Haberse poblado de barrios cerrados y clubes de campo, ocho en total, modificó la fisionomía de la ciudad de Funes. La llegada de nuevos desarrollos en sí misma derivó en cambios de todo tipo en la conducta de los funenses. Se generaron áreas comerciales, se precisó (aunque se adeuda a montones) infraestructura y crecieron también las desigualdades. Pero el fenómeno inmigratorio que comenzó a principios del siglo actual tiene por el momento, y por primera vez, una conducencia efectiva con el escenario electoral del Jardín de la Provincia, porque se presentó una lista que tiene mayoría de integrantes que habitan barrios cerrados. Dentro de Cambiemos, pero en oposición al intendente Diego León Barreto, la encabeza el médico Luis Lebrero, quien es desde hace un año y medio presidente del Consejo de Administración del Funes Hills San Marino. "Se nos estigmatiza como que fuéramos distintos, no somos distintos", afirmó el candidato, en diálogo con Rosario/12.
Entre 2 mil y 2.500 habitantes de los barrios cerrados votan en Funes. Es una estimación que hace Lebrero, uno de los cuatro (de seis) integrantes de la lista que vive en loteos cerrados. Para hacerse del triunfo en la PASO macrista confía en quedarse con el 60 por ciento de esa porción y luego sumar en otras zonas, "afuera". No reniega y reconoce que en el sector sur y de clase media alta de la ciudad está el corazón de su voto. Enfrentará a la actual concejala Ana Martelli, que en dos meteóricos años pasó de ser compañera de la ex intendenta Mónica Tomei, luego se acercó al sector del edil Juan Ignacio Rímini y hace menos de dos meses se calzó el traje de los amarillos.
Para Lebrero existe una "caracterización injusta" de quienes viven en barrios cerrados o clubes de campo. Se les achaca desde diversos sectores que no hacen vida activa en Funes y desconocen la cotidianeidad de la ciudad. Juzgan que ese supuesto desconocimiento incide negativamente en el mapa electoral local. "Consumo en Funes, vamos a la verdulería, a los supermercados, restaurantes, compramos y vivimos acá. Trabajo nomás en Rosario, la gran cantidad de gente que vive en los barrios trabaja en Rosario, pero yo elegí vivir en Funes, no nací acá. No puedo hablar por los demás barrios, en San Marino yo no veo que no hagamos la vida en Funes", defiende el precandidato.
En Funes votan unas 2.500 personas de countries. Lebrero aspira al 60% de ese sector para ganar las PASO macristas.
"¿Qué no vamos a conocer los problemas de Funes?, ese prurito de que uno porque vive en los barrios cerrados qué sé yo qué", enfatiza el aspirante a una banca. Integra Cambiemos, pero condena la "falta de humildad de ciertos personajes" ligados al oficialismo PRO. "Se puede cambiar, desperdiciamos dos años de franquicia, tener el mismo signo político que el gobierno nacional. Si vos estás estancado, como está Funes, estás peor. Con la oportunidad histórica que tuviste en estos dos años...", se lamenta Lebrero, quien celebra tener "el apoyo de la gente extraterrestre de los barrios (cerrados). La idea nuestra no se circunscribe a los barrios, si es por eso no me presento. Yo me involucro para mejorar las cosas de toda la ciudad. Somos iguales, ¿por qué tienen más pergaminos o derechos que nosotros?".
Martín Ostolaza vive en Funes y junto a Guillermo Variego dirige la consultora Innova Opinión Pública. No se sintió sorprendido por la presentación de la lista, porque "en algún momento iba a pasar" y hace hincapié "en el afán de protagonismo de este sector social que había acompañado otras propuestas en elecciones anteriores pero que ahora presenta una propuesta pura". Por otro lado, considera que "el objetivo no nace de la base de este segmento sino que nace del interés de este grupo político de representarlos".
Para el consultor, la lista de los barrios cerrados tiene ventajas internas y externas. En el primer caso, la existencia de un segmento social "vacante de representación política" ‑entre un 10% y un 15% del padrón‑ , que le puede abrir al precandidato "alguna puerta electoral y cierta expectativa para afrontar la compulsa". La externa es la existencia de "múltiples riesgos" alrededor de Martelli, su competidora en las PASO: "Una, saltó del Frente Progresista a las filas PRO, lo que le puede traer algún costo electoral. Dos, sorprende la baja intensidad de su campaña. Tres, representa la lista del oficialismo, que se encuentra debilitado en la opinión pública por diversas causas".
En el plano de las desventajas, Ostolaza le detecta a Lebrero una "aparición repentina y tardía que complica su instalación en un escenario electoral competitivo por su amplitud. Además, posee un alto grado de desconocimiento lo que dificultará sus aspiraciones para conseguir adhesión fuera de su ámbito social". En esa misma línea, otro detrimento que le ve el consultor a Lebrero es que Martelli es actualmente concejala y "su nivel de conocimiento es mayor" que el del hombre de los barrios cerrados.