegaron a la sala con barbijo y se lo quitaron antes de sentarse, momento en que también les quitan las esposas. Detrás suyo estaban sus familiares. Los padres de Fernando se sentaron detrás de sus abogados, encabezados por Fernando Burlando, a la derecha de la sala. La monja Martha Pelloni vino a apoyarlos.
Noticia en desarrollo