Después de 18 años es la primera vez que no hay una moratoria vigente para que los trabajadores y las trabajadoras que no cuentan con 30 años de aportes puedan jubilarse. La conquista de este derecho empezó el 16 de diciembre de 2004, cuando el Congreso sancionó la Ley 25.994, impulsada por el entonces presidente Néstor Kirchner. Lo que está pasando desde el 31 de diciembre de 2022 cuando venció la prórroga que se había firmado el 23 de julio del mismo año es grave: no estamos garantizando el acceso a un derecho y no estamos conteniendo una necesidad.
Si bien es cierto que se esperaba contar antes de que terminara el 2022 con la Ley de Pago de Deuda Previsional, lamentablemente cuando se iba a debatir en la Cámara de Diputados la oposición no dio quorum para su tratamiento. Hoy nos encontramos sin una moratoria jubilatoria vigente, por un lado porque no se logró la sanción de la ley por la irresponsabilidad de la oposición que obstruyó el funcionamiento de la Cámara de Diputado y por otro lado porque venció el 31 de diciembre la que estaba vigente y no se prorrogó.
Esta realidad que deja a diario a miles de trabajadores y trabajadoras sin la posibilidad de acceder a este derecho tiene solución si se cuenta con la determinación política de resolverla: a largo plazo con una ley (que ya está en el Congreso Nacional y que tiene media sanción de la Cámara de Senadores) y en la urgencia que tenemos en este tiempo, mediante un decreto presidencial que extienda la moratoria vencida hasta que se sancione el proyecto y tengamos ley, se reglamente y se aplique.
¿Por qué digo todo esto? Porque la sanción de la ley que busca a dar una herramienta para tener mas previsibilidad en materia previsional, no es de aplicación inmediata debido a que llevará un tiempo su instrumentación. Por eso, mientras no tenemos ley, necesitamos la prórroga de la moratoria que estaba vigente hasta el 31 de diciembre del año pasado.
La voluntad política de los diputados y diputadas del Frente de Todos es que este proyecto sea ley lo antes posible, pero insisto, hay un mientras tanto, que deja a muchas personas sin jubilación. Por eso, necesitamos de la voluntad política del Poder Ejecutivo para contener esta situación en el mientras tanto. Estamos en un escenario en el que la voluntad política puede dar una respuesta concreta a cientos de miles de personas. La firma del presidente Alberto Fernández es el primer paso para dar esa respuesta y empezar a solucionar un problema central de nuestra sociedad.
El segundo paso es apelar a la responsabilidad institucional de la oposición para que se sienten en sus bancas, den quorum y permitan el debate y tratamiento de este proyecto. Donde existe una necesidad nace un derecho, dijo alguna vez Eva Perón, como forma de sintetizar el espíritu del peronismo. Es esa la línea que debemos seguir. Y hoy esa necesidad está en las cientos de miles de personas mayores que no pueden jubilarse. Nuestra tarea es hacer concretos los derechos.
En Argentina solo una de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres tienen la cantidad de aportes necesarios para jubilarse, por ello, se requieren acciones urgentes tanto del Legislativo y del Ejecutivo.
Las leyes de moratoria permitieron a las personas que alcanzaban la edad jubilatoria pagar los años faltantes hasta 60 cuotas con un descuento de los haberes mensuales. Hubo dos leyes de moratoria: la primera (24476) sigue vigente y hoy requiere tener alrededor de 18 años de aportes efectivos para acceder al beneficio, y la segunda (26970), solo se aplicaba a mujeres y hoy requiere alrededor de 7 años de aportes, pero se pueden reducir años por tareas de cuidado. Esta ley perdió su vigencia el 31 de diciembre de 2022. Jubilarse en Argentina en estas condiciones es muy difícil debiendo alcanzar entre 18 y 12 años de aportes para ingresar en una moratoria, como exige la ley vigente (24.476).
Esta situación hace que en la práctica la mayoría de las mujeres tengan que esperar hasta los 65 años para acceder a una prestación universal de adulto mayor, que es el 80% de una jubilación mínima que es lo que se paga con la PUAM. Con esta situación que comenzó a instrumentar el gobierno de Mauricio Macri, lo que se logró es de hecho bajar la mínima y aumentar la edad de las mujeres para jubilarse. Además de demorar el acceso a la percepción de un ingreso y el acceso a la salud que proporciona PAMI, obstaculiza el ingreso de nuevos trabajadores al mundo laboral.
Por eso, es necesario tratar rápidamente el proyecto de Plan de Pago de Deuda Previsional y que sea ley, y en el mientras tanto, hasta lograr su efectiva puesta en vigencia, necesitamos que el Poder Ejecutivo amplíe los efectos de la ley 26970, como pide el proyecto 2623-D-2022 que presenté el año pasado, para que puedan acceder a su jubilación una mayor cantidad de argentinas y argentinos, ya que incluye el acceso de los hombres. Donde hay una necesidad, hay un derecho, pero para que eso sea una realidad efectiva se requiere de acciones inmediatas como tomar la agenda de la gente y trabajar en ese sentido.
Como en muchas otras áreas, tenemos la suerte de tener antecedentes dentro de nuestro espacio político. La política previsional fue una prioridad tanto para Néstor como para Cristina, quienes lograron una verdadera reparación por parte del Estado. ¿Por qué son importantes las moratorias? Porque son la vía a través de la cual se genera la mayor cantidad de altas jubilatorias. Durante el primer trimestre de 2022, por ejemplo, el 65 por ciento de las altas jubilatorias fueron por vía de moratorias. De todas las jubilaciones por moratoria, en suma, un 74 por ciento se concretó mediante la Ley 26.970. Esta tendencia seguirá creciendo en el futuro. Según los datos del Observatorio Gente en Movimiento, en la actualidad un 60 por ciento de las personas que están a diez años o menos de la edad jubilatoria no están aportando al sistema previsional. Tenemos la responsabilidad ética de dar respuestas a las personas que más necesitan del Estado, y también tenemos la responsabilidad histórica porque somos parte de un movimiento que tiene como bandera la Justicia Social. Resulta necesario entonces que no miremos para otro lado ante lo urgente. Sin moratoria no hay justicia social.
* Diputada nacional del Frente de Todos.