El capítulo porteño de Unidad Ciudadana tuvo ayer su bautismo proselitista en un escenario inesperado. La plaza Mitre, detrás de la embajada británica, en el coqueto y oficialista barrio de la Recoleta, fue copada ayer por simpatizantes y dirigentes de ese espacio en el lanzamiento oficial de la lista que competirá en las primarias el próximo 13 de agosto. Con la presencia de los candidatos y otras figuras taquilleras, pero repitiendo la liturgia horizontal inaugurada el mes pasado en el acto de Arsenal, insistieron con la consigna “Así no vamos bien” y subieron a la tarima a vecinos afectados por las políticas de Cambiemos, que dieron su testimonio. Una ex investigadora de CONICET, un vendedor ambulante de garrapiñadas, la dueña de una farmacia, el empleado de una cooperativa metalúrgica, una estudiante, la responsable de un espacio cultural, una jubilada, el presidente de un club barrial: todos ellos exhibieron sus historias y los problemas que tuvieron que enfrentar este año y medio como premisa para proponer un voto opositor en la ciudad de Buenos Aires.

La tarima solamente se elevaba del pasto unos pocos centímetros. La pendiente de la plaza funcionó como anfiteatro improvisado, repleto de gente munida de termo y mate, que a medida que caía la tarde se iba acomodando para buscar el sol necesario para hacer más pasable la tranquila tarde de invierno. Los precandidatos a diputados Daniel Filmus y Gabriela Cerruti, y a legisladores locales, Mariano Recalde y María Rosa Muiños, fueron los encargados de dirigir el acto, pero los protagonistas fueron los ciudadanos damnificados por la dirección que tomó la economía desde fines de 2015, que, cada uno desde su óptica, plantearon problemas que coincidieron. El aumento descontrolado de las tarifas, la caída del consumo y la suba de los precios de medicamentos y comida se repetían como los factores que más “desorganizaron la vida” de los porteños que testificaron, ya sea ahí mismo en plaza Mitre o en alguno de los varios videos que se proyectaron sobre dos pantallas LED.

“Me está yendo muy pero muy mal”, dice en uno de ellos Roxana, la dueña de una farmacia en Caballito que compró el local hace dos años. “Aposté al cambio, aposté. Tuve fe en el cambio, los primeros seis meses. Estoy desilusionada”, agrega la mujer, dialogando con la candidata Cerruti. En otro video, Vanesa, que investiga vacunas cuenta como el recorte del presupuesto científico la dejó afuera del CONICET y dejó vacante ese área de investigación. “Dediqué buena parte de mi vida a esto y lo que más quiero es poder investigar para dar soluciones a la población”, se emociona la joven científica. Un tercero mostraba la historia del club 17 de Octubre, en el barrio de Flores, que anticipó PáginaI12 y de Leonardo, su presidente, que imprimió para repartir entre los presentes “tarjetas amarillas” como particular forma de protesta contra el gobierno de Mauricio Macri.

Después de los videos, subieron a la tarima los candidatos, que hablaron brevemente e invitaron a otros vecinos a dar su testimonio, en vivo. “La esperanza está en Unidad Ciudadana, todos los hogares argentinos están preocupados”, dijo Filmus antes de introducir a Gustavo, el trabajador de una metalúrgica recuperada del barrio de Barracas que está “autosuspendiendo” temporalmente a sus empleados para evitar el cierre porque el nuevo escenario económico no les permite mantener el funcionamiento normal. “La devaluación hizo aumentar los insumos importados que nos partió a la mitad. Y cuando superamos eso el tarifazo nos arruinó. Estamos sobreviviendo”, explicó. “Esperemos que cambien las medidas porque si no cambian las medidas habrá que cambiar a los que toman las medidas que nos están perjudicando”, completó su relato.

El segundo turno fue para Recalde, que subió la tarima munido de impresiones de títulos de noticias: “Los alimentos aumentaron un 50 por ciento”; “El gobierno dio de baja 83.000 pensiones por invalidez este año”; “Los alquileres en la ciudad tuvieron un aumento de hasta un 33 por ciento”; “La tasa de desocupación fue del 9 por ciento”. El ex titular de Aerolíneas Argentinas presentó a Magalí, una estudiante de un profesorado técnico y mamá de una nena de cuatro años que relató sus desventuras a la hora de conseguir una vacante en la escuela pública para su hija, cómo le quitaron la beca que tenía para seguir estudiando y las dificultades para alquilar un departamento para que puedan vivir solas las dos. “No queremos que nos saquen los derechos y queremos poder tener proyectos que sepamos que se pueden concretar en algún momento”, dijo.

Cerruti, a continuación, destacó la militancia de las mujeres en la ciudad antes de presentar a Jimena, una de las responsables de Café Müller, un espacio dedicado a las artes escénicas y a la danza que tuvo que cerrar sus puertas a fines del año pasado después de cinco años de trabajo. “Todo empezó a ir para abajo. Intentamos con mucha fuerza sostenerlo. Trabajamos mucho. Pero los números estaban en rojos. El costo era muy alto y las personas que venían al espacio… la posibilidad de pagar una entrada o pagar un taller se había hecho imposible”, recordó. Muiños, por último, le cedió la palabra a Marta, una jubilada que contó los problemas con los que debe lidiar alguien que debe acostumbrarse a la atención del PAMI. “Cambiamos alimentos por medicamentos”, explicó.

Alrededor de la tarima otros candidatos, como Gisella Marziotta, Juan Manuel Valdés, Gustavo López o Carolina Brandariz dialogaban con los vecinos que se habían acercado a relatarles sus propias experiencias y tratar de rescatar una selfie con ellos. Otros dirigentes del peronismo porteño, como el diputado Axel Kicillof o el legislador Carlos Tomada, también eran requeridos. Antes y después del acto hubo números musicales, desde improvisaciones de freestyle hasta una performance a capella de Liliana Herrero, pasando por una murga uruguayoide y una particular versión de El tesoro de los inocentes, del Indio Solari, a cargo de Dolores Solá. En ese clima casi familiar, sin camisetas de agrupaciones ni banderas partidarias, con una estética despojada de carga ideológica, la Unión Ciudadana salió a la cancha en el territorio porteño.