La última edición de los timbreos del macrismo en campaña para las PASO tuvo la particularidad de ser encabezado por una dirigente que no será candidata a ninguna banca, la gobernadora María Eugenia Vidal, y por una candidata que se postula por la Capital Federal y no por la zona que recorrió, Elisa Carrió. Ambas caminaron juntas por Mar del Plata y, antes de dar una conferencia en el lujoso hotel Costa Galana, estuvieron en la localidad de Batán, donde hablaron de las “mafias”, de “guerra civil”, y visitaron un comedor comunitario y comercios con acuerdo previo entre sus dueños y los operadores de campaña de Cambiemos.
Las dos dirigentes se sacaron fotos de turistas en calles y negocios junto la ministra de Desarrollo Social y responsable de los recortes a las pensiones a discapacitados, Carolina Stanley; y los candidatos a legisladores provinciales Carolina Píparo y Franco Bagnato, ex conductor del programa de TV “Gente que busca gente”.
Estuvieron, además, en el hogar de niños “El sueño del pibe” y se sacaron selfies con las pizzas que allí se elaboran como parte del emprendimiento al que debieron acudir para dar de comer a las familias que allí asisten. Ninguno de los dirigentes habló allí de la falta de empleo ni de los despidos masivos, y Carrió evitó reiterar su hipótesis de que “el problema en la Argentina es que hay trabajo, pero no gente capacitada para esos trabajos”.