Este miércoles 31 de enero se cumplen 14 años de la desaparición forzada seguida de muerte de Luciano Arruga, el joven de 16 años que vivía en Lomas del Mirador, partido de La Matanza, y cuyo cuerpo fue encontrado e identificado en 2014, luego de permanecer enterrado como NN en un cementerio.
En este contexto, su hermana, Vanesa Orieta, aseguró que esta fecha representa "un dolor que se repite año a año".
Además, explicó que durante este tiempo la familia y amigos del joven construyeron durante redes con otros espacios organizados que denuncian el accionar represivo. "Eso nos dio la posibilidad de canalizar el dolor a través de la lucha", señaló.
"Tambien fuimos haciendo un proceso de formación y tenemos claro sobre lo que venimos denunciando a la problematica de represión policial", agregó Orieta, en diálogo con AM750.
Y remarcó: "En un hecho de desaparición forzada de personas las responsabilidades son materiales, porque existió el accionar de la policía para desaparecer a Luciano y quitarle la vida, pero tambien hay responsabilidades judiciales y politicas", remarcó.
"Somos muy contundentes en nuestra denuncia. Todos los gobiernos constitucionales, a través de una maquinaria cada vez más dura de control y disciplinamiento, están haciendo estragos en los barrios populares, y esto se traduce en la muerte de muchos pibes y pibas de barrios empobrecidos. Mi hermano es solo un ejemplo", aseguró.
En este sentido, manifestó que, al mismo tiempo que "la pobreza golpea cada vez más fuerte" en los barrios populares, "los pibes son criminalizados y discriminados".
"La Justicia tiene responsabilidad pero no es que no avanza o está estancada, lleva una acción permanente en pos de generar impunidad", concluyó.
El 22 de septiembre de 2008, Luciano había sido torturado en el destacamento de Lomas del Mirador. Por ese hecho, en 2015, fue condenado el expolicía bonaerense Julio Torales a 10 años de prisión.