El Instituto Antártico Argentino (IAA) informó que monitorea el témpano que se desprendió de la Antártida el pasado domingo, cuya superficie equivale a siete veces la Ciudad de Buenos Aires, para evitar que afecte el trayecto del rompehielos ARA "Almirante Irízar", que este miércoles zarpará desde Ushuaia hacia el continente blanco.
Este lunes y martes, el organismo logró obtener las primeras imágenes satelitales nítidas del témpano. Ambas fueron tomadas por el satélite argentino Saocom 1A de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae): una de ellas se registró el 23 de enero a las 14 horas y la segunda, que muestra al témpano más separado, fue obtenida al día siguiente.
"Hay otras imágenes del témpano en circulación, pero son ópticas y tienen nubes. En cambio, esta imagen tomada por el satélite argentino tipo radar es más nítida porque la luz la genera el propio satélite, envía una señal de radar, atraviesa las nubes, llega hasta la superficie y vuelve. El satélite puede ver a través de las nubes", explicó a Télam Sebastián Marinsek, jefe del Departamento de Glaciología del IAA.
Rompehielos Irízar
Según el científico, el témpano supone un peligro para la circulación porque es un bloque de 40 metros de alto, 40 kilómetros de ancho y 60 kilómetros de largo que se encuentra en movimiento. "Si un barco se lo encuentra de frente tiene que dar la vuelta o esquivarlo, ese es el problema; es un objeto muy grande de 1.500 kilómetros cuadrados", precisó.
Por ese motivo, los expertos del IAA se contactaron con el capitán del rompehielos Irízar, Carlos Recio, y con el equipo de glaciólogos que forma parte de la tripulación para intercambiar información sobre el témpano.
"Es necesario monitorear cuando pase el rompehielos Irízar que (el témpano) esté a una distancia prudencial", indicó el experto en glaciares, al tiempo que aseguró que la Base Belgrano II de Argentina", ubicada a 350 kilómetros del lugar, no se verá afectada.
Fenómeno natural
El desprendimiento registrado este domingo es un fenómeno "natural" vinculado al propio ciclo de los glaciares, señaló Marinsek.
Además, es necesario analizarlo teniendo en cuenta las dimensiones de la Antártida. "Cuando el glaciar es muy grande los témpanos que se desprenden también son grandes. Entonces, 1.500 kilómetros cuadrados (superficie del desprendimiento) contra 14 millones (superficie de la Antártida) es una porción chiquita", reflexionó.
Respecto al nivel del mar, el experto sostuvo que no habrá grandes cambios porque "ya estaba flotando desde antes de desprenderse y lo sigue haciendo" y "tarde lo que tarde en derretirse, ya está en equilibrio con el mar".
Desprendimiento
Según informó este lunes el British Antarctic Survey (BAS), un organismo que investiga las regiones polares, el bloque de hielo se desprendió entre las 19 y las 20 del domingo, después de que una fuerte marea ensanchara una grieta que ya existía en la plataforma de hielo.
Esta información también fue confirmada por el registro sísmico en la estación sismográfica BELA, perteneciente a la Red Argentino-Italiana de Sismógrafos Antárticos (Asain) que opera en la Base Belgrano II.
Lejos de ser un episodio aislado, en los últimos años la región sufrió otros fenómenos similares: en 2017 se desprendió un témpano de 6.000 kilómetros cuadrados y en 2021 otro de 1.200 kilómetros cuadrados.