Las canciones preferidas aparecen con la misma fuerza inesperada que un amor a primera vista: en el medio de una fiesta, al subir a un auto de madrugada, por las fuerzas aleatorias o algorítmicas de las plataformas digitales o mientras nos pedimos un café con la radio de fondo, o caminando por la calle, o incluso al registrar con otros oídos algo ya conocido. Hace tiempo que no venía sintiendo nada muy especial hacia nada en particular y esta idea del vacío emocional debió haber lanzado unos pequeños ladridos al mundo para que pueda recuperar el entusiasmo, el deseo. El deseo que a su vez se traduce en conocerse más a unx mismx, enfrentarse con las necesidades y los caprichos, las penumbras y las luces. La música, para mí, funciona como un puente mágico hacia una especie de trip del autoconocimiento. Su existencia en sí misma es un regalo, que toca el interruptor de la más noble vulnerabilidad.

Con un amigo hablamos de la potencia de la música en su virtud terapéutica. La palabra cantada penetra en unx casi como un hechizo. Cuántas veces sin darnos cuenta, estamos en una situación absolutamente random y comenzamos a cantar algún verso de una canción correspondida con nuestra situación sentimental del momento. Ya lo hicieron las sirenas, ¿por qué habría dejado de surtir efecto esa posibilidad del encanto?

Entonces, durante este último mes ridículo y fantástico repleto de paisajes urbanos sin precedentes, llegó a mí por el azar divino "Secundario" de Linda Mirada. ¿Esto no lo conocía ya? Esa típica sensación cuando algo nos atraviesa como un flechazo. Te conozco de toda la vida, pero es tan fresco nuestro amor que la sensación es aún más inmensa que si hubiera existido siempre.

Cuando empezó a sonar --y en diálogo con la tapa-- creí que se trataba de algo así como Mina llevado a un nivel más bailable. ¿Será una balada medio ítalo disco conocidísima que no recuerdo? La armonía es simple: Do mayor, Re mayor, Mi menor. Un tecladito que insiste y pequeños sonidos de sintetizadores que se arriman a este fogón de austeridad y bajos muy buena onda. Ya tenía todos mis sentidos disponibles y enamorados con este pedacito tan chiquito de canción hasta que arranca una voz española tan dulce y certera con su Señales del futuro no lejano, después de tanto tiempo ir pasar/ las copas en comer causan estragos / nos hemos convertido en un chiste malo. ¿De qué habla? El clima es el que corresponde con un pop de amor literalísimo, pero acá no se entiende nada y es perfecto que así sea. Solo el estribillo obedece a algo más o menos descifrable (y ni tanto a esta altura del partido) cuando nos anuncia que Amar es lo primero / lo demás es secundario. Había jurado días antes que con amor no alcanza y que, bajo ningún concepto volvería a caer en esa trampa. Pero el amor a primera vista es así, de sopetón te cautiva y engalana sin explicación. Su intención tan lejana a la soberbia, tanto más cerca al universo íntimo de las pequeñas y más bellas cosas, encandila el entendimiento y solo te dirige sin controlarlo a una repetición interminable de su composición. No hay nada que nos haga volver atrás / ni el tiempo borrará lo que hemos pasado, bailo con una malla de dos piezas en el medio de un living ajeno, con el ánimo triste y el verano de enero derramándose a mi alrededor. Repito como mantra el track porque nunca es suficiente cuando algo es perfecto gracias a su simpleza. Ya no importa si amar es lo primero, lo secundario, o una sucesión de palabras cantadas que una detrás de la otra nos da pulsión de vida. Lo interesante es esa pulsión de vida que escapa de lo pretencioso, que abraza y guía en y hacia un lugar mejor, más suave y tierno.

Ana Naranjo AKA Linda Mirada nació en 1976 en Costa Rica pero se autopercibe española. Es cantante y compositora. Publicó dos discos: China es Otra Cultura (2009) y Con Mi Tiempo Y El Progreso (2012) y tres EPS: Fabuloso San José (2011) , Lio En Rio (2013), y Ruido de Naves que Parten (2013). 

En uno de los pocos artículos que encontré sobre el disco que contiene esta canción, Con mi tiempo y El Progreso Estela Cebrián, quien la escribe, dice algo que define exactamente lo que sucede con Linda Mirada: “Acabará el verano y [Linda Mirada] se volverá a marchar. Como el verano cuando empieza y termina”. No es casualidad que haya aparecido justo ahora, cuando todo es tan fugaz y maravilloso para luego solo quizás quedar en un rincón de nuestra memoria como un sueño a todo color, liviano e inolvidable.

Mailén Pankonin nació en agosto de 1996 en la ciudad de Buenos Aires. Es cantante y compositora. Desde siempre canta y habita la música, pero a partir del 2020 empezó a componer y al conocer a Pablo Berardi, profesionalizó la producción de sus canciones y comenzó a presentarse en vivo. Publicó dos EPS: Té con masitas (2020) y Plan de Salud (2020) y un álbum, ¿Cuál sería la peor pesadilla para una sirena? (2021). Actualmente se encuentra produciendo su segundo disco con un poco más de baile encima y el espíritu arrabalero pop de siempre.