Argentina crecerá 2 por ciento en 2023 según las proyecciones del FMI y se ubica así entre los países con mejores tasas de crecimiento, en un año que se caracterizará por signos de recesión a nivel mundial. Los pronósticos son acordes a los presentados meses atrás por el Banco Mundial y los del propio FMI en octubre, sin embargo son menos optimistas que los esbozados desde el ministerio de Economía pues esperan crecer 3 por ciento en 2023: “sería el tercer año de crecimiento consecutivo y Argentina hace mucho no crece tres años consecutivos”, señalaba Sergio Massa.
Con un crecimiento del 2 por ciento Argentina superará a sus principales socios de la región: México con 1,7 por ciento y Brasil con 1,2. Además se ubica entre los primeros países de la lista de mayor crecimiento, liderada por las economías asiáticas y orientales. En primer lugar se ubica India con un impulso pronosticado del 6,1 por ciento respecto de 2022, en segundo lugar se encuentran China, Filipinas e Indonesia que crecerán en torno al 5 por ciento y cercanas al 4 por ciento anual crecerán Malasia, Kazajistán, Egipto y Tailandia. Nigeria, Turquía y Arabia Saudita crecerán en torno al 3 por ciento en 2023.
Se espera un año recesivo o de estancamiento para las principales economías del mundo, donde el crecimiento de la riqueza global será sostenido por las naciones emergentes, que crecerán un 4 por ciento en promedio versus 1,2 las economías avanzadas.
La alta inflación y las políticas restrictivas de los principales bancos centrales, las consecuencias del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y el rebrote de Covid-19 en China conspiran contra el dinamismo de la economía global, si bien el FMI mejoró relativamente la proyección de crecimiento mundial respecto de octubre: prevé un aumento del PBI global de 2,9 por ciento en 2023, esto es 0,2 puntos más que las proyecciones del anterior Panorama Mundial.
Las economías europeas crecerán cerca del 1 por ciento y Estados Unidos 1,4 dejando atrás los fantasmas de una recesión, Inglaterra será la única economía del G7 que sufrirá una retracción de 0,6 por ciento. Los pronósticos sobre la nación británica empeoraron luego de la breve experiencia presidencial de la ultra-conservadora Liz Truss y dados los aumentos de impuestos y tasas que enfrenta la economía.
Los pronósticos del FMI mejoraron en el caso de Rusia, si bien el organismo no descarta que el conflicto bélico escale en los próximos meses, y la economía de todos modos “crecerá” apenas 0,3 por ciento en 2023. Destaca también que los mercados energéticos ajustaron más rápido de lo esperado ante los ataques de Rusia y se espera para este año un descenso en los precios mundiales del petróleo, y un recorte de la producción en los países de la OPEP.
También cederán los problemas de cuellos de botella en las cadenas de suministro global (caso emblemático fue el de los chips que usa la industria automotriz), de elevados costos de los fletes y la inflación en las naciones avanzadas se recortaría a la mitad. Es decir, un 2023 con poca bonanza pero no se espera una profundización de la crisis global para el año siguiente: de hecho pronostican un crecimiento mayor, de 3,1 por ciento, para 2024.