La señora Haydeé Laufer se cayó en una calle de la Ciudad de Buenos Aires por el estado de una vereda. La mujer le ganó un juicio al gobierno de CABA. Seguramente no sabe que sólo en veredas, el gobierno porteño tiene un presupuesto de 8.000 millones de pesos anuales, cifra superior al presupuesto total de muchos municipios del Gran Buenos Aires, entre ellos el de Florencio Varela.
Por cada uno de sus ciudadanos, La Matanza tiene un presupuesto que equivale a menos del tres (3) por ciento del presupuesto por habitante porteño. Semejantes desigualdades son el trasfondo de la denuncia que el gobernador Axel Kicillof presentó contra el operador del presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, y el licenciado ministro de Justicia porteño, Marcelo D’Alessandro.
La denuncia de Kicillof a Robles y D’Alessandro
Es que, aún existiendo esas abismales asimetrías, la Corte Suprema resolvió fallar a favor de la administración porteña de Juntos por el Cambio (JxC) en el contencioso por el aumento del equivalente del porcentaje en la coparticipación federal. Justamente la denuncia de Kicillof apunta a que el fallo de la Corte Suprema se explica únicamente por lo que se vio en los chats entre Robles y D’Alessandro: una trama a escondidas entre Rosatti y el macrismo.
La presentación de la denuncia se hizo este miércoles, pasadas las 9 de la mañana, en los tribunales federales de La Plata. El juzgado que resultó sorteado fue el 3 que encabeza Ernesto Kreplak. Como está de feria, interviene Alejo Ramos Padilla y la fiscal es Laura Roteta. El magistrado pidió una certificación de todas las causas existentes por el mismo motivo. Ya se sabe que el dúo Carlos Stornelli-Sebastián Ramos, fiscal y juez, rápidamente se combinaron para cerrar uno de los expedientes.
Pero hay otras dos denuncias que están tramitando, las de los gobernadores de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, y la del mandatario de La Rioja, Ricardo Quintela. Cuando Ramos Padilla tenga el dictamen de la fiscal y el informe sobre cómo evolucionan las causas aún abiertas, resolverá los pasos a seguir.
Dialoguitos a escondidas
En el escrito de 13 páginas, firmado por el propio Kicillof, se habla de “una espuria connivencia en la cual coordinan fallos judiciales del Alto Tribunal que explícitamente benefician, en general, a la alianza Cambiemos y en particular al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta”.
Sigue el texto: “La connivencia ha quedado al desnudo en los chats publicados… y consta que entre ambos existió una coordinación y un asesoramiento directo desde la presidencia de la Corte hacia los funcionarios de CABA”.
La Corte asesora ocultamente a Cambiemos
La denuncia se centra en una detallada enumeración de cómo Robles le va recomendando estrategias a D’Alessandro para desconocer, por ejemplo, la designación de los senadores para el Consejo de la Magistratura. Esos consejos fueron seguidos “al pie de la letra por la alianza política opositora”, afirma el gobernador.
Pero el punto central que menciona Kicillof es que “en el marco de la revelación periodística de las conversaciones, aparecen menciones directas a la decisión de la Corte sobre la disputa en torno al porcentaje de fondos coparticipables. Ese fallo atenta contra el federalismo y la democracia de nuestro país, si bien afecta a todas las provincias argentinas, impacta de modo especialmente negativo en la Provincia de Buenos Aires, habida cuenta que resulta la jurisdicción más perjudicada por el sistema de coparticipación”. Por eso, considera el gobernador que la justicia federal de La Plata debe actuar.
De fiestita en fiestita
Rosatti ya había sido recusado porque Robles, su mano derecha, llegó a un cumpleaños en el restaurante El Secreto del hotel Four Seasons junto con D’Alessandro. El agasajado era Juan Bautista Mahiques, fiscal general de CABA, y un par de meses después, parte del chat desprendido del escándalo del avión privado a Lago Escondido, financiado por empresarios. En la excursión estaba también D’Alessandro. La relación entre el operador de la Corte y el ministro porteño ya exhibía una pérdida de imparcialidad: es igual que si en un contencioso entre dos personas, la mano derecha de una de las partes aparece en un cumpleaños con el secretario del juez.
Como era de esperar, la Corte, presidida por Rosatti, rechazó la recusación contra Rosatti. Y Robles le escribió a D’Alessandro en ese momento: “Espero que hagas sacar (difundir en los medios) el fallo Robles”, o sea que el operador afirma que tiene tanto poder que puso a los supremos a rechazar la recusación.
Las movidas de Rosatti
En los chats, Robles le adelanta a D’Alessandro que el presidente de la Corte no iría el 1° de diciembre a un lugar que no se encuentra especificado. “¿Por qué Robles le avisa a un ministro porteño que Rosatti no asistiría a un lugar? ¿Cuántos encuentros y reuniones ha mantenido Rosatti personalmente o a través de Robles con funcionarios de la alianza PRO-Cambiemos? Ese aviso de Robles se produjo unas semanas antes de que la Corte decida beneficiar a CABA”, advierte Kicillof en el escrito.
No hay que cerrar, hay que investigar
En el final de la denuncia, el gobernador señala tácitamente que no debe seguirse el camino que transitó la dupla Stornelli-Ramos: cerrar el expediente sin investigar.
En concreto, Kicillof pide el allanamiento del Ministerio de Justicia porteño y que además se secuestren los celulares tanto de Robles como de D’Alessandro.
Un dato que lo dice todo es que el ministro de CABA dice que le hackearon su celular y que los chats son falsos. Pero en ningún momento puso su celular a disposición de la justicia. Y lo mismo hizo Robles, cuando el juez de Santiago del Estero ordenó que depositara su celular en la secretaría de turno de la Corte, se negó a entregarlo. Ambos funcionarios basan su defensa en esconder la evidencia.
Mientras tanto, el máximo tribunal sigue robusteciendo las finanzas del distrito gobernado por el PRO y un matancero se preguntará cómo es que la administración porteña dispone de un presupuesto de 700.000 pesos por habitante, y el municipio de La Matanza cuenta con sólo 19.460 pesos por habitante, casi 36 veces menos. Y la señora que se cayó en la calle seguirá sin saber la fabulosa suma que se gasta en los desparejos niveles de las veredas porteñas, mucho más de lo que disponen en la totalidad de sus presupuestos buena parte de los municipios del Gran Buenos Aires.