El gobierno de Jujuy montó un megaoperativo para custodiar a la dirigente social Milagro Sala en la despedida de su hijo Sergio Chorolque Sala, que fue despedido en el Cementerio Parque El Solar, en el barrio Alto Comedero. Organismos de derechos humanos repudiaron la inhumanidad puesta de manifiesto en este operativo.
El velatorio de Chorolque Sala, fallecido el domingo último, se llevó a cabo en la casa donde Milagro cumple la prisión domiciliaria dispuesta por el Poder Judicial jujeño, en el barrio Cuyaya de la ciudad de San Salvador. Para que esto fuera posible el abogado de Sala, Ariel Ruarte, tuvo que conversarlo con el secretario de Seguridad, Diego Rotela. Finalmente, el juez de Control Jorge Cattan autorizó la ceremonia en el domicilio de Sala.
Solo hasta ahí llegó la empatía de las autoridades jujeñas. Tal como había hecho cuando se supo del fallecimiento de Chorolque Sala, el 24 y 25 montó un gran operativo de seguridad, con policías que custodiaron en todo momento a la casa de la lideresa de la Tupac Amaru y a ella misma, incluso en la ceremonia íntima de despedida realizada el mediodía del miércoles en la casa familiar: dos mujeres policías de civil estuvieron siempre muy cerca de ella, y un poquito más atrás, dos policías varones.
Ese operativo policial se reforzó cuando iba a salir el cortejo fúnebre con destino al cementerio, incluyó a más de 30 efectivos de a pie, además de otro número importante en vehículos y recordó a otro operativo de hace siete años, cuando el ministro de Seguridad en ese momento, hoy juez del Superior Tribunal de Justicia, Ekel Meyer, llegó con un enorme dispositivo policial a detener a Milagro Sala, iniciando la persecución a la principal opositora de Morales.
Anteayer el cortejo, de 10 kilómetros por la ruta nacional 9, fue vigilado por varias motocicletas cada una con dos efectivos armados con Itakas, tres camionetas policiales sin patente, tres móviles policiales, una trafic y un automóvil del Servicio Penitenciario de Jujuy. Y al llegar al cementerio había un vallado de efectivos policiales que no dejaban ingresar a todas las personas que querían acompañar el sepelio. Un operativo que Ricardo Carrizo, integrante del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, comparó con un "circo romano". "El emperador Morales montó su circo con la complicidad de la Policía, del Servicio Penitenciario, con camionetas, con motos, con armas largas como si llevara a la peor delincuente de la historia. Ni a los genocidas los custodiaban de esta manera", denunció.
Fabiola Suárez, integrante de organismos de derechos Humanos de Jujuy, registró las escenas provocadoras de las fuerzas de seguridad durante el cortejo fúnebre. Contó que cuando llegó el auto que llevaba a Raúl Noro, compañero de la dirigente, "pretendían que ingrese caminando una distancia larga que su salud no se lo permite" y tampoco querían dejar ingresar a la banda de música de la Tupac para despedir a su compañero. "Son directivas de arriba”, le dijo una mujer policía cuando intentó alivianar las restricciones. Suárez se comunicó entonces con el ministro de Seguridad de la provincia, Luis Martín, quien le respondió que no había orden de operativo de seguridad y ordenó que se permitiera el ingreso de las personas.
Carrizo añadió que frente al peor dolor que puede afrontar una persona, la muerte de su hijo, como le pasó a Milagro Sala, "Morales, que la tiene encerrada, castigada, humillada y difamada por todos los canales posibles, aprovecha esta oportunidad para seguir humillándola. Tuvo que intervenir el presidente de la Nación para permitirle hacer el velatorio en la casa, porque no la dejaban salir. Esa misma intervención permitió que pudiera acompañar a sepultar a su hijo", detalló. También sostuvo que Morales utiliza la figura de Milagro Sala "cada vez que tiene problemas en su propio gobierno, y nuevamente volvió a hacerlo. No tiene paz, no tiene perdón. No tiene ni siquiera la mínima empatía por la mujer que sufre doliente ante la muerte de su hijo".
“Denunciamos la actitud de profunda crueldad, de persecución y hostigamiento que sufre Milagro Sala por parte del gobernador Gerardo Morales, quien se ha convertido en un despiadado carcelero. Además de insistir amañando los procesos judiciales que han sido denunciados como irregulares y arbitrarios extorsionando testigos, generando situaciones de violación del acceso a la justicia y del debido proceso a lo largo de estos años”, sostuvo por su parte la vicepresidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), María Elena Naddeo.
Destacó que el gobernador viene ensañandose con la dirigente social y ahora "el desfile de policías en la casa de Milagro ha sido realmente inadmisible de una crueldad terrible. Una falta de sentido humanitario muy profundo y que habla de la perversión del gobernador de la provincia de Jujuy y de cómo todo el sistema judicial en su nombre violenta los derechos humanos de Milagro Sala". La APDH volvió a reclamar la libertad de Milagro "y de todos los compañeros y compañeras de la Tupac Amaru" e insistió en que el Ejecutivo Nacional firme el decreto de indulto.
Eduardo Tavani, presidente de la APDH, repudió "el modo en que las autoridades de la provincia decidieron disponer las fuerzas de seguridad", lo que calificó como "un hecho que carece de absoluta humanidad". Si bien destacó que se haya logrado que la dirigenta velara a su hijo en su casa, lamentó que se hizo con "esta carga brutal de hostigamiento y de maltrato manifiesto" que "merece el más profundo repudio y la crítica a quien ha sido y sigue siendo el carcelero de Milagro".