"El debate ha terminado. Ya han escuchado la defensa que ejerció el doctor (Hugo) Tomei respecto de cada uno de ustedes, pero la ley nos obliga a que antes de que pasemos a deliberar les conceda la última palabra. Ya no sobre el hecho, sino sobre alguna cuestión que quieran manifestar antes de la deliberación", propuso a los acusados la jueza María Claudia Castro.
Los ocho estaban sentados en la misma posición que el día anterior. Y también igual que el miércoles, llegaron con barbijos y se los sacaron al sentarse. Sus padres estaban distribuidos en tres pupitres detrás del anillo de custodios que los rodea. Todo el país pudo ser testigo, mediante el canal de YouTube de la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires, de lo que --en este orden-- Lucas Pertossi, Cinalli, Benicelli, Ciro Pertossi, Viollaz, Thomsen, Comelli y Luciano Pertossi tenían para decir. También, de las expresiones de sus rostros, de los tonos de voz.
Hasta ahora, las voces de Comelli, Benicelli y Viollaz no se habían escuchado en la sala: son los únicos tres que no declararon en la etapa probatoria. Micrófono en mano, los discursos fueron muy parecidos: pidieron disculpas a la familia de la víctima, se manifestaron arrepentidos, aseguraron que no tuvieron intención de matar y que no hubo un plan. Thomsen se refregaba los ojos mientras Benicelli decía: "Nunca tuve ningún plan ni intención de matar a nadie. Todos los días lo pienso, todos los días estoy arrepentido de lo que pasó. Ojalá pudiera volver el tiempo atrás, pero ya no se puede". Mientras Ciro Pertossi pedía perdón a los padres de Fernando "por haber estado en el lugar, por haber estado en una pelea donde falleció un chico" de la edad de todos ellos, lloraba con la cabeza agachada su hermano Luciano, el menor del grupo (21 años).
El abogado extendió el micrófono a Thomsen, señalado como líder en el ataque del 18 de enero, que intentó tomarlo pero sin levantarse de la silla. Tomei le indicó que se pusiera de pie y el acusado acató. Con la voz quebrada, expresó: “Quería pedir disculpas a la familia de Fernando y a todas las personas que fueron afectadas. Jamás hubiese pensado que algo así podía llegar a pasar. Me lastima muchísimo porque murió un chico de nuestra edad. Jamás tuvimos intención de algo así. Sé que a veces las disculpas no alcanzan, ojalá pudiésemos volver el tiempo atrás y revertir todo esto. Pero no, no podemos, así que no nos queda otra que pedir disculpas. Estoy muy arrepentido. Gracias por darme este espacio. Siempre vamos a acatar lo que ustedes decidan". Luciano seguía llorando. A su turno, dijo a los jueces: "Siento que lo que ustedes decidan o digan va a ser lo correcto. Y bueno, le pido a Dios que sea algo bueno para todos".
Todos miraron fijo al estrado cuando pronunciaron sus últimas palabras. En este momento del juicio también se refregaba los ojos Emilia Pertossi, hermana de Ciro y Luciano, prima de Lucas, ahijada de Tomei, quien se sienta a su derecha y acompaña en la defensa.